El Levante se agiganta ante los grandes

Los primeros instantes del encuentro hicieron temer lo peor. El Barça comenzó acosando al Levante. Un vendaval que obligó a Aitor a sacar sus reflejos felinos. El arquero vasco, quien volvía al once en detrimento de Cárdenas, estuvo providencial para desviar con el cuerpo un disparo a bocajarro de Pedri. Era la segunda ocasión de gol para el canario en apenas cinco minutos.

Pero el Levante supo cambiar el peligroso rumbo que estaba tomando el encuentro. Así, los de Paco López aplacaron el ímpetu barcelonista. Se asentaron sobre el césped y dejaron de sufrir. Se soltaron y pasaron a rondar el área de Ter Stegen a base de asociaciones rápidas. Morales, quien llegaba a la cita tras un vistoso doblete ante el Alavés, probó fortuna con un duro disparo desde la frontal que se marchó alto.

A través de una presión alta que desencadenaba pérdidas del Barcelona, el Levante hallaba espacios. Bardhi, muy activo, dejaba el carril izquierdo para Toño y tendía hacia posiciones interiores con tal de fortalecer la medular. El Comandante y De Frutos amenazaban con su vertiginosa velocidad.

Y cuando mejores eran las sensaciones, llegó el varapalo en forma de gol. Era el minuto 25. Jordi Alba, quien ya había puesto en algún aprieto a Miramón, sacó un centro que fue desviado por el lateral maño con la cabeza con tan mala fortuna que el cuero fue a parar a la posición en que se aguardaba un genio. Messi, casi sin oposición, fabricó una volea fuera del alcance de Aitor.

El tanto no provocó un derrumbe granota. Los de Paco López mantuvieron la convicción y Bardhi dejaba destellos de su calidad. Sin embargo, el jarro de agua fría llegó pasada la media hora. Pedri se redimió de sus oportunidades falladas al principio y amplió distancias culminando una potentísima internada de Dembélé.

El segundo acto arrancó con el Barça entrando con demasiada facilidad en territorio granota... Hasta que, como ocurrió en la primera parte, el Levante alzó el vuelo. Se estiró. Movía el esférico con fluidez. Encontrando alternativas en ataque. Y una de ellas era la llegada en segunda línea de Melero. El mediocentro madrileño marcó con un preciso testarazo tras adelantarse a Sergi Roberto, quien había sustituido al lesionado Araújo en el descanso. El uruguayo había sostenido la defensa barcelonista.

Sólo dos minutos después, Morales apareció para hacer una de las suyas. Cuando está lanzado, es imparable. Tras una extraordinario pared con Roger, el Comandante lanzó un obús con la pierna izquierda que sirvió para poner las tablas. Su decimotercer gol en Liga. La mejor marca de su carrera profesional.

El levantinismo ya fantaseaba con una proeza como las de 2018 y 2019. Pero poco duró la alegría, ya que Dembélé se encargó de fusilar a Aitor para devolver la ventaja a los de Koeman.

Había tiempo. Nada de arrojar la toalla. De Frutos hacía daño por la banda derecha, aunque el gol entró por el costado izquierdo. Toño amagó, centró y Sergio León se inventó un exquisito remate para vivir su mejor noche en Orriols. El Levante ató un empate con el que demuestra que su nivel está muy por encima del ofrecido en los últimos meses.