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Roberto Soldado, intentando presionar a un jugador del Granada EFE

La dramática defensa del Levante

El equipo granota,el único de Primera que todavía no ha ganado, cae goleado por el Granada por flagrantes errores

Lunes, 1 de noviembre 2021, 19:48

El camino del Levante da miedo. Si el empate contra el Atlético devolvió la esperanza, la derrota de anoche fue un «horror», tal y como la calificó el propio capitán, José Luis Morales. El conjunto azulgrana encajó una alarmante goleada ante el Granada en el peor partido de la temporada y ya se queda como el único equipo de la liga que todavía no conoce la victoria. Tiene los mismos puntos que el colista, el Getafe. Los granotas, un desastre a nivel defensivo, regalaron tres tantos que hicieron inútil la mejoría experimentada tras el descanso. Los de Javier Pereira acabaron completamente descompuestos mientras la afición coreaba las jugadas del rival. Un despropósito.

Pereira optó por repetir el esquema que funcionó el pasado jueves frente al Atlético. Así, volvió a formar una defensa de tres centrales, aunque introduciendo un experimento. Ante las bajas de Róber, Postigo y Mustafi, Clerc se situó en el eje de la zaga. Franquesa y De Frutos actuaron de carrileros. Precisamente, el segoviano tuvo el gol en sus botas a los dos minutos de juego.

El arreón inicial del Levante ilusionó, aunque se convirtió en un espejismo. Bardhi, a quien Pereira ha sacado de la banda para encomendarle el papel de mediocentro organizador, se abrió paso en el área del Granada y fabricó una sensacional asistencia al segundo palo. Carlos Neva apareció para frustrar el remate de De Frutos.

El Levante se deshinchó a las primeras de cambio. Y el Granada le iba a sacar los colores por su fragilidad a la hora de defender las acciones a balón parado. A los siete minutos de juego, Rochina acaparó el protagonismo en su regreso a Orriols. El centrocampista saguntino, con un guante en su pie izquierdo, sacó un córner que desembocó en el 0-1. Vezo cometió un grave error de cálculo y perdió por completó la marca de Germán, quien cabeceó con toda la comodidad del mundo. Un remate ajustadísimo, ya que el esférico impactó en el palo antes de entrar en la red. Inapelable. El central portugués asumió inmediatamente su falló y levantó la mano para disculparse con sus compañeros.

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Los despistes defensivos son una losa demasiado pesada. A partir de ahí, el Granada se hizo con el control del partido y la retaguardia granota comenzaba a tambalearse. El Levante sufría en los balones colgados al área. Pasado el cuarto de hora, Aitor evitó que la herida se hiciese más grande. Jorge Molina recogió un rechace y se lució con una volea a la que respondió el arquero guipuzcoano con una mano providencial.

Soldado se alzaba como el futbolista más incisivo del Levante. Prácticamente, el único que inquietaba ligeramente al rival. El delantero valenciano tenía la portería de Maximiliano entre ceja a ceja. Primero lo intentó con una chilena fallida. Justo después, con un disparo de larga distancia. Posteriormente, estuvo a punto de cazar una temeraria cesión de Rochina al guardameta luso.

Sin embargo, el Levante no conseguía arrancar. No alcanzaba la fluidez en el juego. El trivote formado por Malsa, Bardhi y Pablo Martínez no funcionaba. Los pitos empezaban a hacerse notar en el Ciutat de València. El Granada se adueñaba del centro del campo y cada vez hacía más daño por la banda custodiada por De Frutos. El segoviano perdía la posición, obligando a Vezo a abrirse demasiado. Y así llegó el segundo tanto del partido.

Duarte despejó hacia atrás y Clerc, sorprendentemente, buscó ceder el balón a Aitor. Luis Suárez, con la caña preparada, aprovechó la confusión de la zaga granota para fusilar y ampliar distancias. Otro regalo defensivo que costaba un gol. Dramático.

Al borde del descanso, un haz de luz entró en el Ciutat. El árbitro señaló penalti de Quini sobre Soldado, aunque desde el VAR advirtieron a Sánchez Martínez de las dudas que entrañaba la jugada. El colegiado revisó la acción frente al monitor y anuló la pena máxima por fuera de juego del delantero azulgrana.

Pereira buscó una revolución de cara a la segunda parte. Cambió piezas y sistema. Franquesa, Malsa y Pablo Martínez fueron sustituidos por Son, Vukcevic y Campaña. El mediocentro sevillano, quien confía en dejar atrás su calvario de lesiones musculares, reapareció después de siete semanas convaleciente. El técnico pacense abandonó la defensa de tres centrales e implantó un 4-3-3.

Morales iba creciendo por la banda izquierda con su verticalidad. En sus de sus internadas, conectó con Bardhi en busca del gol de la esperanza, pero el macedonio, en una posición propicia, remató de forma defectuosa.

El encuentro se abría. El Levante adelantaba metros y los futbolistas se entendían. El balón circulaba con sentido. Los de Pereira profundizaban por las bandas y por el centro. Llegaban a zonas de peligro con múltiples recursos. Sólo faltaba puntería. Bardhi, De Frutos y Soldado disponían de ocasiones de todos los colores, aunque no conseguían rematar la faena.

El Granada, cada vez más replegado, respondía con disparos lejanos. Y entonces llegó el regalo de Campaña. El sevillano se metió en la boca del lobo al sacar el balón jugado en el centro del campo y acabó entregándolo al rival. Antonio Puertas cogió desprevenido al Levante, fintó a Vezo y batió a Aitor. La afición comenzó a abandonar la grada. La ilusión por el tramo final del encuentro se había esfumado. El Levante se quedó sin argumentos.

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