El Levante dura 25 minutos

El tercer y definitivo gol escenificó el partido. Envío al área granota, Miramón y Bardhi se resbalan al intentar reaccionar y Orellana remata cómodamente a la altura del punto de penalti. La defensa del Levante, una vez más, se descompuso en momentos clave. Sobre todo a la hora de contener los balones colgados. El Eibar encontró el agujero y echó por tierra el ilusionante arranque del conjunto granota, que durante los 25 primeros minutos hizo daño a base de juego directo. Charles abrió la lata y los de Paco López se descompusieron. Continúa el maleficio de Ipurua, donde los azulgrana nunca han ganado. Y también sigue el desequilibrio del equipo, que encadena cinco derrotas a domicilio. Su dependencia del Ciutat de València volvió a quedar patente. Adiós a una ocasión de oro para dar un golpe de autoridad.

El Levante se presentaba en Ipurua con la moral alta después de haber dado la campanada ante el Madrid. Los granotas visitaban a un Eibar en horas bajas. A priori, una coyuntura perfecta para hundir a un rival directo. «Hemos dejado pasar una oportunidad de sellar prácticamente el objetivo», lamentó Morales tras el encuentro.

Al Levante le lastró su falta de precisión en los metros finales y, especialmente, su debilidad al defender los centros al área. Los azulgrana, con 32 puntos, están en una plácida situación en la tabla, aunque siguen sin alcanzar la regularidad. El equipo sólo ha cosechado el 28,1 por ciento de sus puntos a domicilio y lleva más de 26 meses sin encadenar dos jornadas dejando su portería a cero. La consistencia que hubo contra el Madrid se perdió en Eibar.

Con el objetivo de dar continuidad a la exhibición completada ante los de Zidane, Paco López repitió once titular. Y el arranque del Levante en Ipurua fue una prolongación del anterior encuentro. Ritmo, circulación fluida y coordinación. Sólo tardó un minuto en avisar a Yoel, quien tomó el relevo del indispuesto Dmitrovic bajo los palos. Roger se revolvió en la frontal para dar un latigazo que obligó a estirarse al arquero vigués. La referencia ofensiva del rival, Sergi Enrich, replicó con un ajustado cabezazo, aunque Aitor Fernández se encontraba bien colocado.

El Levante efectuaba sus transiciones con suma agilidad. En cuanto recuperaba el cuero, resquebrajaba la zaga del Eibar a través de ataques veloces. La superioridad granota en la medular era absoluta. Morales y Bardhi, en lugar de atarse a las bandas, tendían hacía el centro del campo para ayudar a Vukcevic y Campaña en la zona de construcción.

Faltaba explotar los acercamientos, ya que el Eibar también se desenvuelve bien en el juego directo. En el ida y vuelta. Así llegó el susto. Un descuido de Toño al tratar de desviar un balón permitió a Pedro León marcharse en solitario hacia Aitor, pero el guardameta guipuzcoano sacó una mano salvadora. El encuentro estaba abierto y Morales, quien aspiraba cumplir su tradición goleadora en Ipurua, acariciaba la escuadra.

Entonces llegó el punto de inflexión. La acción que iba a marcar un antes y un después en el encuentro. Era el minuto 25. Pedro León y Toño protagonizaron un duro choque. Un impacto en el que el lateral valenciano se llevó la peor parte. Sorprendentemente, González Fuertes interpretó que hubo infracción del levantinista. El Eibar sacó la falta y, en una jugada confusa, firmó el primer tanto. Balón colgado al área, prolongación de Orellana con el hombro al superar en el salto a Morales y gol de Charles. El delantero brasileño se escapó de Vukcevic y se adelantó a Aitor para golpear de refilón el balón y mandarlo a la red.

La diana sentó muy mal al Levante. Los de Paco López se desconectaron del partido y llegaron momentos de incertidumbre. El segundo acto comenzó con otro varapalo. A los dos minutos de la reanudación, un mal despeje de Bruno con la cabeza tras un balón largo propició el segundo gol del Eibar. Enrich encontró la espalda de Vukcevic para centrar y que Charles, cómodamente, fabricara un testarazo a la escuadra.

El Levante buscó reaccionar con su segundo disparo del partido entre los tres palos. Otra vez Roger. El Pistolero insistió y se topó con Yoel en un tiro a quemarropa. Sin embargo, el Eibar continuaba haciendo muchísimo daño con su profundidad por las bandas y sus centros. Los granotas habían perdido el control de la medular y sufrían numerosas pérdidas. Demasiadas imprecisiones. Carecían de lucidez con el balón en los pies. Paco López dio entraba a Melero y Sergio León en lugar de Vukcevic y Mayoral, aunque los cambios tampoco funcionaron.

Unas dudosas manos de Miramón al taponar un disparo de Enrich supusieron un penalti después de que el árbitro atendiera al VAR y revisara la jugada en el monitor. Aitor apareció para evitar el hat-trick de Charles, quien lanzó con inocencia la pena máxima.

La intervención de Aitor espoleó al equipo, que trató de recortar distancias por medio de Bardhi, Melero y Sergio León. Sin embargo, no conseguía explotar sus aproximaciones. Y a falta de cinco minutos para el final, otro envío al área destrozó la defensa azulgrana. Orellana disparó a placer. Un Levante intermitente.