Hace falta algo más

Las Palmas camina por el extenso desierto de la Segunda División desde que descendió en la temporada 2017-18. Un aviso a navegantes. Aquella campaña, precisamente, coincidieron en Primera el conjunto canario y un Levante que acababa de regresar a la cima del fútbol español tras un brevísimo paso por el purgatorio. La aplastante superioridad con la que subieron los de Juan Ramón López Muñiz queda muy lejos, ya que la igualdad de fuerzas reina en la actualidad. Este sábado, con granotas y amarillos en la categoría de plata y compartiendo objetivo, se produjo el reencuentro en el Estadio de Gran Canaria. No era un partido cualquiera. Un duelo directo dentro de la batalla por subir a la élite. Y los de Javier Calleja volvieron a dejar escapar una oportunidad de oro. Saben de la trascendencia de ascender en sólo un año. Enfrente, tenían un claro ejemplo de cómo puede alargarse la misión. El cuadro azulgrana firmó una actuación seria, de las más convincentes de las últimas semanas, aunque no fue suficiente y se tuvo que conformar con un empate peligroso en función de los resultados que se produzcan hoy. Nuevamente, faltó gol.

El Levante tenía una ocasión de oro para adelantar a un rival directo como Las Palmas en la clasificación y dormir acariciando los puestos de ascenso directo: la mejor forma de presionar a los otros aspirantes. No pudo ser. Los granotas siguen atascados en ataque. Este sábado, pese a que sólo sumaron un remate a portería, generaron las oportunidades más claras del encuentro. Pero sin puntería.

Una carencia que está pasando factura a más de un candidato a subir a Primera. «Hay mucha igualdad. No hay tanta diferencia entre los de arriba y los que vienen por abajo. A los equipos nos falta terminar mejor las jugadas de cara a gol. El gol lo es todo en el fútbol. Al final tiene que entrar la pelotita y eso es lo que marca la diferencia», reflexionó Calleja tras el encuentro.

Precisamente, en busca de la pólvora perdida, Calleja volvió a dar un giro a la delantera. El entrenador madrileño está probando todas las combinaciones posibles en los últimos meses. En Las Palmas de Gran Canaria, entregó la titularidad a Wesley Moraes, quien llevaba tres meses sin partir de inicio. La anterior vez se remontaba al 22 de enero, cuando el Levante empató contra el Leganés. Aquel día, el brasileño formó tándem con Alejandro Cantero. Como ayer.

La fórmula no funcionó. Cantero mandó cerca del poste dos disparos a quemarropa y Wesley, poco fino con el balón en los pies, acabó retirándose con problemas musculares. El Levante sólo ha marcado cuatro goles en las últimas ocho jornadas. Un tramo de Liga en el que el equipo tiene un inquietante balance de una victoria, cinco empates y dos derrotas.

El empate ante Las Palmas mantiene igualado el golaveraje particular entre ambos, ya que el choque de la primera vuelta terminó con 1-1. Detalles que pueden acabar resultando determinantes esta temporada. El conjunto canario también llegaba con dudas a la cita, ya que arrastra una mala racha que le ha sacado de los puestos de ascenso directo. El Levante estará hoy muy pendiente de lo que hagan el Alavés y el Granada, a los que tiene por encima de la clasificación. Una victoria del conjunto nazarí en Santander dejaría a los granotas a cuatro puntos de la segunda plaza.

El Levante no dio el salto esperado ante Las Palmas. Sin embargo, más allá del resultado, el equipo sí ofreció una imagen consistente. Los granotas estuvieron serios, ordenados e intensos. Presionaron con intensidad, funcionaron bien en las coberturas y contuvieron con solvencia a los habilidosos atacantes amarillos. Además, dejaron la portería a cero. Algo que no ocurría desde la victoria frente al Racing.

La balanza pudo decantarse muy pronto del lado azulgrana. En apenas tres minutos, entre el 8 y el 11, Cantero tuvo en sus botas dos goles. Primero, en carrera, disparó ligeramente desviado. Posteriormente, su remate a bocajarro se fue rozando el palo, aunque en esta ocasión, probablemente, la acción habría sido invalidada por el VAR por fuera de juego de Campaña. De las botas del centrocampista sevillano nacieron las principales acciones ofensivas.

Cantero se llevó las manos a la cabeza. El Levante, rocoso, incomodaba al rival. Pepelu, omnipresente, puso la raya en la medular. Iborra, muy equilibrado, tuvo en su cabeza el gol al principio del segundo acto. De nuevo, el pase llevó la rúbrica de Campaña, quien acabó retirándose con problemas en la rodilla. Saltaron las alarmas. Calleja, con los cambios, incorporó jugadores con desborde como Montiel y Róber Ibáñez en busca de esas dianas que siguen resistiéndose. La gran asignatura pendiente en el camino a Primera.