![Son, lamentándose tras uno de los goles del Real Madrid](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202205/12/media/cortadas/1447723354-U1203135356104KF-U17073701829F1E-1248x770@Las%20Provincias-LasProvincias.jpg)
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Después de tres meses luchando contra un destino que parecía inexorable, el Levante se despidió este jueves del milagro. Ya de forma definitiva. Lejos de hacer méritos para mantener las cábalas de la permanencia una jornada más, el conjunto azulgrana protagonizó en el Santiago Bernabéu una noche dramática. Calamitosa. Los de Alessio Lisci, en lugar de plantar cara al Real Madrid, se derrumbaron para certificar matemáticamente su descenso a Segunda División. Arrollados desde el primer minuto, los granotas no dieron muestras en ningún momento de poder obrar la hazaña que hacía falta para seguir soñando. Así, cerraron una etapa de cinco temporada en Primera División y asumieron la debacle. Toca realizar un examen de conciencia en el club.
Antes del partido, Alessio avisó de que tomaría algunas decisiones pensando en el escaso descanso que hay entre el encuentro en el Bernabéu y el choque con el Alavés. De ahí que Roger comenzara en el banquillo. Además, el técnico del Levante realizó dos cambios en el centro de la defensa. Martín Cáceres, ya recuperado, volvió a jugar tras un mes y medio ausente. Postigo también partió de titular.
Los azulgrana saltaron al césped conociendo la derrota del Cádiz, que marca la línea de la salvación. Con ese resultado, el Levante sabía que un empate en el Bernabéu suponía el descenso virtual, pero no matemático. En cualquier caso, para mantener la esperanza, resultaba obligatorio dar la campanada. Pues nada más lejos de la realidad. El guión escrito por Alessio se hizo añicos a las primeras de cambio. Los azulgrana, arrollados por la calidad y la intensidad del Real Madrid, bajaron pronto los brazos. Atenazados. Sin capacidad de reacción. El baño de goles recibido fue un reflejo de una temporada desastrosa en líneas generales.
Antes de que el balón comenzara a rodar, los futbolistas del Levante hicieron un pasillo para homenajear al Real Madrid por su reciente título de Liga. El conjunto blanco tiene la mirada puesta en la final de Champions, que se disputará el día 28. Sin embargo, Carlo Ancelotti, quien se ha propuesto tener a todos sus futbolistas enchufados, cumplió su palabra y confeccionó una alineación muy parecida a la habitual. Sobre el césped, Courtois, Vinicius, Benzema... Y el delantero francés tardó muy poco tiempo en desplegar su repertorio. A los dos minutos, avisó con un peligrosísimo lanzamiento de larga distancia que obligó a Cárdenas a emplearse a fondo.
El Levante tenía un plan: mantener la consistencia defensiva y aprovechar los espacios con veloces ofensivas. La resistencia granota se venía abajo en cuanto Benzema entraba en contacto con el balón. El francés, con su característica movilidad, hacía lo que quería. Driblaba, se asociaba, rompía líneas... Un atacante exquisito. El conjunto azulgrana trataba de sorprender a los de Ancelotti con balones largos.
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Pero el partido duró 13 minutos. El tiempo que tardó Mendy en abrir una autopista por la banda de Miramón y definir a la perfección ante Cárdenas. A partir de ahí, un recital madridista. Un balón al poste de Valverde fue la antesala del 2-0 apenas seis minutos después. Benzema cabeceó el esférico al interior de las mallas tras un preciso centro de Vinicius. Las graves lagunas defensivas que han acompañado al Levante durante toda la temporada volvieron a aparecer.
Las providenciales manos de Cárdenas contenían al Real Madrid, que jugaba a placer. El Levante no despertaba. Estaba noqueado. Una pérdida de Morales desembocó en el tanto de Rodrygo. El brasileño, completamente solo detrás de Postigo y Pepelu, remató a quemarropa.
El asedio era constante y Alessio buscó soluciones desesperadas. En el minuto 38, Campaña y Bardhi relevaron a Cáceres y Radoja. Nuevo dibujo. Pero nada iba a cambiar. La tumba estaba cavada. Vinicius amplió la goleada antes del descanso.
El segundo acto fue agónico. El Madrid bajó una marcha y el Levante, por medio de Morales, acarició el gol en alguna ocasión aislada. Pero el desenlace estaba asumido. Y las únicas dianas que llegaron fueron las de Vinicius, quien completó su hat-trick.
A falta de dos jornadas para el final de la Liga, llegó la sentencia para el Levante. Condenado a la oscuridad de la Segunda División. La reacción de los tres últimos meses ha servido para, por momentos, soñar con el milagro de la permanencia. No ha podido ser. Los errores del pasado han sido una losa demasiado pesada.
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