El Levante se asoma a la zona roja

El Levante UD recibe al Athletic Club en el partido correspondiente a la jornada 15 de la Liga, a las 18:30 horas en el Ciutat de València.

Cada día está más cerca el período navideño y por tanto el parón liguero, momento ideal para que la plantilla granota se recupere del todo y vuelva a definirse por dar alegrías y dejar atrás las tristezas. Pero todavía quedan dos jornadas por lo que Juan Ramón López Muñiz ha tratado de recuperar esta semana en el centro del campo a Lukic y a Róber Pier .

Aunque parece que han superado la última sesión de entrenamiento sin problemas, son duda para el encuentro de hoy, por lo que El Hacen y Campaña pueden formar dupla. En la meta repetirá Oier que se ganó la titularidad y un hueco en el corazón de Muñiz tras su actuación en Las Palmas.

Once del Levante: Oier, Toño, Chema, Bardhi, Morales, Enes Ünal, Postigo, Jason, Campaña, Shaq y El Hacen.

Once del técnico del Athletic, José Ángel Ziganda: Arrizabalaga, Laporte, Susaeta, I. Lekue, Mikel Rico, De Marcos, Aduriz, Vesga, Raúl García, Balenziaga y Núñez.

Sigue en directo el encuentro en lasprovincias.es.

Antes del inicio liguero, habría costado augurar un duelo entre el Levante y el Athletic tan equilibrado. Ambos equipos llegan a la cita envueltos por la necesidad. Cada uno, la suya. Los granota deben volver a dar un alegría a su grada después de dos meses y medio sin conocer la victoria en el Ciutat de València. El conjunto vasco, en cambio, busca una reacción para alejarse de la zona de peligro, aunque el esfuerzo realizado en la Europa League le puede pasar factura. Los de Juan Ramón López Muñiz, conscientes de ello, intentarán hurgar en la herida.

El Levante, con dos puntos más que el Athletic en la clasificación, tiene el reto de rescatar la frescura de las primeras jornadas. Una plaga de lesiones ha mermado ostensiblemente el rendimiento del equipo, pero Muñiz empieza a ver la luz al final del túnel. Va recuperando efectivos en el centro del campo. Sasa Lukic y Róber Pier se entrenaron ayer con total normalidad y el técnico decidirá hoy mismo si se encuentran en condiciones de formar parte de la convocatoria definitiva.

Y es que Muñiz citó ayer a 21 jugadores, dejando fuera a los lesionados Lerma, Doukouré y Roger. Por decisión técnica, quedó excluido Langerak. De esta forma, Muñiz deberá realizar tres descartes antes del encuentro. La principal duda radica en el centro del campo. Róber, entre algodones durante toda la semana a causa de un esguince de tobillo, se reincorporó ayer al grupo, mientras que Lukic ha superado la rotura fibrilar que sufrió durante los compromisos internacionales.

El técnico evitará correr riesgos y, a tenor de las pruebas llevadas a cabo en el entrenamiento de ayer, El Hacen se alza como el mejor situado para acompañar a José Camapaña en la medular. El joven mauritano, quien ya ha debutado tanto en Copa como en Liga, destaca por su despliegue físico y trabaja para adaptarse al ritmo de la élite.

Orriols no se lleva una alegría plena desde el 21 de septiembre, cuando el Levante dio un recital endosando un 3-0 a la Real Sociedad. A partir de ese momento, el equipo comenzó a generar dudas. Los de Muñiz se aferran a la victoria cosechada frente a Las Palmas y el empate firmado en La Rosaleda para buscar un punto de inflexión, olvidando el desastroso 0-5 encajado ante el Atlético de Madrid.

Una de las asignaturas pendientes es el gol. El Levante, al igual que el Athletic, suma 14 goles a favor y sólo un delantero granota ha visto portería en Liga: Enes Ünal. El turco marcó el día de su debut, ante el Girona, pero después se ha ido diluyendo en los metros finales. Pese a que le sobra calidad y capacidad para asociarse, no está siendo determinante en las últimas jornadas, así que hoy intentará redimirse.

Bajo los palos, salvo sorpresa, volverá a colocarse Oier Fernández, quien se hizo con la titularidad en Las Palmas en detrimento de Raúl Fernández. Así, el bilbaíno no podrá enfrentarse sobre el césped al club en el que se formó y militó hasta 2013. Precisamente, en las últimas semanas, el Athletic ha pensado en él como candidato para sustituir a Kepa en caso de que éste se marche al Real Madrid en el mercado de invierno.

El Levante luchará contra los antecedentes, ya que el Athletic no ha perdido en sus tres últimas visitas al Ciutat de València. El conjunto vasco llega con urgencias debido a sus decepcionantes resultados: encadena seis jornadas sin ganar y cayó eliminado en Copa ante el Formentera. El triunfo firmado el jueves en Ucrania, que le dio el billete para los dieciseisavos de la final de la Europa League, ha sido todo un bálsamo para José Ángel Ziganda. El entrenador navarro está cuestionado.

«Saben muy bien a lo que juegan. Lo hacen muy juntos y replegados y tienen una transición muy rápida. Tendremos que estar muy atentos», avisó ayer Ziganda sobre el Levante. Finalmente, el técnico del Athletic no podrá contar con Ander Iturraspe, con una lesión muscular.

El Ciutat de València sufre un bloqueo preocupante. Los dos meses y medio que arrastra el Levante sin ganar en casa son una losa que comienza a pesar demasiado. Ayer, ante el Athletic, los granotas volvieron a pecar de inocentes en los primeros instantes con un fallo defensivo que marcó el encuentro. Los de Muñiz se rehicieron y soñaron con la remontada, que quedó abortada por un gol en propia puerta. Duro golpe. La derrota sitúa al equipo en una situación incómoda. Si el Espanyol puntúa esta noche frente al Girona, dejará a los granotas en decimosexta posición, a cuatro puntos de una zona de descenso delimitada por el Alavés. Y es que dos rivales directos como el cuadro vitoriano y el Málaga han ganado en esta jornada. El conjunto azulgrana se asoma al peligro.

No había dado tiempo a sudar las camisetas cuando el Athletic hizo una de las suyas para enfriar los ánimo de Orriols. Aduriz, todo una pesadilla para el levantinismo, recogió un balón del cielo y abrió el camino del gol. El delantero vasco ganó en la pelea con Postigo, bajó el cuero y se lo cedió con la espuela a Raúl García. El navarro penetró en el área y buscó a De Marcos, quien fue derribado por Toño. Penalti. Dura manera de empezar un partido que los granotas ya afrontaban con una cuenta pendiente con su afición.

No podía ser otro. Aduriz nunca falla, Y menos cuando está en el Ciutat de València. El delantero vasco agarró el esférico y superó a Oier. Con el de ayer, ya suma batió goles en territorio granota en Liga. Tocaba remar a contracorriente. Otra vez. El gol fue una auténtica losa para el Levante, que no se sentía cómodo sobre el terreno de juego. El Athletic, pese a que el pasado jueves se había jugado la vida en la Europa League y enlazaba seis jornadas sin ganar, se movía con el balón a un ritmo muy superior.

El Athletic hacía muchísimo daño con balones diagonales. Los de José Ángel Ziganda encontraban la espalda de la defensa azulgrana con una alarmante facilidad, sobre todo la de Chema y Toño. El Levante estaba atenazado, sin ideas. Y las inocentes pérdidas de balón en el centro del campo provocaban desajustes y facilitaban el trabajo al conjunto bilbaíno, que en apenas dos pases se plantaba con peligro en el área azulgrana.

Pasada la media hora de juego, un Bardhi que hasta ese momento no había aportado nada sacó a relucir su principal arma. El guante de su pie derecho. Lanzó un misil desde más de 20 metros que pasó cerca de la escuadra de la portería defendida por Kepa. Fue el primer aviso antes de que Muñiz buscara la revolución.

El técnico azulgrana no quiso esperar ni al descanso. En el minuto 37, retiró del campo a El Hacen. Una decisión sensata, ya que el mauritano estaba sufriendo de lo lindo en el centro del campo. Le superaron las circunstancias y, en los duelos con un veterano de guerra como Raúl García, acusó su falta de ritmo y bagaje. De ahí que, durante los últimos minutos intercambiara su posición con Campaña, ya que así quedaba más liberado de las tareas de destrucción.

El joven africano cumple hoy 20 años y todavía necesita tiempo para adaptarse a la élite. En su lugar entró Boateng. El delantero ghanés tenía minutos por delante para reivindicarse ante de la llegada del mercado invernal. Y aprovechó el tiempo. Su movilidad y su potencia iban a convertirse en un dolor de cabeza para la zaga del Athletic.

Sólo tres minutos después de ingresar en el campo, Boateng desató su particular huracán. Provocó una peligrosísima falta que envió a la barrera Bardhi y, justo después, acarició el gol en dos ocasiones consecutivas. Primero se encontró un balón en el área pequeña que remató de volea demasiado desviado. Y, en la siguiente acción, voló para cabecear con picardía, pero Kepa sacó una mano salvadora para justificar su fama.

En el descanso, Muñiz realizó otra maniobra clave en el desarrollo del encuentro. Sentó a Shaq, quien estaba centrado en la contención, y apostó por el explosivo Ivi. El madrileño ocupó el extremo izquierdo, desplazando a Morales al lateral derecho. Así, el segundo acto arrancó ofreciendo un Levante mucho más reconocible, con intensidad y velocidad. Incisivo. Tocaba mirar hacia delante en busca de la remontada. Y también correr algunos riesgos en defensa.

Con dos referencias ofensivas, Ünal y Boateng, los azulgrana comenzaron a colgar numerosos balones al área. Y lo hicieron liderados por un Morales colosal. No extrañó la posición de lateral derecho, esa que se inventó Alcaraz para él. El Comandante y Jason formaron una sociedad que hizo trizas a Balenziaga.

Y de las botas de Ivi nació el tanto del empate. El madrileño, quien puso una marcha más en el juego y deleitó con sus driblings, fabricó un pase raso al corazón del área. Ünal metió le pierna y el esférico acabó en la red tras tocar en Laporte. El empate enloqueció el encuentro.

El Athletic despertó con el claro objetivo de recuperar la ventaja en el marcador. Primero Oier y luego el poste salvaron al Levante. Cada ataque fallido del cuadro vasco se transformaba en un vertiginoso contragolpe del Levante. La grada se contagiaba.

El partido estaba completamente roto. Un ritmo trepidante que se iba a volver en contra del Levante. Sólo seis minutos después de que Ivi pusiera la tablas, Bardhi perdió un balón en una acción en que Muñiz reclamó falta y los de Ziganda agarraron desprotegidos a los granotas. De Marcos centró desde la izquierda y, desgraciadamente, Postigo metió el esférico en su portería al tratar de despejar. Un jarro de agua fría que alcanzó a los propios futbolistas. El Athletic supo dormir el encuentro, que murió sin más... Orriols deberá esperar para volverse a llevar una alegría plena. Ya urge.