El Levante coge velocidad

No es como se empieza, sino como se acaba. Es una obviedad, pero sienta muy bien comenzar con buen pie una competición liguera. Visto ahora con perspectiva, el empate en la primera jornada ante el Amorebieta sabe a poco. Se podría haber firmado un 9 de 9. Un inicio fulgurante. Pero 7 de 9 está muy bien y habrá que ver durante el transcurso de la jornada cuántos otros rivales por el ascenso son capaces de igualar —o superar— esos registros.

El Levante ha comenzado la temporada como un tiro, todo lo contrario que en la pasada campaña. El experimento de Mehdi Nafti no funcionó y mermó las opciones de ascenso directo, tal y como se demostró en el tramo final. Desde que Javi Calleja tomó el mando el equipo se ha mostrado intratable —suya fue la racha aquella de 20 jornadas invicto— en gran parte de sus partidos. No es el estilo más brillante. Es más, tira hacia la sobriedad. Encontrar el gol y replegar. Pero funciona. O está funcionando, al menos, de momento. Primer triunfo como visitante para los granotas, que vuelven a asaltar Cartagonova. Aquel feudo donde se fraguó parte del ascenso de 2010. Un estadio de bonitas memorias.

Poco peligro generaron los locales, que apenas pusieron a prueba a Joan Femenías, el cual tuvo una noche plácida, aunque calurosa en tierras murcianas. El miedo entró en el cuerpo, eso sí, en un contragolpe tras un córner para el Levante, donde el Cartagena salió corriendo con mucho espacio abierto por dentro. Se salvaron los de Calleja por el mal control de Alfredo Ortuño, en un aviso de que si al conjunto murciano le dejas correr, lo vas a pasar mal. Pero poco más tuvieron los cartagineses. Alejandro Cantero fue el protagonista de la primera mitad. Tuvo dos ocasiones claras. La primera fue en una acción de esas en las que exprime su mejor cualidad: la velocidad al espacio. Cogió el balón en el centro del campo y condució hasta la frontal. Sin apoyo de sus compañeros, se vio solo y tuvo que finalizar con un potente disparo, que Marc Martínez mandó a saque de esquina. Poco después tuvo otra, tras un fabuloso pase de Sergio Lozano. Se quedó en un uno contra uno Cantero, pero el guardameta adivinó sus intenciones y su disparo con el interior del pie fue detenido con facilidad. Ese es el deber pendiente del punta granota, la finalización. Si es capaz de mejorar esa faceta, será uno de los mejores futbolistas de la categoría de plata. Potencial de ser diferencial.

Poco después llegó el tanto del Levante. Otra vez, en una transición. La defensa del Cartagena hacía aguas cuando tenía que replegar después de haber subido a atacar, y ahí aprovechó Lozano para abrir a banda para conectar con Cantero. El delantero levantó la cabeza, y sin precipitarse, detectó un hueco entre la zaga cartaginesa. Su pase al hueco para alcanzar el desmarque de ruptura de Giorgi Kochorashvili fue maravilloso. El georgiano controló y fusiló. El intento de Gonzalo Verdú de taponar el disparo no hizo más que desviar la trayectoria del esférico, que sorprendió al guardameta e inevitablemente, entró al fondo de las mallas. 0-1, con un poco de fortuna, pero merecido ya que el Levante se mostró superior.

Y sí, defensivamente, el estilo de Calleja es sobrio. Un 4-4-2 de libro, con dos líneas fijas que no se desmontan y que dificultan el juego del rival. Pero hay que alabar el trabajo táctico del preparador granota, que ayer sacó de nuevo una estrategia ofensiva que ya dejó ver ante el Burgos. Álex Muñoz, Sergio Postigo y Rúben Vezo cerraban como tres centrales en fase de ataque, dejando los carriles para Álex Valle, en la izquierda, y Andrés García, en la derecha. Oriol Rey controlaba el centro del campo como pivote único, con Lozano y Giorgi de interiores por delante. Arriba, Cantero y Mohamed Bouldini. Un sistema 3-1-4-2 que se observaba claramente en las tomas aéreas cuando el Levante construía la jugada sacando el balón jugado desde atrás. Un movimiento táctico que permitía ensanchar el campo, crear espacios y buscar las cosquillas del Cartagena.

Tras la reanudación, los locales dieron el susto en una acción a balón parado. Damián Musto remató sin oposición en el segundo palo un saque de esquina. Pero había soltado un manotazo a Giorgi en el barullo previo. El VAR avisó al colegiado y el tanto fue anulado haciendo justicia, ya que la falta previa al gol era clara. El Levante, eso sí, comenzó a notar la presión del Cartagonova, que veía como su equipo era sometido como local. Los blanquinegros apretaban en el tramo final, encerrando al conjunto granota en su área y siendo claros protagonistas del segundo tiempo.

Calleja, vista la situación, decidió agitar el avispero y retiró del terreno de juego a los dos futbolistas que tenía amonestados —Cantero y Giorgi— para evitar sobresaltos, ya que el partido con el paso de los minutos se fue abroncando. Salieron en su lugar Roger Brugué y Óscar Clemente, dos jugadores capaces de correr al espacio, que era el plan del Levante para los últimos minutos. Replegar, esperar al error del Cartagena, robar y salir al contragolpe para sentenciar el partido.

Y si no era posible anotar el segundo, mantener la ventaja y la portería a cero para sumar los tres puntos. Álex Valle terminó con molestias físicas y tuvo que ser sustituido. El lateral cedido por el Barcelona volvió a cuajar una gran actuación, pero la exigencia de Segunda pudo con su físico. En su lugar entró Marcos Navarro, que debutó con el Levante, al igual que Carlos Álvarez, el fichaje de la cantera del Sevilla.