Un Levante espeso en El Alcoraz se queda sin el esperado salto

Hubo niebla en El Alcoraz. Y no sólo atmosférica. También futbolística. El Levante no pasó del empate ante el Huesca en un partido espesísimo y con escasas ocasiones de gol. Los de Paco López, que llegaban a la cita tras encadenar dos victorias como local, tenían una oportunidad de oro para poner tierra de por medio con un rival directo y dar un salto en la clasificación. No pudo ser. El conjunto azulgrana, especialmente atascado durante la primera parte, trató de crecer tras el descanso y puso la igualada merced a un tanto de Melero. Sin embargo, faltó continuidad en el juego. Fue un partido gris que deja a los granotas sin el esperado despegue.

El encuentro ya empezó trabado. Con numerosas pérdidas por parte de los dos equipos y con las defensas bien plantadas. El Levante trataba de sorprender con pases largos, aunque Roger Martí estaba perfectamente vigilado por Insua y Siovas. A Melero, quien ejercía de mediapunta, le costaba aparecer.

El Huesca se mostraba consistente e intenso. La circulación del balón no resultaba sencilla. En absoluto. Pero había un jugador granota dispuesto a romper el muro. Era De Frutos. El extremo segoviano, quien protagonizó la victoria ante la Real Sociedad, recuperó la titularidad en detrimento de Morales. Escorado en la banda izquierda, se coló limpiamente entre Pedro López y Rico y mandó el balón en busca de algún compañero en el segundo palo. Nadie llegó al remate.

De Frutos iba a tener un duro duelo con un veterano que hizo historia en Orriols. Y es que Pedro López se enfrentaba por primera vez al Levante desde su salida en 2019. El lateral de Torrent sólo se había visto las caras en tres ocasiones con el conjunto granota. Y todas ellas cuando militaba en el Valladolid.

El Levante no se sentía cómodo en El Alcoraz. La niebla, que se hacía notar cada vez más en el campo altoaragonés, parecía oscurecer el fútbol granota. Rochina, una pieza clave en la construcción del juego ante la baja de Campaña, no lograba resplandecer. Es más, cometía dos pérdidas en zonas muy comprometidas que elevaron las pulsaciones.

Nadie desequilibraba el encuentro, aunque todo se rompió en una acción aislada y envuelta de suspense. Cerca de la media hora, el Huesca amenazó a través de un balón colgado al área. Okazaki, rodeado de tres futbolistas del Levante, consiguió rematar de chilena. Un lanzamiento interceptado por Vezo con la manos. Un contacto involuntario que no fue considerado por el árbitro pese a las reclamaciones de los futbolistas del Huesca.

Sorprendentemente, casi dos minutos después, cuando el juego había seguido su curso, el árbitro atendió las indicaciones del VAR y se acercó al monitor para revisar la polémica acción. Acabó señalando pena máxima. Ontiveros colocó el balón en el punto de penalti y engañó a Aitor para adelantar al Huesca.

El Levante replicó, pero Melero no tuvo la lucidez necesaria para enganchar el cuero. El Huesca, en cambio, iba a más. Una extraordinaria asociación del cuadro altoaragonés estuvo muy cerca de suponer el 2-0. Borja García controló girándose para romper la cintura de Coke y fabricó un disparo que, de forma providencial, fue desviado por Róber Pier. El central gallego partió como titular por la lesión muscular de Postigo. Un cambio forzoso.

La reacción del Levante se había quedado en un espejismo. Los de Paco López sufrían serias dificultades para inquietar a Álvaro Fernández. Prácticamente no eran capaces de finalizar ninguna ofensiva. De Frutos y Rochina apenas desbordaban. Sin embargo, el Huesca desplazaba el esférico con mayor fluidez, sobre todo por las bandas, y ponía en apuros a los azulgrana.

El Levante entró en el segundo acto con más decisión. Con fe en la remontada. Y en el minuto 53, llegó el premio en un saque de esquina. Melero, tras una volea fallida, recogió un rechace lleno de confusión y marcó. Al segundo intento, no perdonó. El madrileño, por respeto a un Huesca que en su día le permitió irrumpir en la élite, evitó celebrar el gol con efusividad. El característico gesto del Pensador que repite en cada tanto pasó ayer desapercibido.

Los granotas marcaban en su primer disparo entre los tres palos. Significativo. A partir de ahí, Paco López empezó a mover sus piezas. Quería más. Dani Gómez sustituyó a Malsa, por lo que Melero retrocedió hasta el doble pivote. Una apuesta ofensiva.

No obstante, el impulso azulgrana se quedó a medias. Ontiveros hacía daño a Coke con sus diagonales, mientras que el Levante padecía excesivos problemas a la hora de sacar el balón jugado desde atrás. Carecía de precisión. De claridad. Demasiados regalos al rival.

A falta de un cuarto de hora, Paco López introdujo cuatro cambios de una tacada. Morales, Sergio León, Son y Radoja entraron en escena. Las frescura no dio sus frutos. El Levante, sin continuidad en su juego, apretó en los últimos minutos y se volcó en ataque. Sin acierto, la remontada se quedó en un simple anhelo.

El Levante viaja a un lugar propicio para desplegar su alas. Para sumar su segunda victoria consecutiva y poner tierra de por medio con un rival directo. Los de Paco López visitan este martes al Huesca, que ocupa la penúltima posición de la tabla y suma ocho empates en lo que va de Liga. El conjunto granota ha tomado aire merced a los últimos resultados y ha abandonado los puestos de descenso. Ha roto una dinámica que había encendido las alarmas. Esta tarde, en El Alcoraz, busca el despegue.

Las tres últimas semanas han resultado especialmente fructíferas en el Levante, que se impuso al Getafe y la Real Sociedad en casa, acarició el empate en el Camp Nou y goleó al Racing Murcia en la Copa del Rey. Unas actuaciones que han puesto fin a una preocupante racha de ocho jornadas sin ganar. En cualquier caso, Paco López apuesta por la moderación.

«Dentro del equipo las sensaciones siguen siendo las mismas que hace algunas semanas. Todo está muy apretado y los equipos que realmente consigan los objetivos son los que logren la estabilidad emocional. Para mí esa es la clave. No hay más secreto. Para mí, las sensaciones y el pensamiento en el vestuario siguen siendo los mismos que hace unas semanas», explicó ayer el de Silla, quien afronta el encuentro ante el Huesca con cinco bajas.

«Campaña y Bardhi están haciendo trabajo de campo, pero no es fácil que estén antes de que acabe el año. Lo dudo mucho», admitió Paco López. El técnico tampoco podrá contar con Postigo, quien se retiró en el descanso del duelo con la Real Sociedad por unos problemas musculares. El club ha hecho público este lunes un parte médico en el que no precisa plazos de recuperación, y sólo detalla que sufre una lesión de grado 1-2 en los isquiotibiales del muslo derecho: estará al menos un par de semanas fuera, por lo que no regresará a los terrenos de juego en las dos jornadas que restan este año. Además, Duarte sufre el coronavirus y Toño permanece aislado al haber tenido contacto estrecho con el costarricense. Ante esta situación, Róber Pier acompañará a Vezo en el centro de la defensa.

Todo apunta a que Paco López concederá descanso a Rochina. Precisamente, el entrenador dejó abierta la puerta de la renovación del saguntino: «No doy por descartado nada. Sólo sé que su implicación es máxima. Está dando su máximo rendimiento y puede dar incluso más. Es un jugador de talento y lo necesitamos».

El Huesca encara el choque con urgencias y sólo un triunfo en Liga. Los reiterados errores defensivos le están condenando. Míchel pierde al lesionado Pablo Maffeo y al sancionado Jorge Pulido. Unas bajas que se suman a la de Sandro.