Sin margen de error, un partido como el de este sábado es frustrante. No sólo por el resultado, un empate que sirve de poco, sino también por la forma de producirse. El Levante, dominador en el juego, se mostró impotente. No supo rematar la faena. Hizo méritos para llevarse la victoria ante un Espanyol muy alejado de las expectativas. Sin embargo, los de Alessio Lisci tuvieron que remar a contracorriente tras el gol de Puado y acabaron sumando un punto insuficiente. Unas tablas que escuecen todavía más por el penalti sobre Dani Gómez que obvió el árbitro. Inexplicablemente, Díaz de Mera Escuderos no vio conveniente consultar el VAR. Este lance desató la indignación de los jugadores y técnicos granotas, quienes tenían el partido subrayado en rojo. Para perseguir el milagro de la salvación, encuentros así no se pueden escapar.
Teniendo en cuenta el duro calendario que se avecina, el Levante tenía prácticamente la obligación de ganar este sábado al Espanyol en Orriols para mantener vivo el sueño. Lástima. Aun así, los resultados de los rivales directos permiten a los azulgrana terminar la jornada a seis puntos de la permanencia. Ha recortado uno. El Alavés y el Mallorca todavía deben jugar, aunque sus resultados no influirán en la distancia con el decimoséptimo. Otra oportunidad desperdiciada y una semana menos para reaccionar.
Alessio tuvo que recomponer sus piezas ofensivas por la baja de Morales. El Comandante, por primera vez desde que llegó al Levante, se perdió un encuentro por lesión. En su lugar entró Bardhi. Por su parte, la ausencia de Miramón fue cubierta por Marc Pubill. El prometedor lateral derecho, precisamente, se enfrentó al equipo que le descartó por su baja estatura cuando era un crío. Ahora roza los 190 centímetros de altura y derrocha poderío físico.
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El Levante amasaba el balón. Sin precipitarse. Con Pepelu asumiendo galones. A los ocho minutos, se produjo el primer acercamiento con peligro del Levante. Como no podía ser de otra forma, llevó la firma de De Frutos. El segoviano, en estado de gracia y en la agenda de numerosos clubes, entró por la banda derecha y obligó a intervenir a Diego López. Se movía con libertad por el ataque, ejerciendo de socio de Roger y cayendo a los costados.
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El Levante estaba bien organizado. Esperando su momento. Esperando ese desajuste defensivo del Espanyol que abriese la puerta del gol. Cáceres y Róber ayudaban en la distribución del juego y el equipo trataba de romper el muro blanquiazul a base de diagonales. Melero tuvo el gol en sus botas tras una excelente combinación granota, pero no cazó el esférico por milímetros.
El Levante rondaba cada vez con más insistencia la portería de Diego López. Y Marc Pubill, quien derrocha poderío físico, mandó el balón fuera con la portería vacía. Los azulgrana desplegaban todos sus recursos y Bardhi, con su movilidad y calidad, se iba imponiendo en la línea de tres cuartos.
En medio del dominio levantinista, el Espanyol dispuso de una ocasión de oro para adelantarse en un contragolpe. Pero Duarte estuvo providencial para robar la cartera de Raúl de Tomás, quien ya tenía la caña preparada frente a Cárdenas. El Levante fue retrocediendo metros y los de Vicente Moreno llegaron al descanso sintiéndose más cómodos.
El segundo acto arrancó de la peor manera posible. A los cinco minutos, Javi Puado adelantó al Espanyol. Darder filtró a la perfección un pase y unos instantes de confusión entre Cáceres y Duarte en el marcaje fueron suficientes para que el atacante catalán se plantara ante Cárdenas y cruzara el balón con precisión.
El Levante reaccionaba por medio de la explosividad de De Frutos, quien se convertía en una pesadilla para Pedrosa. Y a falta de media hora para el final, Alessio introdujo en el campo a Vezo, Franquesa y Campaña. El mediocentro sevillano volvía a los terrenos de juego dos meses después.
El Levante estaba obligado a asumir riesgos. Un mal despeje pudo costar caro, ya que Vilhena cabeceó el balón al poste. Marc Pubill respondió con otro testarazo a la madera. El canterano cumplió con creces. Y Campaña se hacía notar. Con geniales pases en profundidad, recordaba que es el futbolista con más clase de plantilla azulgrana. Lástima que tanto la temporada pasada como la actual sólo haya podido exhibir su calidad en pequeñas dosis debido a los problemas físicos.
Con la entrada de Dani Gómez, Alessio instauró un 4-4-2. El delantero madrileño llevaba sólo un minuto en el campo cuando marcó el tanto del empate. Franquesa fabricó un centro larguísimo y Joan García, quien había sustituido a Diego López por lesión, se equivocó en la salida, poniendo el esférico en bandeja para que el ariete granota lo empujara al interior de las mallas.
El Levante llevaba la batuta con Campaña canalizando todas las acciones. Y en un contragolpe, De Frutos se lesionó. Sufrió una fuerte contusión en el pie derecho que le impidió terminar el encuentro. Posteriormente, abandonó el estadio con una sensible cojera y apoyado en una muleta. Las pruebas médicas a las que se sometió descartaron una fractura, pero padece una inflamación importante.
Los últimos instantes fueron trepidantes. En el minuto 90, Dani Gómez fue claramente derribado por Cabrera dentro del área. Los azulgrana reclamaron penalti, pero el árbitro no revisó las imágenes en el monitor. El asedio final, con constantes balones colgados al área, no obtuvo recompensa.
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