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Melero celebra con sus compañeros el gol.

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Melero celebra con sus compañeros el gol. EFE

El Ciutat separa el sueño de la realidad

El Levante enseña su casta y sale de San Mamés con un meritorio empate que deja la final de Copa a sólo un paso

Jueves, 11 de febrero 2021

«Soñando lo imposible». Es el lema que eligió el Levante para afrontar la semifinal de Copa del Rey ante el Athletic. Eso sí, la frase aparece escrita con el prefijo «im» tachado. Todo un acierto. Y es que, después del partido de ida, el sueño de la final es más real que nunca. Los de Paco López supieron proponer y supieron sufrir a partes iguales para salir de San Mamés muy vivos. Es más, el 1-1 firmado anoche en territorio bilbaíno deja al conjunto granota en una posición ventajosa para afrontar el encuentro de vuelta en el Ciutat de València. Sólo falta una parada. El jueves 4 de marzo, Orriols acoge una cita con la historia.

Paco López renunció ayer a su habitual sistema con dos delantero y ubicó a Bardhi por detrás de Roger. Además, mantuvo bajo los palos al prometedor Cárdenas, uno de los héroes del pase a semifinales. El arquero catalán estaba listo para otra actuación memorable. Toño, quien había sido uno de los de fijos en las rondas anteriores, perdió su puesto en favor de Clerc.

Athletic Club

Unai Simón, Capa (Berenguer, min. 46), Yeray Álvarez, Iñigo Martínez, Yuri Berchiche, De Marcos, Vencedor (Vesga, min. 46), Dani García (Unai López, min. 45), Muniain, Raúl García y Williams (Villalibre, min. 79).

1

-

1

Levante UD

Cárdenas, Coke (Son, min. 54), Duarte, Postigo, Clerc, De Frutos (Rochina, min. 68), Melero (Malsa, min. 54), Radoja, Bardhi (Vezo, min. 81), Morales y Roger Martí (Dani Gómez, min. 68).

  • GOLES 0-1: min. 26, Melero. 1-1: min. 58, Iñigo Martínez.

  • ÁRBITRO Jesús Gil Manzano (Comité extremeño). Amonestó a Iñigo Martínez y Raúl García por el Athletic y a Coke por el Levante.

  • INCIDENCIAS Partido de ida de semifinales de la Copa del Rey disputado en San Mamés a puerta cerrada.

El Levante entró en el partido con determinación, mirando sin complejos a la portería de Unai Simón. En cuanto recuperaba el cuero, el conjunto granota trataba de sorprender al Athletic con ataques directos. Una verticalidad con la que pretendía aprovechar la velocidad de Morales y De Frutos.

Los azulgrana estaban bien plantados atrás, con los centrales muy atentos en el corte y en el balón parado, una de las principales armas del cuadro bilbaíno. La asfixiante presión del Athletic generaba dificultades al Levante a la hora de poner el balón en juego.

La intensidad se palpaba. El Levante, en cualquier caso, aspiraba a llevar la iniciativa. Su propuesta era más ambiciosa. Y con esa filosofía, con Melero creciendo en el centro del campo, llegó al premio. El propio mediocentro madrileño, un especialista llegando desde la segunda línea, falló en el primer remate en el corazón del área. Su volea no resultó precisa, aunque sí sirvió para dejar dormido el esférico y, en el segundo intento, fusilar. Un gol tosco pero con un valor incalculable. Y en el origen de la diana tenía que estar él: De Frutos. El rey de las asistencias fue el encargado de fabricar el centro hacia el Pensador.

Era el minuto 26 y el partido se ponía de cara. El Levante se mostraba fresco. Con personalidad. El tanto provoco que el Athletic comenzara a correr más riesgos, aunque se topaba con un equipo compacto y solidario y armonioso. La maquinaría azulgrana estaba funcionando a la perfección. En un córner, Radoja, con el muslo, estuvo providencial para evitar que Iñigo Martínez pusiera las tablas.

Marcelino aprovechó el paso por vestuarios para buscar un cambio de rumbo y realizó un triple cambio que tuvo un efecto inmediato. El Athletic empezó a apretar y en apenas tres minutos, entre el 49 y el 51, Cárdenas demostró de qué pasta está hecho. En su sexto partido con el primer equipo, ya disputaba unas semifinales de Copa. Pero no le temblaba el pulso.

A base de paradones, desesperó a Raúl García, Berenguer y Williams. El Levante sufría atrás. Demasiado. Máxima tensión. Y había un problema añadido, ya que Melero se retiraba con una lesión muscular. Paco López introdujo a Malsa y, al mismo tiempo, colocó a Son en lugar de Coke.

El Athletic estaba llamando con fuerza a las puertas del gol... Y llegó. Y a balón parado. La mayor amenaza rojiblanca. En un saque de esquina, Iñigo Martínez no perdonó esta vez. Voló por encima de Clerc para empatar con una cabezazo imparable.

El Levante estaba atenazado. La tendencia del encuentro resultaba preocupante. El Levante se veía superado. Sin capacidad para imponerse en el centro del campo. Y Paco López intentó que los suyos recuperaran la fluidez con la entrada de Rochina y Dani Gómez.

Los granotas consiguieron frenar el vendaval rojiblanco, aunque carecían de la claridad del primer acto. Se instaló un equilibrio en el que el Athletic llegaba a los metros finales con más recursos. Había que apretar los dientes. Y a falta de diez minutos, Vezo entró para jugar con tres centrales. El Levante supo resistir y, ahora, todo pasa por el Ciutat de València.

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