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Era difícil, o más bien imposible, superar una guinda como la que puso el equipo hace un semana. El triunfo por 5-4 ante el Barcelona fue histórico. De leyenda. El colofón perfecto a un final de temporada de ensueño. Tras aquella descarga de adrenalina, la visita al Celta se presentaba como un frío trámite. El conjunto celeste tampoco se jugaba nada. El principal aliciente para los de Paco López pasaba por cerrar el curso con seis victorias consecutivas y, de paso, escalar alguna posición con tal de aumentar los ingresos por derechos de televisión el próximo curso. No pudo ser. El conjunto granota careció del vigor que le ha caracterizado desde que el técnico valenciano se sienta en el banquillo. De ahí que perdiera contra los celestes, sobrados de clase en ataque. Pero la derrota de ayer en Balaídos en absoluto ensombrece la gesta obrada durante los dos últimos meses y medio, en los que el cuadro azulgrana ha desafío todos los límites. Un éxito que deja volar la imaginación. Vacaciones más que merecidas.
El Levante llegaba a Vigo con la esperanza de despedir la temporada con una nueva victoria. Los de Paco López no tuvieron la fluidez y la intensidad de otras ocasiones y tropezaron. Sin embargo, este pinchazo quedará como una anécdota y el equipo terminará la Liga en decimoquinta posición. El balance desde que el de Silla tomó las riendas impone a cualquiera: ocho triunfos, dos derrotas y un empate. Es decir, 25 puntos de 33 posibles. Números de Champions League. De liderato. Por ese motivo, nadie dudó la semana pasada a la hora de renovar el contrato del técnico valenciano, quien fue reclutado del filial granota y nunca había probado la Primera División. La apuesta funcionó. Y tanto. Su irrupción ha enseñado el camino, sentando unas bases a las que deberá dar continuidad la próxima campaña. A partir de ahora, el entrenador del milagro podrá pensar en un proyecto en el que intervendrá desde el nacimiento.
Paco López aceptó toda una papeleta cuando aterrizó en el primer equipo. Y el destino le ha premiado. Detectó inmediatamente las necesidades de la plantilla y las subsanó. Dio confianza a hombres clave, inculcó un fútbol atrevido y directo y decidió jugar con dos delanteros. Unas medidas que, unidas a su capacidad para conectar con el vestuario y generar pasión y confianza, formaron un cóctel explosivo. Ese que alcanzó su punto álgido con el histórico triunfo frente al Barcelona. Ayer, en caso de ganar, el Levante habría prolongado todavía más la fiesta.
El preparador azulgrana optó por las rotaciones por dos razones: recompensar a los futbolistas que han permanecido en un segundo plano y evitar que los numerosos jugadores apercibidos vieran una tarjeta que les impidiera competir en la primera jornada de la próxima Liga. Paco López introdujo hasta siete modificaciones respecto al once inicial presentado ante el Barça. La principal, bajo los palos. Koke Vegas entró en lugar de Oier y protagonizó su debut en la máxima categoría. Rochina se estrenó como titular en el Levante, mientras que Sadiku se situó en punta de lanza.
Tantos cambios pasaron factura. Aunque Rochina tardó bien poco en dejar muestras de su exquisita calidad. Sólo habían transcurrido 11 minutos cuando Morales arrancó por el centro y conectó con el de Puerto de Sagunto, quien desconcertó a Sergi Gómez con un control estelar y disparó un cañonazo con la zurda para batir al guardameta celeste. El Levante se sentía cómodo sobre el césped, con un Lukic que hacía gala de su poderío físico y su talento.
Sólo un cuarto de hora después, Sadiku se inventó un pase en profundidad para Morales, quien actuó como mediapunta. El madrileño metió la quinta marcha y rompió la defensa con su vertiginosa velocidad, aunque abusó del balón y Lobotka le robó la cartera cuando se preparaba para disparar. Jason, desmarcado en el área pequeña, se lamentaba.
Celta de Vigo
Sergio, Hugo Mallo, Roncaglia, Sergi Gómez, Jonny, Lobotka, Radoja, Wass, Jozabed, Iago Aspas y Maxi Gómez
4
-
2
Levante UD
Koke Vegas, Chema, Sadiku, Morales, Rochina, Cabaco, Pedro López, Lukic, Luna, Jason y Campaña
GOLES: 0-1, Rubén Rochina, min.12. 1-1, Maxi Gómez, min.28. 2-1, Iago Aspas, min.40. 3-1, Iago Aspas, min.47. 4-1, Maxi Gómez, min.62. 4-2, Morales, min. 73
ÁRBITRO: Ricardo de Burgos Bengoetxea (comité vasco). Amonestó al local Maxi Gómez y a los visitantes Cabaco y Luna
INCIDENCIAS: Encuentro correspondiente a la trigésimo octava jornada de la liga Santander disputado en el estadio municipal de Balaídos ante 10.850 espectadores
A partir de ese momento, el Levante se apagó y comenzó el sufrimiento. Hubo lagunas defensivas y descoordinación. El Celta, liderado por Aspas, puso las tablas a la media hora de juego. El de Moaña dejó atrás a Chema y asistió a Maxi Gómez. El esférico entró a regañadientes en medio de la confusión entre Koke y Cabaco al tratar de despejar. El guardameta malagueño se repuso rápido del gol y se lució para evitar el tanto de Jozabed.
El conjunto celeste, lanzado a por el 2-1, disfrutaba con el cuero en los pies. Wass, en fuera de juego no señalado, se desmarcó de Chema y disparó al larguero. Poco antes del descanso, el Celta consiguió su objetivo en una jugada de tiralíneas. La pared entre Aspas y Jozabed destrozó por completo la zaga levantinista y terminó con el delantero gallego definiendo de forma magistral.
El segundo acto arrancó con otro jarro de agua fría. Cabaco cometió un error absurdo al intentar recortar ante Maxi Gómez en posiciones defensivas. El ariete celeste recuperó el balón y encontró al siempre bien colocado Aspas, quien remató a placer. Los de Unzué dominaban el centro del campo y creaban peligro con excesiva facilidad. Y así llegó el 4-1. En un córner, el atacante uruguayo descubrió la espalda de Chema y Pedro López para cabecear a la red.
Con el encuentro ya sentenciado, el Levante reaccionó y mostró una imagen mucho más reconocible. Hubo tiempo para maquillar el resultado y para que Fahad disfrutara de 15 minutos. Justo antes de ese cambio, Rochina fabricó un pase de espuela para Campaña y el sevillano buscó con inteligencia a un Morales que, desde la frontal, ajustó el balón al segundo palo. Décimo gol en Liga del Comandante. La derrota resultó intrascendente. El Levante de Paco López ha dado motivos para soñar.
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