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Wesley Moraes, en el encuentro ante la Ponferradina en el Ciutat. LEVANTE UD

Nadie desenfunda su fusil

El Levante pierde una oportunidad de oro para asaltar la zona de ascenso directo

Alberto Martínez de la Calle

Valencia

Jueves, 8 de diciembre 2022, 17:53 | Actualizado 23:46h.

A escasos días para que entre en ebullición el mercado invernal, resulta cada vez más evidente que el Levante necesita pólvora. Toca buscar soluciones. Wesley Moraes sigue sin estrenarse como goleador con la camiseta del Levante, Roberto Soldado carece de continuidad debido a sus problemas musculares y Mohamed Bouldini, el atacante con mayor mordiente de la plantilla, arrastra un mes sin marcar. El marroquí, intermitente, busca su mejor versión. La segunda línea, este jueves comandada por De Frutos, Montiel y Brugui, también genera peligro a base de talento y desequilibrio, aunque volvió a carecer del acierto esperado.

Hasta siete remates a portería acumularon los granotas ante la Ponferradina. El rival, pese a sus arreones en el tramo final del encuentro, ninguno. El Ciutat de València echó en falta un pistolero. Alguien que desenfundara su fusil. Empate con sabor amargo. El equipo se despidió de una oportunidad de oro para asaltar los puestos de ascenso directo. El lunes, en Mendizorroza, se vivirá un duelo de altura.

Lo que sí hizo este jueves el Levante fue superar la marca firmada por Juan Ramón López Muñiz durante la temporada 2016-17. Bajo las órdenes del técnico asturiano, el conjunto granota arrasó en Segunda División y encadenó nueve jornadas sin perder. Con las tablas de este jueves ante la Ponferradina, los azulgrana ya enlazan diez partidos de Liga puntuando. El récord histórico del equipo en la categoría de plata se remonta a la campaña 2005-06, cuando sumó 13 consecutivos con Mané en el banquillo.

Al igual que ocurrió en aquellas dos temporadas, Calleja confía en que el desenlace de este curso sea el ascenso. El entrenador madrileño se muestra convencido y, de momento, evita hablar de fichajes en el mercado de invierno. El Levante acumuló acercamientos de todos los colores, pero la falta de puntería en algunos casos y la clarividencia de Amir en otros impidieron que se abriera la lata.

Ante la acumulación de partidos, Calleja optó por introducir rotaciones. Y una de ellas afectó a la delantera. Bouldini comenzó en el banquillo y Wesley, cedido por el Aston Villa, se colocó en punta de lanza. Volvía al once inicial en Liga después de mucho tiempo, ya que no era titular desde el 13 de octubre. Sin embargo, al brasileño se le sigue atragantando el gol.

Pese a su envergadura y su capacidad para atraer rivales con su juego de espaldas. Wesley no está resultando determinante en los metros finales. Sí se mostraron incisivos De Frutos, Montiel y Brugui llegando desde atrás. Y en la medular, se entendieron bien Pablo Martínez y Pepelu. Sobre este último, Calleja fue contundente: «Para mí, va a ser uno de los mejores mediocentros de España.

Pablo Martínez fue el primero en poner en aprietos a Amir con una galopada de área a área. Pese a que la Ponferradina entró en el campo con el cuchillo entre los dientes, el Levante tardó poco tiempo en hacerse con el control absoluto del partido. Montiel hacía daño como enganche y tratando de explotar su potentísimo disparo. Lanzó varios misiles que animaron a la grada. Y De Frutos, por unos segundos, desató la euforia, aunque su gol fue anulado por fuera de juego previo de Brugui.

Wesley, quien perdonó solo ante Amir antes del descanso, se perderá la cita con el Alavés por acumulación de tarjetas. Tras el paso por vestuarios, el Levante mantuvo la línea. Los de Calleja sometieron a la Ponferradina a una sucesión de lanzamientos. Sin embargo, 'sólo' faltaba la puntería.

A falta de 25 minutos para el final, Calleja empezó a mover el banquillo en busca de nueva artillería. Entraron Bouldini y Cantero. Luego Musonda, quien ya está recuperado y volvió a jugar casi dos meses después. Campaña, reservado por unas molestias, no apareció hasta la recta final. Esta vez, los cambios no surtieron efecto.

Y la Ponferradina, que nunca jugó con miedo, tuvo tiempo para dar algún susto. Derik marcó, pero la diana no subió al marcador por fuera de juego. El choque se abrió en el tramo final. Un intercambio de golpes en el que pudo pasar cualquier cosa. El Levante perdonó y pudo pagarlo muy caro.