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Batacazo. Así se puede definir el partido del Levante ante el Espanyol. No salió -prácticamente- nada bien. Cuatro goles encajados, que pudieron ser más, y con uno menos. Los pericos, favoritos al ascenso, demostraron su poderío ofensivo con cuatro picotazos que el conjunto granota no supo contrarrestar. Nico Melamed hizo lo que quiso en el Ciutat y poco pudo hacer la defensa del Levante para pararle. Nuevamente la zaga flojeó y el primer duelo directo ante uno de los candidatos a estar arriba se va por la borda. Oportunidad perdida para dar un golpe sobre la mesa y demostrar algo que de momento, se ve que el Levante no tiene todavía. Pero al ser la quinta jornada, aún hay -mucho- margen de mejora.
Levante UD
1
-
4
RCD Espanyol
Comenzó avisando el Espanyol. No tardó ni 30 segundos. Un balón largo a la espalda de la defensa fue aprovechado por Jofre Carreras, que ganó el duelo aéreo al joven Álex Valle y centró al área. Suerte tuvo el Levante que Javi Puado falló en el remate y le pegó al aire. Era un aviso de lo que venía. El delantero perico perdonaba esa, pero luego no fallaría. Tras unos diez minutos de control granota, el Espanyol volcó su ataque por la banda izquierda y sacó un centro lateral. El mal despeje raso de Álex Muñoz volvió a la frontal, donde lo recogió Melamed. El talentoso mediapunta no se lo pensó y sacó un zapatazo seco que entró por la cepa del poste, pillando sorprendido a un Joan Femenías que llegó tarde a la estirada. El guardameta del Levante tuvo un inicio dubitativo, incluso con algunos pitos por sus malos pases en el juego de pies que costaron un susto, pero se rehizo con dos paradones seguidos.
Un cara a cara con Melamed y un disparo lejano de Edu Expósito en cuestión de segundos permitieron al portero lucirse. En torno a la media hora de juego, el Espanyol se veía por delante en el marcador y empezó a perder tiempo en los saques ralentizando el juego y calentando al graderío de Orriols. Poco le duró el enfado a la afición, que saltó de sus asientos para celebrar el gol de Mohamed Bouldini. A destacar la gran jugada de Andrés García, que con un gran cambio de ritmo desbordó a Ramón Santos para llegar a línea de fondo, donde puso el centro al área. El delantero marroquí remató como pudo -entre el pecho y el hombro- pero el balón superó a Fernando Pacheco. Los pericos protestaron una posible mano, pero el VAR concedió el tanto del empate. La sensación momentánea fue de que el viento soplaba a favor del Levante, que además tenía a la grada enchufada tras un nuevo paradón de Femenías, aunque no contó ya que Expósito partió de fuera de juego.
Peró el soufflé pronto se rebajó. De nuevo, una jugada similar a la del primer gol encajado. Un mal despeje dejó el balón muerto en la frontal del área, desde donde Leandro Cabrera sacó un centro al área, donde Jofre peinó hacia el segundo palo. Allí apareció Puado, que con un remate acrobático, perforó la portería granota para volver a adelantar al Espanyol. Un drama, además, un gol de esos que llaman psicológicos, justo antes del descanso. En el final del añadido se reclamó un penalti sobre Bouldini, muy protestado por la grada, pero ni el árbitro ni el VAR apreciaron un contacto suficiente como para señalar los once metros.
Tuvo una ocasión Dani Gómez, quizá demasiado escorado, motivo por el que intentó regatear la salida de Pacheco. Sin éxito, claro. Fue la ocasión previa al desastre. Rubén Vezo, casi como último hombre, intentó cortar el balón con un una entrada deslizante, pero su despeje rebotó en el propio Melamed, que se llevó el esférico conduciendo un tres contra dos clarísimo. Fue egoísta el crack del Espanyol, ya que pisó área y disparó al palo del portero. Y la metió. De casi el 2-2 al 1-3 en cuestión de segundos. Por eso el Espanyol es el favorito de Segunda y por eso el Levante todavía tiene mucho trabajo que hacer para mejorar. Especialmente en portería. No se debe señalar a Femenías, que no tuvo una buena noche -casi cuesta un disgusto en una salida en la que Vezo tuvo que enmendar bajo palos su error de comunicación-y que probablemente se verá relevado al banquillo por Andrés Fernández más pronto que tarde.
No estuvo bien tampoco Ander Capa en su debut como titular. Se le notó falto de ritmo y lento. Melamed hizo lo que quiso con él y más. Todo el peligro del Espanyol vino por esa banda y con razón. Es la posición más débil de la plantilla. Quedó señalado también Vezo, que tras un error en salida de balón, intentó enmendarlo con una falta pero al ser el último hombre, recibió la roja directa. Mucho que mejorar en este Levante, especialmente en la parcela defensiva. La puntilla final la puso Puado con un cabezazo en un contragolpe. A diez minutos del final, el Ciutat ya se fue vaciando con la gente resignada.
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