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Durante 90 minutos, en el mundo del fútbol se puede pasar del negro al blanco. Y viceversa. Y ayer se encargó de recordarlo un Levante que enseñó la magia de este deporte. Los de Paco López se presentaron en el Santiago Bernabéu sabiendo perfectamente cuál era el camino de la gesta, pero no consiguieron tomarlo hasta el segundo acto. Cuando, a priori, ya se había hecho demasiado tarde. Tras una primera parte para olvidar, el conjunto azulgrana pasó por los vestuarios con un doloroso 3-0 en la mochila. La defensa estaba descompuesta y, más allá de los minutos iniciales, el equipo se había quedado noqueado y sin capacidad de creación. Pero el técnico de Silla supo qué tecla tocar en el descanso, ya que los suyos mostraron una cara muy diferente a partir de ese momento. De ahí que lo imposible se convirtiera en factible. Sólo unas sensacionales manos de Courtois en el tiempo añadido impidieron el reparto de puntos. Un partido de contrastes y una reacción que invitó a soñar.
El Levante se había propuesto asaltar el Bernabéu por tercera temporada consecutiva. Si en 2018 se impuso en el coliseo blanco por 1-2, en 2017 firmó un 1-1. Precedentes halagüeños. De esta forma, Paco López rescató el plan que tan bien funcionó hace un año, cuando el conjunto granota dio la campanada con un esquema de 3-5-2. Pero esta vez el resultado no iba a ser el mismo.
El dibujo con tres centrales abrió las puertas de la alineación a Duarte, uno de los últimos fichajes del verano. El costarricense se estrenó como levantinista en un escenario que siempre impone. Se situó en el eje de la zaga escoltado por Vezo y Postigo. El objetivo consistía en evitar las fisuras ante habilidosos atacantes como Benzema, James, Vinicius o James. Sin embargo, el guión se iba a tambalear demasiado pronto.
Y eso que los de Paco López ofrecieron un primer cuarto de hora esperanzador, con una presión alta que incomodaba al Madrid en la salida del esférico. El Levante estaba bien posicionado, sin rifar balones y tratando de aprovechar la velocidad de sus delanteros y carrileros. En esta coyuntura, los azulgrana metieron el miedo en el cuerpo a los de Zidane con una jugada a balón parado rematada sin acierto por Mayoral y Duarte. El delantero de Parla, cedido nuevamente por la entidad blanca, sí puede enfrentarse esta campaña al club que posee su propiedad, ya que se ha eliminado la 'cláusula del miedo'.
Esa fue la única acción de peligro del Levante durante toda la primera parte, en la que Aitor se alzó como el hombre más destacado pese a encajar tres goles. Benzema, quien tenía ganas de fiesta, ha alcanzado su plenitud. Ya no escucha pitos en el Bernabéu. Todo lo contrario. El francés avisó al guardameta vasco tras recibir un genial pase en profundidad de Lucas. El arquero estuvo rápido en la salida y abortó la ocasión.
Real Madrid
Courtois; Carvajal, Varane, Sergio Ramos (Militao, m.60), Marcelo; Casemiro (Hazard, m.60), Kroos, James; Lucas Vázquez, Vinicius y Benzema (Jovic, m.82)
3
-
2
Levante UD
Aitor; Miramón, Duarte (Melero, m.68), Postigo, Vezo, Clerc; Vukcevic (Bardhi, m.55), Campaña, Rochina (Roger, m.68); Morales y Borja Mayoral
GOLES: 1-0, m.25: Benzema. 2-0, m.31: Benzema. 3-0, m.40: Casemiro. 3-1, m.49: Mayoral. 3-2, m.75: Melero
ÁRBITRO: De Burgos Bengoetxea (Comité Vasco). Amonestó a Casemiro (28), Lucas Vázquez (39) por el Real Madrid; y a Vezo (79) y Clerc (90) por el Levante
INCIDENCIAS: Encuentro correspondiente a la cuarta jornada de LaLiga Santander, disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante 60.401 espectadores
Aitor se dio cuenta de que iba a tener que emplearse a fondo para mantener a su equipo con vida. Sus guantes se multiplicaban para despejar un cañonazo de Kroos o desviar un obús de Benzema. Y si él no llegaba, aparecía el palo, como ocurrió en la oportunidad de la que dispuso Lucas tras un despiste de Vukcevic en el centro del campo. El de ayer no fue el mejor día del pivote montenegrino.
Eran los peores momentos del Levante, que ya no conseguía hilar jugadas. Los granotas estaban a merced del Madrid. Y Benzema no iba a dejar pasar la siguiente oportunidad. Carvajal aprovechó la superioridad numérica por las bandas para centrar cómodamente buscando al delantero francés, quien saltó entre Duarte y Vezo para cabecear el cuero al interior de las mallas.
Era el minuto 25. Y sólo seis después, Benzema completó su doblete desarbolando el centro de la zaga levantinista. Postigo, en un intento de despeje, mandó el balón a los pies de un James que encontró el vacío para asistir al galo, cuya exquisita definición supuso el 2-0.
El Levante, errático, estaba descompuesto. Nadie aparecía en ataque, las bandas se hacían larguísimas para Clerc y Miramón, Campaña y Rochina se perdían, Vukcevic se mostraba impreciso, la defensa se resquebrajaba... Ante esta situación, el Madrid, en una jugada de tiralíneas entre Benzema, Lucas y Vinicius, cocinó el tercero. Casemiro remató a placer para ampliar la distancia.
El descanso sentó bien al Levante. Tanto es así que sólo tardó dos minutos en recortar distancias. Y lo hizo, precisamente, por medio de Mayoral. El joven delantero, quien no ha conseguido hacerse un sitio en la primera plantilla del Real Madrid, se resistió a celebrar el gol e incluso se disculpó con la grada. La diana nació de un centro raso y preciso de Clerc, mientras que el ariete de Parla exhibió su clase con un remate ajustado al primer palo.
El Levante había despertado. El equipo estaba mejor plantado y había recuperado la iniciativa. Ya no se sentía atenazado. Había dado un paso adelante. Entonces el encuentro ganó en alternativas. Paco López retiró a Vukcevic y metió a Bardhi en una apuesta valiente, mientras que Zidane hacía debutar a Hazard. El belga sustituyó a Casemiro, por lo que el Madrid pasó a aplicar un 4-3-3.
Los granotas se mostraban más sueltos, pero el Madrid no bajaba los brazos. Al revés. Los blancos trataban de aplacar la reacción levantinista con un gol que dejase el encuentro visto para sentencia. Aitor exhibía sus reflejos felinos ante James y Vinicius, aunque en una triple ocasión el joven brasileño envió el balón en la red. La diana estaba invalidada por fuera de juego. Hazard tampoco tardó en poner a prueba al providencial guardameta vasco.
Entonces Paco López puso toda la carne en el asador. Roger y Melero entraron en lugar de Duarte y Rochina, por lo que el técnico cambió el 3-5-2 por el 4-3-3. Sólo ocho minutos después, el centrocampista procedente del Huesca alimentó la emoción del partido firmando la segunda diana levantinista. Irrumpió en el palo largo para superar a Carvajal y cabecear a la red el magistral centro de Campaña. Pese a su pasado madridista, él sí celebró el gol. Y lo hizo realizando el gesto del Pensador que tanto le caracteriza.
El encuentro estaba abierto y los de Paco López se volcaron en ataque en los últimos minutos, sobre todo buscando los vertiginosos desmarques de Morales. Y en el tiempo de prolongación, el Levante acarició el empate. Un balón parado sacado por Campaña llegó a Vezo, cuyo testarazo se topó con los guantes de Coutois. Faltó tiempo. El que se desperdició en el primer acto. Pero este equipo posee un espíritu especial.
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