Una espiral que obliga a reflexionar

Paco López apostó por un once casi idéntico al formado en Mendizorroza. Nuevamente, los prometedores Cárdenas y Cantero partieron como titulares. En el doble pivote, mucho músculo con la presencia de Malsa y Melero. Se trata de dos futbolistas potentes y dinámicos. Cualidades indispensables cuando enfrente está el Getafe, un rival que destaca por su agresividad.

Pronto quedó en evidencia el gran defecto que arrastra el Levante desde hace varias temporadas: la inocencia defensiva. Malsa tiene una ilusionante proyección, pero sus excesos de confianza han pasado factura en más de una ocasión. A los ocho minutos, faltó poquísimo. En el inicio de una acción, el francés regaló el balón a Ángel, aunque supo reaccionar para robar la cartera al canario 'in extremis' y, así, enmendar su error. La jugada fue revisada por el VAR, que confirmó que no había existido penalti.

El encuentro tomó un ritmo alto, con idas y vueltas que favorecían la creación de espacios. El Getafe, movido por la necesidad, comenzó llevando la iniciativa, mientras que el Levante amenazaba con un tridente de velocistas: Morales, De Frutos y Cantero.

Y antes de llegar al cuarto de hora, otro descuido defensivo del Levante puso en bandeja el gol al Getafe. Y en esta ocasión, los azulones no iban a perdonar. Vezo, con una conducción innecesaria en el vértice del área, se metió en la boca del lobo y acabó perdiendo el balón ante la presión de Cucurella. El extremo catalán tiene talento de sobra para aprovechar situaciones así y asistió a Aleñá, quien apareció para batir a Cárdenas con un duro disparo. El arquero tocó el esférico, pero no lo suficiente para evitar el gol. El conjunto de Bordalás, que esta temporada ha perdido la pólvora, rompió su mala racha de cara a portería, ya que encadenaba tres jornadas sin marcar.

El Levante seguía encomendándose a los balones largos. La intensidad del Getafe dificultaba la elaboración del juego. En ese contexto, De Frutos se alzaba como el futbolista más incisivo del Levante. Buscaba desequilibrar con calidad, potencia e inteligencia.

Paulatinamente, los de Paco López fueron creciendo en el centro del campo, con un Melero que empezaba a llevar la batuta. El Levante estaba cada vez más junto. Morales filtró un sensacional pase y Cantero disparó al lateral de la red.

Y a la media hora, Melero recordó cuál es su especialidad: la llegada desde la segunda línea. Morales cambió la orientación del juego para conectar con De Frutos, quien supo leer los movimientos del mediocentro madrileño. El Pensador olió la sangre y fabricó un remate ajustado que sirvió para restablecer las tablas. Enlaza dos jornadas viendo portería y ya suma seis goles en lo que va de Liga.

El Getafe reaccionó. Sobre todo, a través de Cucurella. El extremo catalán, en la agenda de los grandes, complicaba la vida a Coke con su verticalidad. Y en una de sus internadas, el cuero acabó llegando a los pies de Jaime Mata. El delantero madrileño, quien había sustituido a Ángel por lesión, remató con facilidad y estrelló el balón en el larguero.

Paco López aprovechó el descanso para sentar a Vezo y meter en el once a Duarte. Y en el inicio del segundo acto, Cantero protagonizó una galopada que se iba a convertir en el único acercamiento con cierto peligro del Levante en lo que restaba de partido.

El choque, cada vez más trabado, contaba con escasa continuidad en el juego. Ninguno de los dos equipos se hacía con el timón. Tampoco hallaban la forma de hacer daño. El Levante carecía de mordiente, mientras que los nervios y la falta de gol hacían mella en el Getafe. Con tal de agitar el encuentro, Paco López preparó un doble cambio a falta de media hora para el final. Roger y Sergio León entraron por Dani Gómez y Cantero. La delantera granota se transformaba por completo.

El Levante necesitaba frescura arriba. Pero también ideas para suministrar pases. Los azulgrana se apoderaban del centro del campo. Pese a que no sufrían, contaban con una posesión estéril. Sin consecuencias. No conseguían meter el miedo en el cuerpo a la defensa azulona. Soria se convertía en un mero espectador. El Getafa, por su parte, apelaba a alguna acción aislada o a balones colgados al área. Sin embargo, no estaba acertado en el remate. Cucurella probaba fortuna con una lanzamiento de larga distancia.

Y ya en la recta final, Take Kubo rompió el partido. El japonés, quien llevaba diez minutos sobre el césped, aprovechó un desajuste defensivo y lanzó un misil desde la frontal que sorprendió a Cárdenas. El primer gol de la temporada para el joven nipón. 2-1.

El Getafe necesitaba proteger los tres puntos para sellar la salvación matemática. La tensión subió. Tanto es así que Timor vio la roja por un peligroso codazo a Malsa. El marcador ya no se movió y el Levante se despidió de la posibilidad de acabar la Liga entre los diez primeros. Una lástima.