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El Levante tiene motivos de sobra para soñar. Para creer. La línea entre la fantasía y la realidad, a veces, es muy delgada. Anoche, pese a la acumulación de lesiones y un determinante fallo arbitral, los de Paco López empataron frente al Athletic. El mismo equipo con el que se medirán el jueves en el partido de vuelta de las semifinales de la Copa del Rey. El conjunto granota no llevó el peso del partido y, en varios tramos, estuvo en aprietos. Demasiado replegado. Pero resistió y enseñó las uñas a golpe de verticalidad. El equipo sumó un valioso punto en Liga, pero sobre todo reforzó su confianza de cara a la histórica cita.
Paco López decidió dar continuidad al dibujo que tan bien funcionó en el Wanda. Así, el Levante se plantó con un esquema de tres centrales, con Coke acompañando a Duarte y Róber. Vukcevic, en un insólito doble pivote con Rochina, recuperó la titularidad tras superar una lumbalgia. De Frutos, Morales y Roger componían un temible tridente ofensivo.
El Athletic comenzó embistiendo y, en los primeros diez minutos, dispuso de dos clarísimas ocasiones para adelantarse. Tras un peligrosísimo centro de Berenguer, Aitor salió y vio cómo el esférico rebotó entre sus piernas y a punto estuvo de colarse en su portería. El guardameta vasco iba a tener que emplearse a fondo. Así, a raíz de un desajuste defensivo, el arquero desvió lo justo un disparo de Muniain para que el balón se estrellase en el poste.
Morales buscó la réplica e intentó sorprender a Unai Simón en un golpe franco escorado. Sin embargo, el Athletic estaba mostrando su versión más mordiente, haciendo daño con sus ataques directos e imponentes. El Levante, tímido, tenía problemas para atravesar la línea del centro del campo.
Pasados los 20 minutos, los azulgrana se fueron estirando y sintiendo cada vez más cómodos. Ganaban fluidez. Claridad. Y emergió el futbolista de moda en Orriols: De Frutos. Su explosividad y talento está causando sensación. Robó el cuero en la medular y metió la quinta marcha en busca del arco rival... Hasta que fue derribado por Nuñez. Era la única forma de pararle. Hace sólo dos semanas, el segoviano ya había forzado una pena máxima ante Osasuna. En aquella ocasión, Morales desperdició la oportunidad. Anoche, Roger no iba a fallar. El Pistolero marcó y sumó su décimo gol en Liga.
Levante UD
Aitor; Son, Coke (Miramón, '57), Duarte, Róber Pier, Clerc; Vukcevic (Malsa, '57), Rochina, De Frutos (Toño, '83); Morales (Dani Gómez, '73) y Roger (Sergio León, '83).
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Athletic Club
Unai Simón; Capa, Unai Núñez, Íñigo Martínez, Balenziaga (Lekue, '67); Berenguer (Villalibre, '76), Vencedor (Zarraga, '84), Vesga, Muniain (Morcillo, '67); Iñaki Williams (De Marcos, '76) y Raúl García.
GOLES Roger ('34) y Raúl García ('56)
ÁRBITRO Isidro Díaz de Mera Escuderos
El cuadro bilbaíno se repuso y Williams se topó con el omnipresente Aitor después de superar con demasiada facilidad a Coke. Los de Marcelino volvían a cobrar protagonismo. Tocaba arrimar el hombro. Rochina, quien anoche debía ejercer como cerebro azulgrana, se veía obligado a remangarse para ayudar en las destrucción. El Athletic tenía el control y profundizaba, sobre todo, por la banda izquierda. Balones colgados al área y disparos desde la frontal... Avisaba una y otra vez. Pero el Levante aguantó para irse a los vestuarios con una mínima pero esperanzadora renta.
El segundo acto mantuvo la tendencia con la que se había llegado al descanso. El Athletic llevaba la batuta y los de Paco López trataban de esforzarse atrás y encomendarse a algún contragolpe. Pronto se equilibró la balanza desde los once metros. El colegiado señaló un inexistente penalti de Vukcevic sobre Berenguer. Después de un descuido de Coke, el montenegrino escondió la pierna antes de golpear con la tibia del navarro. Pese a la indignación de los granotas, la lenta revisión del VAR dio la razón al árbitro. Raúl García, un titán, puso el 1-1.
A partir de ahí, Paco López movió sus piezas teniendo en cuenta la acumulación de minutos. Tras una fase en la que pasó serios apuros, el Levante fue ganando solidez y apostando por la verticalidad. Nadie rompió las tablas. Un resultado que conduciría a la prórroga el próximo jueves. Hay fe.
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