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San Mamés no fue el trampolín que necesitaba el Levante. Los granotas visitaban al Athletic con la motivación de sumar una victoria que le sitúase a sólo cuatro puntos de los puestos de permanencia. Algo que se veía como una quimera a mediados de febrero. Sin embargo, la noche bilbaína enfrió el sueño.
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Los de Alessio Lisci se vieron superados por la intensidad y el poderío físico del cuadro bilbaíno desde el principio y, tras una primera mitad en que se encomendaron a los guantes de Dani Cárdenas, se desvanecieron en el segundo acto. Para nada se vio la versión esperada de los azulgrana, que tenían la oportunidad de dar un zarpazo.
El Levante, con un sistema de 5-4-1 en el que Morales gozaba de absoluta libertad de movimientos, empezó pasando apuros en San Mamés. Alessio ya había advertido a los suyos sobre la altísima intensidad del Athletic, sobre todo en casa. Los de Marcelino entraron en el encuentro con el cuchillo entre los dientes. Sin contemplaciones. Iba a ser una noche agitada para Cárdenas. El arquero catalán, quien ha ganado el pulso por la titularidad a Aitor Fernández, no tardó en erigirse en protagonista. Y lo hizo para desesperar a Iñaki Williams. Durante el cuarto de hora inicial, el delantero rojiblanco se topó hasta en tres ocasiones con el guardameta. La primera oportunidad se saldó con un duro impacto entre ambos, después el portero atajó un potente disparo desde el interior del área y posteriormente el de Terrassa se impuso en un mano a mano con el internacional español.
El Athletic desplegada todos sus recursos y, merced al talento de hombres como Muniain y Berenguer, filtraba pases peligrosísimos. Se le acumulaba el trabajo a Cárdenas, quien precisamente tiene casi atada su renovación contractual hasta 2025. El Levante prevé oficializar el acuerdo en los próximos días. Después de una fase de acoso por parte de los rojiblancos, el Levante comenzó a estirarse. Los azulgrana se soltaron para encontrar espacios y rondar la portería de Unai Simón.
Un amago de reacción que fue reprimido a las primeras de cambio por el Athletic. Y en apenas dos minutos, entre el 27 y el 29, el cuadro bilbaíno puso contra las cuerdas al Levante. Fueron instantes críticos, en los que dos manos salvadores de Cárdenas y un despeje de Miramón sobre la misma línea de gol evitaron que se abriera el marcador. El guardameta granota, providencial.
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El encuentro enloquecía y el Levante replicaba con una sensacional acción de Morales en un contragolpe de manual. El Comandante fintó y mandó el esférico al larguero. El asedio rojiblanco fue disminuyendo, pero los de Alessio no se sentían nada cómodos.
La presión del Athletic apenas permitía respirar a los granotas, que cometían demasiadas pérdidas y tenían numerosos problemas para descubrir líneas de pase. De ahí que abusaran de las comprometidas cesiones a Cárdenas.
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Justo antes del descanso, se encendieron las alarmas. Morales, quien luchaba por el balón con Vesga, realizó un desafortunado gesto con la rodilla izquierda y se quedó tendido en el suelo. Se tapaba la cara con las manos. Sus gestos de dolor resultaban sobrecogedores. Tuvo que abandonar el campo en camilla, siendo sustituido por Bardhi. Se temía por una grave lesión del Comandante, aunque las primeras exploraciones fueron alentadoras. Hoy se someterá a una resonancia magnética para conocer el alcance.
Tras el descanso, el Athletic mantuvo su dominio del partido. El balón era de su propiedad. Los de Marcelino trataban de hacer daño a base de centros, sobre todo desde la banda custodiada por Miramón. El Levante estaba agarrotado. Y la insistencia rojiblanca tuvo premio en el minuto 63.
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Un preciso centro de Berenguer fue cabeceado por Vesga, quien se liberó del marcaje de Miramón. A partir de ahí, el Levante asumió riesgos. Se abrió en busca del empate. Y el Athletic explotó la velocidad de Iñaki Williams. En un contragolpe tejido con dos pases, el atacante se plantó delante de Cárdenas y firmó el 2-0. Al borde del pitido final, en otro contraataque, De Frutos cometió penalti sobre un Zarragan que se encargó de transformar la pena máxima en gol. Ya en el tiempo añadido, el segoviano maquilló el resultado con un bello tanto tras una pared con Dani Gómez. El estado de forma del de Navares de Enmedio se alza como una de las principales esperanzas granotas en el camino hacia el milagro de la permanencia.
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