Queda mucho trabajo para el Levante

Javier Calleja estuvo muy atento este jueves a lo que sucedía en Anduva. El madrileño se convertirá, si todo marcha según lo previsto, en el nuevo entrenador del Levante en las próximas horas. Debía tomar nota del panorama al que se enfrenta. Y se trata de un equipo con un amplísimo margen de mejora. Lo más positivo que sacaron los azulgrana de su visita al Mirandés fueron los tres puntos, ya que lograron su primera victoria de la temporada a domicilio. Y, de paso, rompieron la preocupante racha de cuatro jornadas sin ganar. De manera provisional se sentó en el banquillo Felipe Miñambres. El director deportivo azulgrana, quien ya compatibilizó ambas funciones durante su etapa en el Rayo Vallecano, se estrenó con un triunfo balsámico. El resultado debe servir para aportar tranquilidad al mirar la clasificación, aunque no oculta el trabajo que queda por hacer. Los futbolistas fueron de más a menos a lo largo del encuentro. Comenzaron demostrando su capacidad para tejer un fútbol más atrevido e incisivo, pero terminaron encerrados y sufriendo en exceso. El miedo al empate se apoderó del grupo, que ya espera a su nuevo técnico.

La licencia de Miñambres fue tramitada a tiempo para que pudiera ejercer oficialmente como primer entrenador del Levante frente al Mirandés. El astorgano formó un tándem en el banquillo con Chema Sanz, técnico del filial granota. Sólo dispusieron de dos días para preparar el encuentro, pero sí dejaron claro que el espíritu del equipo debe ser diferente al que ha tenido durante las nueve primeras jornadas. El director deportivo quiere un conjunto más valiente, con mayor mordiente. Y esa versión alegre y dominadora se dejó ver durante la primera parte, en la que un penalti repetido permitió a los granotas firmar el gol que acabaría siendo definitivo. Tras el descanso, los jugadores fueron retrocediendo paulatinamente las líneas hasta acabar contra las cuerdas. La falta de acierto del rival permitió regresar con los tres puntos a Valencia.

El Levante aspira a superar una crisis tanto futbolística como social. Tras el paso circunstancial de Miñambres por el banquillo, el club confía en rematar en las próximas horas el fichaje de Calleja. Hoy será un día clave, ya que el consejo de administración se reunirá para analizar el planteamiento del director deportivo y, salvo sorpresa, dar luz verde a la operación.

El Levante se ha propuesto nombrar al sustituto de Mehdi Nafti antes del partido del domingo contra el Leganés. Las posturas entre el club y Calleja están cercanas y el consejo debe pronunciarse. El entrenador madrileño, finalmente descartado por un Elche que ha apostado por Jorge Almirón, ha mostrado desde el principio una predisposición total a tomar las riendas del Levante. Sabe que la plantilla, la más valiosa de Segunda División, tiene recursos de sobra para jugar con personalidad y lograr el objetivo del ascenso.

Calleja es el elegido por Miñambres, quien ha asumido abiertamente su error al apostar en verano por Mehdi Nafti. El técnico franco-tunecino, pese a su preocupación por dotar al equipo de la solidez defensiva de la que ha carecido durante los últimos años, no logró una identidad de juego. Sólo ha durado nueve jornadas.

Y las turbulencias deportivas tienen claras consecuencias a nivel social. La crispación es evidente. Los problemas sobre el césped, sumados a las dificultades económicas de las últimas temporadas, han intensificado el debate alrededor de la gestión del consejo, encabezado por un Quico Catalán cuyo mandato termina en diciembre de 2023. Y este jueves, la plataforma Levante Somos Todos volvió a alzar la voz para exigir un cambio radical en la directiva. Para ello, reclama una reunión urgente con Vicente Furió, presidente de la Fundación Cent Anys, poseedora del 62 por ciento de las acciones del club. Pretende que el patronato dirija un proceso de selección de candidatos a la presidencia con tal de llevar a cabo un relevo.

Mientras el Levante acelera el fichaje de Calleja y trata de calmar la aguas a nivel social, el equipo sumó este jueves una victoria. Un penalti en el tramo final del primer acto fue clave. Falló Pablo Martínez desde los once metros, pero el árbitro mandó repetirlo por haber entrado en el área dos jugadores antes del disparo. Montiel, con gran influencia en el juego, no perdonó. Previamente, los granotas habían marrado varias ocasiones. Tras el descanso, el guión cambió. Pepelu estuvo solvente en la medular, aunque el conjunto fue encogiéndose. Wesley seguía reñido con el gol y el Mirandés gozaba de numerosas oportunidades para empatar. A Cárdenas se le amontonaba la faena. El último cuarto de hora se convirtió en un suplicio. Tres puntos como punto de partida.

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