Sergio Postigo, ante la presión del Choco Lozano LUD

Orriols apaga su esperanza y apunta al palco

El Levante desperdicia su claro dominio ante un efectivo Cádiz y la grada reclama la salida de Quico Catalán

Sábado, 22 de enero 2022, 12:23

La euforia y la ilusión que se desataron con la victoria ante el Mallorca dieron paso este sábado a una sensación de agonía. De desahucio. El Levante debía ganar al Cádiz en Orriols para confirmar su recuperación y, como ha ocurrido durante toda la temporada, ... careció de la fiabilidad necesaria para mantenerse en Primera División. Arropado por la afición, el equipo dominó la mayor parte del encuentro y ofreció minutos de juego atractivo, pero falló en los momentos clave. Ni acertó en las numerosas ocasiones de que dispuso ni estuvo contundente en defensa. La derrota supone un jarro de agua fría que asienta la idea de que la permanencia es una utopía. El hilo de esperanza que se encendió con el triunfo frente al cuadro balear se ha apagado. Y la grada, indignada, acabó pidiendo la marcha de Quico Catalán, presidente del club. Una debacle.

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Lisci renunció al 3-5-2 que tan bien funcionó ante el Mallorca y apostó por el esquema de 4-4-2. Un cambio que no afectó a Pepelu. El canterano se asienta en el once titular y compartió doble pivote con Melero debido a la sanción de Campaña. El Levante, que en los exteriores del estadio se había empapado del alentador recibimiento dedicado por la hinchada, entró en el encuentro con el cuchillo entre los dientes. Consciente de todo lo que había en juego.

Ya en el primer minuto, una galopada de 50 metros de Morales se presentó como toda una declaración de intenciones. Justo después de forzar el córner, el Comandante se dirigió a la grada levantando los brazos con rabia. Era su forma de alimentar la comunión entre equipo y afición. No se trataba de un partido cualquiera.

Levante UD

Aitor, Miramón (Pubill, 77'), Postigo, Vezo, Clerc (Franquesa, 77'), Pepelu, Melero (Malsa, 87'), Bardhi (De Frutos, 55'), Morales, Soldado (Cantero, 87') y Roger.

0

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Cádiz CF

Ledesma, Iza Carcelén, Fali (Haroyan, 38'), Chust, Pacha Espino, Salvi, Álex Fernández (Rubén Alcaraz, 61'), Fede, Iván Alejo (Arzamendia, 79'), Lozano (Sobrino, 61') y Negredo (Alarcón, 79').

  • GOLES 0-1, Álvaro Negredo (34'). 0-2, Salvi Sánchez (73').

  • ÁRBITRO Soto Grado (C. Riojano). Amonestó a Fali, Bardhi, Lozano, Salvi, Ledesma, Clerc, Aitor, Alejo, Morales y Haroyan.

Los azulgrana, intensos y con las ideas claras, estaban decididos a abrir la lata. Sólo habían transcurrido cuatro minutos cuando llegó la primera ocasión clara del choque. Clerc, quien volvía al once tras superar el coronavirus, alcanzó la línea de fondo para sacar un centro rematado por Roger. El testarazo del Pistolero fue demasiado centrado. Una lástima. El Levante, muy cómodo sobre el césped, era dominador absoluto y apretaba en busca del gol.

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El conjunto granota, con Morales y Bardhi aportando soluciones por las bandas, apenas dejaba respirar al Cádiz. El balcánico también generaba problemas al rival con cambios de orientación. Clerc y Miramón contribuían con su profundidad.

Precisamente, de un larguísimo centro de Miramón nació una nueva oportunidad. Sin embargo, la potente volea de Morales fue despejada con serias dificultades por Ledesma. Los atacantes granotas se asociaban a la perfección, con Roger exhibiendo su movilidad.

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El Cádiz apuntó por primera vez a la portería granota en el minuto 22. Salvi puso a prueba al recién renovado Aitor Fernández con un peligrosísimo lanzamiento cruzado. El Levante había perdido frescura, ya que el conjunto amarillo estaba mejor posicionado y dejaba menos espacios.

Entonces, pasada la media hora, en su segundo acercamiento, el Cádiz golpeó con dureza. Lozano se sacó de la chistera un centro preciso para Negredo, quien superó en el salto a Miramón para cabecear el balón a donde no podía llegar Aitor. El ariete madrileño, curtido en mil batallas, ha recuperado al protagonismo con la llegada de Sergio González al banquillo amarillo.

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La inmediata réplica de Roger Martí no tuvo el mismo resultado. Faltaba pólvora. El tanto supuso un mazazo. El Levante seguía llevando la iniciativa en el juego, aunque sin la clarividencia que había lucido antes. De esta forma, el descanso debía servir para retomar el camino inicial.

Y a los 18 segundos de la reanudación, Melero apareció y buscó el empate con un disparo desde la frontal del área que se marchó cerca del larguero. El Levante, como era previsible, llevaba la batuta. Los de Lisci recuperaron la fluidez que habían perdido antes del descenso. Bardhi se movía con soltura entre líneas y hacía daño con sus pases entre líneas. No obstante, el macedonio fue el elegido por el entrenador italiano en el primer cambio del partido. En el minuto 55, De Frutos tomó el relevo del centrocampista balcánico. El técnico buscaba un juego más directo con la entrada del segoviano.

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Los azulgrana ponían contra las cuerdas al Cádiz con una doble ocasión de Vezo y Soldado. El veterano delantero valenciano empezaba a desesperarse. Y es que volvía a rozar el gol inventándose un remate con el pecho después de una cabalgada de Clerc por la banda izquierda

El Levante, sin puntería, se volcaba en ataque. Ledesma atajaba un potente cabezazo de Vezo en un córner. Los granotas estaban poniendo toda la carne en el asador. Algo que siempre tiene sus riesgos, ya que el Cádiz se encomendaba a los contragolpes para tratar de sentenciar el partido. Y Rubén Alcaraz dio un susto.

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Las aproximaciones granotas eran constantes. Sin embargo, la peor pesadilla se hizo realidad. Como en la primera parte, el Cádiz enseñó su lado más letal. El desolador 0-2 nació de una concatenación de errores. Aitor realizó un despeje defectuoso, San Emeterio recuperó el balón y profundizó, Alejo penetró en el área superando con facilidad a Postigo y Salvi remató. El extremo gaditano se adelantó a Miramón para definir con clase.

El entrenador azulgrana ya tenía preparados los cambios antes del gol y los llevó a cabo tras la tangana posterior. Y es que Morales reprochó a Alejo algún gesto en la celebración del tanto. Después de que el árbitro repartiera tarjetas y expulsara a Lisci, Pubill y Franquesa sustituyeron a Miramón y Clerc, respectivamente. Ya había poco que hacer. El encuentro se tornó bronco. La grada, que ve cómo se escapa la Primera División, señaló al palco con el cántico de «Quico, vete ya». A nueve puntos de la permanencia, haría falta un auténtico milagro.

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