Una superioridad sin consecuencias

El Levante evidenció en Los Cármenes los mismos males que arrastra desde hace semanas: la dificultad para dejar su portería a cero y la falta de claridad en los metros finales. Los de Paco López dominaron el encuentro, espoleados por la tempranera expulsión de Gonalons. Su superioridad numérica desembocó rápidamente en el gol del empate y en el embotellamiento al que sometió al Granada hasta el pitido final. Pero sin las consecuencias esperadas. Los azulgrana se atascaron en los últimos metros, sufriendo serios problemas para poner a prueba a Rui Silva. Las genialidades de Campaña se echaron en falta. El conjunto granota se despidió de una victoria que se veía más que factible pese a encontrarse en un estadio inexpugnable esta temporada. Además, en función del resultado que el Valladolid obtenga esta noche en Vila-real, puede regresar a la cola de la clasificación. Cinco jornadas sin ganar. Urge cambiar la dinámica.

Tras las derrotas del Huesca y el Celta, el Levante sabía que un triunfo le permitía abandonar los puestos de descenso. Enfrente, un Granada que llegaba tras empatar el pasado jueves en la Europa League contra el PAOK y habiendo perdido sólo un partido de los 11 disputados este curso.

Paco López tuvo que lidiar con una sensible pérdida, ya que no pudo contar con su brújula sobre el césped: José Campaña. El sevillano se cayó de la convocatoria a última hora debido a unas molestias en el aductor. Hoy, los servicios médicos del club volverán a valorar su estado físico. El técnico de Silla optó por un centro del campo formado por Malsa, Melero, Rochina y Bardhi.

El Levante arrancó ejerciendo una presión alta y buscando una rápida circulación de balón que desencadenaba más pérdidas de la cuenta. Mientras tanto, el Granada detectó un espacio y golpeó sin piedad. Era minuto 8. Darwin Machís, un viejo anhelo de la secretaría técnica de Orriols, ponía cuesta arriba el partido. Y haciendo aquello que mejor sabe: desbordar en velocidad. El venezolano recibió un pase en profundidad a la espalda de Miramón, superó en carrera al lateral, fintó en dos ocasiones, entró en el área y disparó un misil inalcanzable para Aitor. Una acción aislada que costaba un gol. La historia se repetía. El conjunto azulgrana, que no ha conseguido cerrar su portería en lo que va de Liga, acumula 12 tantos encajados en los siete partidos disputados.

Al cuarto de hora del duelo, el escenario cambió radicalmente. Jaime Latre expulsó a Gonalons tras una durísima entrada sobre Rochina, quien sufrió una ostensible herida en la tibia. El árbitro se limitó a mostrar la tarjeta amarilla, pero tras revisar la jugada en el VAR decidió sacar la roja. El francés ni protestó. El Levante pasaba a verse en una situación propicia para explotar el desgaste acumulado por el Granada, que también pelea en Europa.

Aun así, a los granotas les costaba encontrar la lucidez necesaria en los metros finales. Morales, quien se recuperó a tiempo de un esguince de tobillo, no lograba hacer daño. Muchos balones colgados sin destinatario... Hasta que, diez minutos después de la expulsión, el mismo Rochina protagonizó la ocasión más clara del Levante hasta el momento. Melero fabricó un preciso centro y el saguntino cabeceó acariciando el poste.

El Levante apretaba los dientes y comenzaba a crecer. Las dos acciones posteriores multiplicaron la confianza. Primero, Bardhi, quien se lució con un excelso control para zafarse de Vallejo. Y luego, un Miramón demasiado escorado. Ambos estuvieron cerquísima de poner la igualada en el marcador. Los de Paco López empezaban a sentirse cómodos. Dominaban y finalizaban las jugadas, insistiendo especialmente por la banda izquierda.

Se olía... Y no tardó en llegar. En el minuto 33, un testarazo de Vezo en un saque de esquina lanzado por Bardhi supuso el gol del empate. El central luso, quien volvió a la titularidad, firmó su cuarto tanto como levantinista.

Los azulgrana llevaban la iniciativa y apenas sufrían, aunque cometieron un grave descuido defensivo que pudo costar muy caro. Después de un pase filtrado, Antonio Puertas se quedó completamente solo ante Aitor y, sorprendentemente, marró una oportunidad clarísima. Paco López respiró aliviado.

El Levante entró en el segundo acto decidido a ganar. Con las líneas adelantadísimas. Encerrando al Granada. Bardhi, muy activo durante todo el choque, disparó con potencia desde la frontal y Roger completó una gran jugada con un lanzamiento cruzado que fue desviado con la punta de los dedos por Rui Silva.

El Levante se alzaba como el dueño absoluto del esférico. Un monólogo. Pero su fútbol era cada vez más espeso. No hallaba fisuras en el muro nazarí. Y Campaña, el mago de la plantilla, tenía que ver el partido desde la grada. Paco López buscó frescura con la entrada de Sergio León, Son, Radoja y De Frutos, pero tampoco funcionó.

Muchos acercamientos y lanzamientos lejanos. Aunque sin rematar la faena. Sin clarividencia en el último pase ni en la definición. El camino del gol se resistía pese a que el Levante embotellaba al Granada. Los granotas reclamaron unas posibles manos de Soro dentro del área que fue revisadas por el VAR. El árbitro no señaló penalti. Y la esperanza del triunfo se desvaneció.

Desde el ascenso de 2017, el Levante no ha sido capaz de ganar ningún partido de Liga sin la participación de Campaña. Durante estas temporadas, el andaluz sólo se ha perdido siete encuentros, con un balance de cuatro derrotas y tres empates. Ayer, nadie halló la senda del triunfo.