La falta de pólvora preocupa

El renovado Ciutat de València abría sus puertas con la idea de ser el escenario de una victoria reconfortante. Sin embargo, las gradas de Orriols, vacías por la pandemia, se quedaron todavía más frías con el pitido final. El Levante no pasó del empate ante un rival directo como el Alavés pese a jugar con superioridad numérica durante 55 minutos. La historia de Granada se repitió. Al menos, en parte. Los de Paco López fabricaron esta vez más ocasiones claras, aunque la falta de pólvora volvió a penalizarles. Y les condena a vivir el parón liguero en los amargos puestos de descenso, con los mismos puntos que el Huesca y el Valladolid. Este último se impuso al Athletic. Un triunfo habría sacado al equipo azulgrana de la zona roja, pero el atasco continúa. Seis jornadas sin ganar.

Paco López renunció de inicio a su brújula sobre el césped. El técnico empezó dejando en el banquillo a José Campaña, quien había apurado los plazos para recuperarse de unos problemas en el aductor. Y la ausencia de Roger Martí, con coronavirus, fue cubierta por uno de los fichajes de verano: Dani Gómez. El joven madrileño disfrutaba de su primera titularidad como granota.

Demasiado pronto se desmoronó el plan de Paco López. Concretamente, cuatro minutos resistió el Levante sin encajar gol. Hasta que Lucas Pérez anunció que se iba a convertir en un dolor de cabeza para la zaga azulgrana. Edgar Méndez fabricó un pase diagonal en busca del delantero gallego, quien encontró un inmenso vacío detrás de Son y fue directo hacia el arco de Aitor. No perdonó en el mano a mano. Los granotas aún no han sido capaces de dejar su portería a cero esta temporada.

Con el Alavés en una posición soñada, el Levante poseía el control del juego y trató de profundizar por las bandas merced al recorrido de Clerc y Son. Ambos laterales se acercaban a la línea de fondo, pero fallaba el último pase. Igual que en los anteriores encuentros. Dani Gómez, muy intenso, está en proceso de adaptación a la categoría, aunque transmite cada vez mejores sensaciones.

Hubo que esperar 22 minutos para que el Levante gozara de su primera oportunidad clara. Rochina filtró un pase a Morales, quien entró en el área y centró para que Melero, llegando con potencia, cabecease y mandase el cuero acariciando el travesaño. Los de Paco López, con su clara apuesta ofensiva, asumían riesgos. En cuanto iniciaban la jugada, Clerc y Son se convertían en extremos y Rochina y Bardhi tendían hacia posiciones interiores con el objetivo de generar una superioridad. Pero les costaba inquietar a Pacheco.

El Alavés necesitaba muchísimo menos para crear peligro. Y en una de esas, Lucas Pérez volvió a encontrar una laguna en el costado derecho del Levante. Sorprendió a Son y Duarte, aunque el central costarricense llegó a tiempo para interceptar el tiro.

Cerca de la media hora, Dani Gómez se quedó con la miel en los labios, ya que el árbitro le anuló un gol por claro fuera de juego de un Clerc que le había asistido. Instantes después, se produjo un punto de inflexión. Edgar Méndez vio la segunda amarilla al lanzar al campo un balón mientras estaba en marcha un ataque del Levante. Una semana antes, en Granada, los granotas no supieron aprovechar la superioridad numérica. Ayer tenían el reto de redimirse.

Morales lo intentó con un remate forzado y Rochina acarició el palo con un zurdazo. Por su parte, Lucas Pérez volvía a resquebrajar a la defensa granota con demasiada comodidad. El gallego dribló a Vezo y conectó con Joselu, quien encaró a Aitor en una acción que finalizó en córner.

El Levante entró en el segundo acto con la misma mentalidad. Los reiterados centros seguían careciendo de precisión. Y en uno de ellos, tras un rebote, apareció Morales para salvar los muebles. Era el minuto 51. El Comandante disparó a la media vuelta y el balón, ligeramente desviado por un futbolista del Alavés, superó a Pacheco.

Los azulgrana, con las líneas adelantadísimas, se volcaron en ataque. Dani Gómez protagonizó una galopada que estuvo cerca de suponer la remontada. Entonces, a media hora para el final, Paco López comenzó a mover sus piezas. Era el momento de Campaña. El sevillano y De Frutos relevaron a Malsa y Rochina. Sustituciones que representaron un giro táctico, ya que el esquema pasó a un 4-3-3. Morales caía a la banda.

Dani Gómez se quedó como referencia ofensiva y tuvo en su cabeza la remontada. Magistral centro de De Frutos y cabezazo del joven delantero que obligó a lucirse a Pacheco. Justo después, el ariete fue sustituido por Sergio León.

El Levante apretaba, pero sin el acierto necesario. Y el Alavés tampoco había dicho su última palabra. Aitor evitó el drama al atajar un disparo a quemarropa de Joselu. El tiempo corría. El asedio granota iba a más. Con acercamientos y ocasiones de todos los colores. Sergio León desperdició una ocasión de oro con un testarazo al poste tras recibir una excelsa asistencia de cabeza de Clerc. Por su parte, De Frutos, muy participativo, desequilibraba y creaba espacios. Un viejo conocido como Deyverson, quien conserva su capacidad para sacar de quicio a los rivales, pudo marcar con un disparo cruzado. El marcador no se movió y el Levante sumó su tercer empate consecutivo a un gol. La preocupación va en aumento.

La puesta en escena del Levante en la segunda parte fue mejor. Con superioridad numérica, se fue con orden a por la meta visitante y a los seis minutos de la reanudación Morales devolvió las tablas al marcador con un remate a la media vuelta que tocó en un defensor.

Cinco minutos después Dani Gómez tuvo el segundo gol en sus botas en una incursión en el área, pero su disparo salió alto. La inferioridad numérica pasaba factura al Alavés.

A pesar de que el partido se jugaba prácticamente en el campo del Alavés, la intensidad inicial del Levante bajó considerablemente, aunque ambos equipos pusieron a prueba a los porteros.

Especialmente significativas fueron las ocasiones de Joselu a bocajarro y que repelió Aitor con una gran intervención en el minuto 76 y otra para el local Sergio León, quien, a puerta vacía, envió el balón primero a un palo y el rechace posterior fuera en una posición inmejorable.

El Levante lo intentó en los campases finales, pero el equipo de Pablo Machín se defendió bien e incluso desaprovechó en el tiempo añadido una buena opción de lograr un segundo gol.