Orriols cocina la permanencia

Levante UD y Rayo Vallecano se ven las caras para disputar el partido correspondiente a la jornada 36 de LaLiga Santander, a las 13 horas en el Ciutat de València.

Partido importante, clave, decisivo...Una final en toda regla. El conjunto granota se juega la permanencia. Hay una necesidad urgente de vencer hoy y poner distancia con el descenso del que está a dos puntos con 37.

Paco López saldrá de inicio con: Aitor Fernández, Coke, Rubén Vezo, Róber Pier, Toño, Bardhi, Vukcevic, Campaña, Jason, Morales y Borja Mayoral.

El técnico del Rayo, Paco Jémez, con: Alberto García, Tito, Abdoulaye Ba, Gálvez, Álex Moreno, Mario Suárez, Uche, Pozo, Embarba, Bebé y Raúl de Tomás.

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Levante y Rayo Vallecano encajan casi 1,8 goles por partido de esta Liga. Sus entrenadores tienen algo más en común que llamarse Paco: su vocación ofensiva. Algo más amante del equilibrio en el caso de López. Obsesiva y en ocasiones hasta suicida atendiendo a la filosofía de Jémez, el técnico que sonó desde Madrid para ser seleccionador y que puede encadenar tres descensos consecutivos si se consuma el del Rayo. Y de esa predilección por el ataque, además de su ansiedad, puede sacar partido hoy el equipo granota en un partido a tumba abierta.

Ambos contendientes se la juegan. «Para ellos es más definitivo que para el Levante», deslizó ayer Paco López en sala de prensa, tratando de desviar algo de presión hacia Vallecas. Cierto porque, de perder, el Rayo sería ya de Segunda si puntúa por la noche el Celta y el Girona mañana. Pero esta afirmación no deja de ser una verdad a medias: para los granotas vencer implica acariciar la salvación y tropezar significaría notar en el cogote, más cerca que nunca, la quemazón y el aroma a azufre del descenso.

Una final en toda regla y así lo ha atendido la afición, que ayer agotó las localidades del Ciutat, según anunció el Levante. También vendrán un buen puñado de hinchas del Rayo y ahí reside la tarea de la grada local de conseguir que se noten más sus ánimos que los de los visitantes.

Lo que todo el levantinismo ansía es que se sienta sobre el césped la labor de Morales. El Comandante sigue luchando -lo hará hasta el último momento- contra el maldito e inoportuno doble esguince de tobillo que sufrió el martes. «Está mejor, pero todo va a depender de su evolución. Esperaremos hasta el final», deslizó Paco López.

El entrenador escondió su baza. La mejor. Con el Comandante en plenitud, el Rayo, herido y desguarneciendo su defensa como seña de identidad, sería un caramelito. Pero habrá que buscar alternativas pensando en que el madrileño no va a estar en condiciones de disputar todo el partido. Si puede contar con él, Paco López también deberá decidir si apuesta por ir con todo desde el inicio o reservarlo para cuando el cansancio haya hecho mella.

Cara o cruz. Como el partido. Como el dibujo. ¿Mantendrá Paco López el sistema de tres centrales o volverá a apostar por cuatro defensores? Con Vukcevic mejorado y tras los dos últimos partidos, y con la duda de Morales, no parece descabellado. Paco Jémez admitió que seguir en la pelea por salvarse tras esta jornada sería un «milagro deportivo», aunque avisó: «Está complicado, pero no hay que confundir lo complicado con lo imposible. La veo más posible que hace una semana».

El Ciutat de València sigue oliendo a Primera División. Es la embriagadora fragancia que se hizo notar con intensidad en la grada. Orriols tenía la llave de la permanencia durante el tramo final de la Liga y, a falta de rematar la faena, ha funcionado. En apenas 11 días, las apasionantes goleadas rubricadas ante el Rayo y al Betis han permitido al Levante encarrilar el objetivo. Ayer los de Paco López supieron explotar sus armas, ganar equilibrio y superar las fases de sufrimiento para acabar dando un zarpazo al conjunto vallecano, que ya entona su adiós a la máxima categoría. Con 40 puntos, a los granotas sólo les falta el último pasito para sellar la salvación. Vuelven a coger aire mientras miran de reojo a sus rivales directos.

Paco López estará hoy muy atento al duelo entre el Valladolid y el Athletic. Una derrota del cuadro blanquivioleta permitiría al Levante encarar las dos últimas jornadas con cinco puntos de ventaja sobre la zona de descenso. La calculadora entra en juego. En cualquier caso, este fin de semana los azulgrana han cumplido con su parte del trabajo. Después de haberse torcido la temporada de una manera preocupante, han frenado la caída libre para agarrarse a Primera. Ayer no era un día para especulaciones.

Nadie ocultaba que, con los encuentros frente al Girona y el Atlético en el horizonte, la visita del Rayo representaba una final. Toda la carne en el asador. Paco López no reservó nada. Morales alargó su condición de irreductible y entró en el once titular. El madrileño, quien sufrió un doble esguince de tobillo el pasado martes, estuvo entre algodones y finalmente forzó la máquina. Además, el técnico granota optó por mantener el dibujo con el que el equipo había recuperado las buenas sensaciones en las dos anteriores jornadas: un 4-3-3 en el que Vukcevic aporta el equilibrio defensivo que se había perdido.

El Comandante tardó muy poco tiempo en justificar la preocupación que existía por su posible ausencia. En el primer minuto del encuentro, buscó el espacio en la endeble zaga del Rayo para liderar un contragolpe. Su intencionado centro no dio sus frutos por una confusión entre Jason y Campaña. Ambos se estorbaron. Tampoco tuvo la lucidez necesaria Mayoral, quien sólo unos instantes después desperdició una ocasión clarísima. Completamente solo ante Alberto García, mandó el cuero a la grada.

El Rayo, fiel a su estilo, intentaba mantener la posesión con un juego elaborado, mientras que el Levante, más directo, hacía daño cada vez que robaba el cuero. Intensidad en la destrucción y ataques rápidos. Era la receta. Una propuesta que obtuvo recompensa en el minuto 12. Mayoral recuperó el balón en el centro del campo, se abrió paso entre dos centrocampistas y conectó con un Morales que guardó el esférico sabiendo que, por detrás, llegaba como una bala Toño. El lateral de Puerto de Sagunto centró y el inocente despeje de Ba puso el gol en bandeja a Campaña. Y el genio andaluz no falló. Como hace una semana y media. Como la temporada pasada contra Las Palmas. Valor al alza. 1-0.

Con Vukcevic cubriendo las espaldas de Campaña y Bardhi, el equipo cobra un mayor orden. El montenegrino no tiene recorrido ni realiza pases rompedores, pero compensa la balanza y aporta seguridad. Jason generaba peligro con su potencia, mientras que Mayoral resultaba clave merced a su preciado juego de espaldas y sus asociaciones.

Un ágil Aitor evitó el empate de Raúl de Tomás y, sólo un minuto después, Morales dribló a Embarba para acabar sufriendo un penalti. El madrileño asumió la responsabilidad desde los once metros y se topó con Alberto. A raíz del fallo, el Rayo ganó presencia. El Levante, algo aturdido, actuaba con menos claridad. Algunas imprecisiones en la salida de balón daban alas al cuadro vallecano... Hasta que surgió la estrategia. Un peligroso contragolpe tejido por Vukcevic y el Comandante acabó en un córner del que iba a nacer el 2-0. Campaña lo sacó y Vezo, quien volvió a exhibir su poderío en el juego aéreo, cabeceó el balón a la red.

Ya en el segundo acto, el Rayo entró con iniciativa y con el exlevantinista Javi Guerra en el once. Bebé lo intentaba con duros disparos de larga distancia, mientras que los de Paco López se centraban en continuar siendo compactos. Mayoral, sobrado de talento, volvió a carecer de pólvora. La definición no le acompaña. En apenas cinco minutos, desperdició dos clamorosas oportunidades para sentenciar el choque. Mano a mano con Alberto. Primero envió el balón al larguero y luego realizó un golpeo que no fue ni lanzamiento a portería ni asistencia a Jason. Entre ambas ocasiones, Vukcevic era sustituido por Rochina debido a unas molestias en la pierna derecha.

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Sin el balcánico, se vio un Levante más descompuesto en tareas defensivas. Y enseguida, en el minuto 70, llegó al tanto del Rayo. Álex Moreno superó a Coke y Álvaro García marcó. El partido se fue abriendo. Los granotas se encerraron excesivamente, algo que estuvo a punto de costarles caro. Raúl de Tomás hizo un eslalon en el área y amenazó con el empate. Morales y Jason, por su parte, respondían con verticalidad.

A falta de ocho minutos para el final, Embarba fue expulsado por doble amarilla y el Levante exprimió su superioridad numérica. Campaña, otra vez él, sacó un córner para que Jason lo metiera en la red con un testarazo. Y ya sobre la bocina, Simon fabricó una diagonal letal antes de asistir a Bardhi, quien fusiló. El gol de macedonio estuvo envuelto de suspense, ya que primero fue anulado por el árbitro por fuera de juego pero luego apareció el VAR para darle validez. «¡Levante es de Primera!», cantó la grada. Orriols cocina la permanencia.