Tímida reivindicación en Copa de la segunda unidad

El Lugo recibe al Levante UD en la ida de dieciseisavos de Copa del Rey, en Anxo Carro a las 19:30 horas.

Once de Paco López: Aitor, Mayoral, Róber Pier, Doukouré, Chema, Moses Simon, Prcic, Samu García, Pedro López, Dwamena y Luna.

Once del técnico local, Alberto Monteagudo: Varo, Bernardo, Herrera, Campillo, Escriche, Azeez, Luis Ruiz, Aburjania, Juan Muñiz, José Carlos e Iriome.

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Será una tarde de nombres propios. La Copa del Rey se presenta como un escenario propicio para que varios futbolistas del Levante se destapen. Acapararán las miradas tres jugadores: Aitor Fernández, Raphael Dwamena y Moses Simon. El guardameta debutará como granota, mientras que el delantero y el extremo arrastran varias jornadas sin disfrutar de minutos. El técnico azulgrana, Paco López, aprovechará el choque con el Lugo para introducir unas rotaciones necesarias. La mayor parte de los fichajes de verano están careciendo de protagonismo y en el torneo del KO tienen una oportunidad de oro para reivindicarse. Hoy, en el Anxo Carro, podrán mostrarse.

El Levante está lanzado en Liga, encadenando cuatro victorias y situándose en séptima posición de la tabla. Entre los futbolistas que se han asentado en la titularidad durante la ilusionante racha, no aparece ninguna cara nueva. Los refuerzos de verano que sí tuvieron presencia en los primeros encuentros, Sanjin Prcic y Borja Mayoral, han pasado a un segundo plano. De ahí la trascendencia de la Copa del Rey.

El conjunto azulgrana afronta los dieciseisavos de final midiéndose a un Lugo con problemas en Liga. El conjunto gallego, que ocupa el decimoquinto puesto en Segunda División, estrenará técnico. El club presentó ayer a su nuevo entrenador, Alberto Jiménez Monteagudo, tras la destitución de Javi López.

Para la cita, Paco López concederá descanso a los hombres más cargados de minutos. Morales, Campaña y Postigo, pilares dentro de la estructura del preparador levantinista, se han quedado fuera de la convocatoria. Rochina, quien se ha convertido en una pieza clave a raíz del cambio de sistema implantado hace un mes, tampoco ha entrado en la lista. El de Silla, además, pierde a Boateng debido a un proceso febril.

Paco López no dispone de Coke, Vukcevic y Cabaco, quienes arrastran problemas físicos. El central uruguayo se tuvo que retirar durante el partido contra el Leganés al sufrir un esguince de grado 1 en el tobillo izquierdo. Ayer se sometió a nuevas pruebas médicas para concretar el período de baja y, tal y como estaba previsto, permanecerá fuera de combate diez días. Salvo sorpresa, podrá medirse a la Real Sociedad el 9 de noviembre.

Habrá numerosos cambios en el once inicial. «Tenemos una plantilla larga y eso nos da la posibilidad de ir a competir y a ganar cada partido con lo mejor que tenemos. Tenemos cosas que mejorar y lo mejor es hacerlo ganando», explicó Paco López tras el entrenamiento de ayer. Para completar la convocatoria, el de Silla ha echado mano del filial. Ha citado a dos futbolistas del Atlético Levante como el mediocentro Fran Manzanara y el central Genís Montolio. El técnico debe decidir si mantiene el sistema que tan bien ha funcionado en las últimas cuatro jornadas, el 3-5-2, o regresa a su habitual 4-4-2. En el eje de la zaga, sólo cuenta con dos jugadores de la primera plantilla: Róber y Chema.

«No hay un equipo de Liga y otro de Copa. Hay 25 jugadores que por pequeños detalles cada semana se pueden quedar fuera del once pero perfectamente pueden jugar. La idea es sacar al equipo que consideramos mejor en base a su estado físico», afirmó Paco López, quien destaca el valor del torneo del KO: «Nosotros cada partido lo afrontamos siempre con la idea de ganarlo. Nos ilusiona muchísimo la Copa del Rey».

Bajo los palos, se situará un Aitor Fernández que debutará con el Levante. Además, todo apunta a que Dwamena y Simon tendrán sitio en la alineación titular. El delantero ghanés y el extremo nigeriano son dos firmes apuestas del club, que desembolsó por ellos seis y cuatro millones de euros, respectivamente.

Enfrente, habrá un Lugo que ha alcanzado los dieciseisavos de final de la Copa por segunda vez en su historia. El conjunto gallego estrenará técnico: Alberto Monteagudo. El manchego encara su primera experiencia en un banquillo profesional. «Me gusta un fútbol más vertical de lo que es el equipo a día de hoy. Me gusta jugar bien pero no marear, sino ir adelante. Esperemos que algo de eso se vea ante el Levante. Es un partido de competición en nuestro campo y aquí hay que transmitir la idea a todo el mundo de que es muy difícil ganarnos», avisó.

Jorge Prado es una oportunidad. El lucense recibió el homenaje del Anxo Carro tras su reciente conquista del Mundial de MX2. El motociclismo ve en él una oportunidad. Una ocasión para, en un país como España en que sólo se sigue con pasión MotoGP, reivindicar las carreras de motocrós. Igual que el deporte de las dos ruedas quiere ganar aficionados y patrocinios promocionando otras modalidades, la Copa del Rey sirve como herramienta a los equipos de fútbol. En sus primeras rondas es un banco de pruebas donde los jugadores menos habituales tienen una baza para reivindicarse. Y algunos de los que hasta ahora han tenido pocos minutos en el Levante aprovecharon la de ayer. Samu García, que ha estado más fuera que dentro del club, completó un notable partido y Mayoral coreó su olfato goleador.

Con un once en Liga bien definido, en plena euforia de resultados y con un nuevo sistema que le funciona, Paco López lo cambió todo. Fue una especie de examen no tan sorpresa que le va a servir para sacar conclusiones hasta diciembre, cuando se dispute la vuelta de estos dieciseisavos de la Copa. Volvió a su preferido 4-4-2 y sólo alineó a Rober Pier de sus últimamente habituales, y casi por obligación. Podría haber colocado al chaval Genís, pero prefirió empezar con los futbolistas del primer equipo.

Con y sin carrileros, apuntalando más o menos el centro del campo, se vio que a este equipo le penalizan demasiado las pérdidas de balón en la medular. Es una sangría que no se consigue contrarrestar del todo que ha costado goles y sobresaltos. Una de Prcic penalizó a Pedro López, con tarjeta amarilla casi desde el inicio del encuentro. Y otra de Luna supuso la contra del Lugo que acabó con el mal rechace de Aitor y el gol de Herrera.

Al Lugo también le servía el partido de banco de pruebas, ya que Alberto Monteagudo se estrenaba como entrenador local. Con algo tan sencillo como salir a la contra consiguió crear peligro a un Primera, algo que esperanzó a la grada local. Al Levante, en cambio, le costaba general peligro.

Si los Roger, Morales, Campaña... empiezan a jugar de memoria, a los once de ayer se les notaba faltos de horas de vuelo. Hay mimbres, sí, pero se generaron más ocasiones por destellos que en acciones corales de todo el equipo. Una de las más claras, al borde del intermedio, fue por un latigazo de Prcic que repelió como pudo el meta Varo.

El bosnio tiene detalles, como el buen manejo de balón y el interesante disparo desde la media distancia, pero ha de mostrarse más contundente. Quizás, y eso es lo que desea el levantinismo, sea cuestión de adaptación. Hay que recordar que el año pasado los Boateng o el ahora añorado Lukic pagaron ese peaje. Su rendimiento no floreció casi hasta la primavera. Con Prcic, y sobre todo a Dwamena y Simon -y no digamos Vukcevic- hay cierta ansiedad por empezar a verles detalles.

Con el montenegrino lesionado, los otros dos futbolistas que por unas horas le precedieron como fichajes más caros de la historia del Levante se mostraron más intencionados que acertados. Dwamena estuvo bien de espaldas a portería, bajando balones ante los defensores del Lugo y cayendo a banda. Pero se le hizo de noche ante la portería rival. A Moses Simon se le ven mimbres, sobre todo una velocidad muy aprovechable, pero le falta complicidad con sus compañeros. ¿Tiempo al tiempo? Eso querrá él, Paco López y todo el levantinismo.

Después de una primera parte gris, el equipo despertó tras el descanso. Estuvo mejor plantado y con una pizca de calidad mejoró ostensiblemente, tanto sobre el césped como en el marcador. Y los protagonistas fueron dos jugadores de los que se ha hablado mucho este verano: Samu García, al que se quiso sacar, y Mayoral, por quien la dirección deportiva peleó hasta el final.

El malagueño puso la magia que se le suponía cuando se le fichó y el madrileño aportó el olfato goleador. De ahí nació el 1-1 y así se generó la ocasión con la que el de Parla casi destroza el poste de la portería del Lugo. De Dwamena, mientras tanto, más de lo mismo: mucha pelea, que casi le cuesta hasta la expulsión, y poco acierto rematador.

Samu García duró una hora en el campo en la que se mostró activo y descarado. Quién sabe si salió rehabilitado del Anxo Carro. Lo que sí resulta innegable es que ganó crédito como futbolista, en Orriols o en su próximo destino. Igual que Aitor empezó a hacer méritos para ocupar la portería granota en el futuro. El vasco, en el duro pulso con Oier, presentó como méritos su atrevimiento a la hora de salir a por los balones aéreos y un uno contra uno en el que ganó la partida a Juan Muñiz, evitando el 2-1.

Paco López se fue a por la remontada en los instantes finales, cuando el Lugo despertó y quería sitiar el área granota. Metió en el campo a Jason y luego a Bardhi en busca de una victoria que convirtiese la vuelta en otro banco de pruebas. En eso y en la ocasión de dar minutos a chavales como Genís y Manzanara, que ayer estuvieron en el banquillo.

La tuvo Jason, otro que viene reivindicándose. Desde la lesión de Coke, el gallego se ha hecho un hueco en el once mejorando sus prestaciones. Ayer tuvo en sus botas el segundo tanto en una acción en la que lo hizo todo bien pero se topó con el poste. Luego llegó un centro en el que Dwamena, en su tónica general, llegó una décima de segundo tarde al remate.

El delantero ghanés, como su compatriota Boateng, aún debe asentarse en este equipo y en el fútbol español. Seguro que tendrá más ocasiones, sobre todo en la vuelta de una eliminatoria, allá por diciembre, que el equipo, por calidad, debe superar sin problemas.