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Morales, presionado por Vencedor bajo el diluvio efe

La pólvora mojada impide la reacción

El Levante muestra una sensible mejoría defensiva y encierra al Athletic, pero carece de acierto en un duelo marcado por el diluvio

Viernes, 19 de noviembre 2021, 19:33

Diluvió en el Ciutat de València. La moderna cubierta resguardó a los más de 15.000 aficionados que ocuparon las gradas, pero no impidió que se mojara la pólvora del Levante. Los de Javier Pereira dieron anoche un visible paso adelante en cuanto a fútbol y concentración. Por momentos, encerraron al Athletic. Sólo faltó el gol. Los azulgrana dominaron el encuentro con un ritmo alto y un juego fluido... Eso sí, ya en el tramo final, la lluvia hizo prácticamente imposible conducir el balón. Tocaba remangarse. Ayer el equipo mejoró, aunque el empate en absoluto resuelve los problemas. 14 jornadas sin ganar son una losa demasiado pesada. Y mañana, en función del resultado que obtenga el Getafe contra el Cádiz, los granotas pueden acabar la jornada colistas. Las sensaciones mejoran. Las urgencias persisten.

Pereira mantuvo su confianza en Dani Cárdenas. Antes del parón liguero, frente al Alavés, el técnico pacense apostó por primera vez por el canterano y anoche lo mantuvo bajo los palos. También dio continuidad a Son en el lateral derecho. Por su parte, Shkodran Mustafi y Roger Martí, recién recuperados de sus respectivas lesiones, entraron directamente en el once inicial. Dos futbolistas llamados a ser fundamentales a lo largo de la temporada. El delantero de Torrent ha superado una fascitis plantar que le mermó durante varias jornadas hasta que le obligó a parar.

Fueron los primeros minutos de Roger desde que aterrizó Pereira, quien optó de nuevo por el dibujo de 4-3-3. El gran reto del Levante, que consiste en ganar seguridad defensiva, estuvo a punto de desvanecerse a los cinco minutos de juego. Los azulgrana sufren de lo lindo en los balones colgados al área. Y en una falta sacada por Muniain, Íñigo Martínez se escapó de Mustafi para cabecear cerquísima del poste. Primer susto.

Sin embargo, a partir de ahí, los granotas ofrecieron un cuarto de hora extraordinario en el que sólo se echó en falta el gol. Una falta de contundencia que iba a resultar determinante. Malsa, con un gran despliegue físico, trató de reeditar el pase que supuso el tanto de De Frutos frente al Alavés. Ayer su destinatario fue Campaña, quien no llegó al remate.

Clerc, quien ganaba presencia en los metros finales, recuperaba su mejor versión para poner contra las cuerdas a Lekue. Un preciso centro suyo propició un peligrosísimo remate picado de De Frutos. El Levante apretaba y se volcaba en el área del Athletic. Los azulgrana se asociaban perfectamente en la línea de tres cuartos, con un juego directo y trepidante.

Campaña se sentía cómodo y florecían Morales y De Frutos para profundizar por las bandas. El Levante, muy vertical, generaba espacios con facilidad. Llegaba con varios recursos a la portería de Unai Simón, aunque carecía de lucidez para culminar las acciones.

El Athletic, un equipo contundente, metió el miedo en el cuerpo de los azulgrana con una acción aislada que nació de una fallida intercepción de Campaña en el centro del campo. Williams recogió el esférico para sorprender a una defensa que estaba manteniendo el orden. El veloz delantero perdió la ventaja al intentar sortear a Cárdenas, mientras que Clerc acabó expulsando el esférico.

El Levante, en líneas generales, estaba bien plantado. Sin sufrir. Malsa se mostraba muy atento en las tareas de destrucción y los centrales ataban en corto a los atacantes del Athletic. Además, las alas del Levante funcionaban. Los explosivos Morales y De Frutos rompían líneas. Los jugadores se entendían. Y se marcharon al descanso reclamando manos de un defensa rojiblanco en un golpe franco de Bardhi.

El Levante entró en el segundo acto manteniendo el dominio y el elevado ritmo de la primera parte. Eso sí, había un nuevo obstáculo: la intensa lluvia. A falta de media hora para el final, Pereira perdió a Malsa, quien se quedó tendido en el suelo por unos problemas en el tobillo derecho que arrastraba desde minutos atrás. No iba a poder continuar sobre el césped. Vukcevic entró en su lugar.

Campaña agarraba el timón y desplegaba su talento en las conducciones y los pases entre líneas. Destellos de talento. El partido se fue abriendo, pero los azulgrana estaban sobrios en defensa. Los zagueros, atentos, se anticipaban a los atacantes rivales.

Ya en la recta final del encuentro, con el diluvio desatado, hilvanar jugadas se convertía en una ardua tarea. Curiosamente, en ese inhóspito contexto, llegó la mejor ocasión del partido. De Frutos se llevó las manos a la cabeza al ver cómo se agigantaba Unai Simón. El arquero sacó una mano providencial para desviar a córner un cañonazo del segoviano a la altura del punto de penalti. Nico Williams, el prometedor hermano de Iñaki, replicaba y ponía a prueba a un solvente Cárdenas.

Jarreaba. Algo que ya hacía prácticamente imposible conducir el esférico. Aun así, el Levante se volcó en busca de un gol que se resistió. Como la victoria este curso.

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