Sin presión y con descaro

El pasado 17 de junio se removió en la cabeza, y sobre todo en el corazón, de numerosos aficionados granotas cuando se sentaron este sábado en su butaca del Ciutat de València. Era el reencuentro con el escenario donde, hace poco más de dos meses, se escapó el retorno a Primera División de la manera más cruel que se pueda imaginar. Desde entonces, el club está inmerso en una reestructuración deportiva, institucional y económica que abre un horizonte de incertidumbre. De ahí los pitos que, tímidamente, se escucharon por momentos durante el partido ante el Burgos. Sin embargo, era el día de arrancar un nuevo proyecto en Orriols. Y la afición se volvió a volcar con los futbolistas con el objetivo de dar un primer paso en casa hacia el sueño. Este curso nadie se atreve a hablar del ascenso como una obligación. Las circunstancias han cambiado. Toca apretarse el cinturón debido a ese agujero financiero que ha provocado un terremoto y la despedida de Quico Catalán. Pero la plantilla, más modesta que la anterior, transmitió buenas sensaciones sobre el césped. A falta de un delantero con pólvora, el conjunto granota está listo para pelear.

El Levante atraviesa un período de transición debido al batacazo deportivo y económico. Quico Catalán, quien ya ha anunciado su salida después de 14 años dirigiendo el club, sigue ejerciendo como presidente a la espera de que el grupo liderado por el consejero José Danvila tome el mando. Sin embargo, Catalán no estuvo presente en el palco con motivo del partido ante el Burgos, ya que se encontraba fuera y permanece a la espera del relevo. El dirigente que, salvo sorpresa, tomará el testigo en la gestión del club, Danvila, sí asistió el encuentro. La máxima representación de la entidad recayó sobre Francisco Fenollosa, presidente de honor.

Pero más allá del palco, estaban en juego los tres primeros puntos de la temporada en el Ciutat. Y el equipo de Calleja dio la talla frente al Burgos. El Levante se ha despojado de la etiqueta de favorito al ascenso. Y sin esa presión, este sábado funcionó de una manera ilusionante. El conjunto granota carburó con sus nuevas piezas, todas ellas con un perfil más discreto que las que se han ido. En cualquier caso, ya sea por experiencia o por proyección, hay mimbres para confiar en que los azulgrana breguen en la zona alta.

Las caras nuevas están aportando. Han llegado diez fichajes y ayer fue el turno de Álex Valle, Algobia e Iván Romero, quienes debutaron. En la primera jornada ya lo habían hecho Dela, Sergio Lozano, Oriol Rey y Óscar Clemente. Sólo faltan Andrés Fernández, Carlos Álvarez y Ander Capa. Este último todavía no está inscrito. El director deportivo, Felipe Miñambres, ha apostado por futbolistas nacionales y con la ambición de escalar a Primera.

Frente al Burgos se vio un Levante más vertical, más incisivo, con mayor mordiente que la temporada pasada. Otra versión del equipo de Calleja que sí agradó en Orriols. La victoria, fraguada justo antes del descanso con una remontada exprés, pudo ser holgada teniendo en cuenta las ocasiones. Sin embargo, en el tramo final, con el Burgos completamente volcado, tocó sufrir.

El partido se puso de cara a las primeras de cambio, ya que en el minuto 8 Grego cometió un penalti sobre Sergio Lozano. Cantero asumió la responsabilidad del lanzamiento y engañó a Caro, pero estrelló el balón en el poste. Un duro golpe.

El Levante estaba llegando con claridad a los metros finales. Mantenía el orden atrás y se acercaba al área rival con diferentes recursos y un fútbol más directo que el que acostumbraba Calleja. Andrés García, la nueva perla de la cantera tras la venta de Pepelu, Pubill y Cárdenas, disfrutó de sus primeros minutos como titular. El pasado curso ya actuó como suplente en tres ocasiones. El joven extremo valenciano ejerció como carrilero derecho dentro de un esquema con tres centrales. Y rozó el gol a base de desparpajo y potencia.

Otro de los jóvenes, Álex Valle, recién llegado del filial del Barcelona, se adueñó del carril izquierdo. Y se alzó como el jugador más desequilibrante del partido. El Levante estaba bien plantado y a Cantero se le volvió a hacer de noche frente a Caro. Se topó con el arquero a la hora de finalizar un contragolpe que parecía letal. Perdonar salió caro. Y en el minuto 45, un balón defendido con poca contundencia por Postigo y Álex Valle desembocó en el gol de Espiau.

Entonces llegó la reacción inmediata del Levante. Antes de llegar al descanso, los azulgrana dieron la vuelta al marcador. Cantero se resarció de la mejor manera, poniendo las tablas con un golpeo perfecto desde el balcón del área. Y Sergio Lozano se estrenó como goleador para poner el 2-1. El centrocampista valenciano lo celebró con una pasión especial, ya que ha vuelto a casa este verano. Se formó en la cantera granota. Su tanto estuvo envuelto por un tremendo suspense, ya que el árbitro llegó a anularlo por fuera de juego posicional de Bouldini. Y es que el delantero marroquí se encontraba tendido sobre el césped tras reclamar un penalti en la acción previa. Finalmente, el colegiado se plantó delante del monitor y la diana subió al marcador.

En el segundo acto, el Levante siguió en la misma dinámica y Bouldini firmó el tercero tras una asistencia magistral de Cantero. El ariete generó numerosos espacios y se movió con inteligencia. Deberá competir por la titularidad con delanteros como Iván Romero y Dani Gómez. El madrileño, ya recuperado de su lesión, reapareció en el tramo final tras un año cedido en el Espanyol.

El partido se complicó en el minuto 69 debido a un riguroso penalti de Postigo sobre Fer Niño. Curro recortó distancias. El Levante acabó remangándose para defender los tres puntos. Dulce retorno al Ciutat de València.

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