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El Sánchez Pizjuán abre sus puertas para recibir al Levante UD en el partido correspondiente a la jornada 16 de la Liga, a las 21:00 horas.
Si los granotas vencen esta noche, Juan Ramón López Muñiz tendrá una semana redonda. El técnico ha recuperado algunas bajas claves en la plantilla de Orriols. Así, Róber Pier está en condiciones de jugar y Lerma volverá al césped. Ya quedan menos en la enfermería.
Tendrán la oportunidad de despuntar Nano Mesa y Enes Ünal, para este último, el choque de hoy puede que sea el penúltimo partido con la elástica levantinista.
Fuera se han quedado Bardhi, El Hacen y Shaq, quienes se habían convertido en habituales en las convocatorias de Muñiz.
Once del Levante: Oier, Pedro López, Postigo, Chema, Luna, Lerma, Lukic, Jason, Morales, Campaña y Enes Ünal.
Once del Sevilla de Berizzo: Sergio Rico, Lenglet, Mercado, Escudero, Kjaer, Banega, Pizarro, Ganso, Sarabia, Correa y Ben Yedder.
Sigue en directo el partido en lasprovincias.es.
No es noche para experimentos en el Sánchez Pizjuán. En septiembre, cuando todo iba bien y se había goleado a la Real, el partido de esta noche se habría afrontado sin presión. No ha llovido nada, pero sí han sucedido muchas cosas desde entonces. El Levante regresa a Sevilla, donde empezó su zozobra en esta Liga. Allí, siguiendo la ribera del Guadalquivir y relativamente cerca de la Maestranza, el equipo de Muñiz recibió una cornada en la femoral. El tiempo dirá si aquella herida sufrida en el Benito Villarmarín, el 4-0 frente al Betis, acaba por desangrar el proyecto granota o el crédito de su entrenador. El asturiano se ha puesto manos a la obra de suturar la hemorragia y se ha dejado de experimentos.
Como buena noticia, al Levante no se le da históricamente nada mal el Pizjuán. Ha sufrido goleadas a manos de un rival teóricamente superior, sí, pero también ha obtenido buenos resultados. Desde el ascenso de 2009 hasta el descenso de 2016, los granotas sólo perdieron en el estadio del Sevilla en la primera temporada (4-1) y en la última (3-1). Entre medias, tres empates y la heroica victoria (2-3) cosechada en el año de Joaquín Caparrós.
También es positivo para el conjunto de Orriols que la enfermería vaya vaciándose. Bardhi se ha quedado en casa por problemas musculares que ha arrastrado a lo largo de la semana. A cambio, Muñiz recupera a Lerma y, después de estar en el banquillo ante el Athletic, puede echar mano ya con más garantías de Rober Pier. Si Campaña eleva el nivel, el asturiano tiene una medular de garantías para esta noche.
Muñiz, de hecho, se deja en Valencia a uno de los nombres propios de su particular y efímera revolución del domingo pasado. Con la vuelta del propio Lerma, Lukic y Samu García, el entrenador prescindió ayer de El Hacen. Si su baja llama la atención, la de Shaq tiene más miga. El canterano pasa de la titularidad por encima de Pedro López a quedarse en casa. Sustituidos ambos chavales ante el Athletic, vuelven a ser señalados en cierto modo con la decisión técnica de ayer.
Quien tiene ante sí una nueva oportunidad es Nano Mesa. El canario se cayó de la lista después de errar la clara ocasión de Málaga. Enes Ünal, el único delantero que ha marcado -y hay que incidir en ello, un solo gol- afronta probablemente su penúltimo partido como granota. El turco volverá al Villarreal en enero y, a falta de fichajes y el ansiado regreso de Roger, Nano y Boateng serán los '9' puros de la plantilla. Ambos tienen visos de arrancar desde el banquillo, pero los minutos de los que gocen en el Pizjuán y ante el Leganés serán sus últimas ocasiones para reivindicarse antes de que se abra el mercado de invierno.
Si el Levante como bloque y algunos de sus integrantes han de tomarse el partido como una reválida, tampoco puede afrontarlo con tranquilidad el Sevilla. La primera parte del Bernabéu -el equipo se fue 5-0 al descanso- escoció y mucho. Llovieron las críticas y hasta el presidente (Pepe Castro) -eso sí, en privado- mostró su enfado por esos nefastos 45 minutos. Así lo reconoció ayer Ernesto Marcucci, quien ha tomado las riendas del equipo mientras Berizzo se recupera de su intervención quirúrgica: «Tiene todo el derecho del mundo para expresar su pensamiento».
El argentino recalcó que no se fía del Levante y tiene claro el partido que planteará esta noche el conjunto granota en el Pizjuán. «Espero un encuentro complicado. No vienen con los buenos resultados de las primeras fechas, pero querrán llevarse algo de aquí. Es un rival que va bien a la contra y exigirá un gran esfuerzo», indicó Marcucci.
El Levante afronta la jornada con 16 puntos, 4 por encima del descenso. El Sevilla, con 28, quinto, a tres del Real Madrid, que cierra la zona de Champions. Por números, ambos equipos rondan sus objetivos y quizás habrían firmado esta situación en agosto. La realidad dice que el partido es de máxima tensión.
El gol lo es casi todo. Evitarlo en contra garantiza un punto, máxima que Muñiz ha tatuado en su equipo desde que llegó en verano de 2016 para devolver al Levante a Primera. El conjunto granota volvió a ser en Sevilla ese rival incómodo e intenso que exige la excelencia a cambio de su derrota. Y enfrente tuvo un contrincante con ansiedad, penalizado por el qué dirán en su primera comparecencia tras el ridículo del Bernabéu. Los granotas trabajaron en defensa, araron el campo, sembraron en busca de la victoria pero no tuvieron la cosecha que merecieron. Estuvo ahí, hasta en el último instante, en esa incursión de Lerma por la línea de fondo y en el balón que llegó a rozar Enes Ünal en área pequeña. Pero no. El gol tampoco llegó en la portería contraria. La diana, ese instante de euforia. El elixir del que viven los delanteros y cuyo único trago tuvo un sabor amargo: aquel 1-2 infructuoso del turco ante el Girona. La ausencia del gol nubla la inmensa mejoría que experimentó el Levante en el Sánchez Pizjuán con respecto a los últimos partidos, especialmente el del pasado domingo ante el Athletic.
Muñiz retocó el once. Cambió a los dos laterales, dando la titularidad a Pedro López y Luna. Volvía Lerma, cuya pareja en el mediocentro fue hasta el tramo final Lukic, que no desentonó. Cuando el Sevilla elevó la presión a la hora del desenlace, Muñiz retiró al serbio y dio entrada a Rober Pier. Pero quien demostró su trascendencia en este Levante fue Lerma. La baja y la reaparición del colombiano ha evidenciado la importancia de contar en el fútbol moderno con un centrocampista capaz de apuntalar la medular. Su presencia desinhibió a sus compañeros, a algunos quizás demasiado. Por ejemplo, los centrales quisieron ser en ocasiones demasiado combinativos en la salida del balón. Malas entregas de Chema y Postigo generaron algún susto que no fue a mayores por la rapidez de los propios zagueros al corregir. Como aspecto positivo, Campaña, Jason y Morales estuvieron mucho más liberados para generar peligro.
Sevilla FC
Sergio Rico; Mercado, Kjaer, Lenglet, Escudero; Pizarro, Banega; Sarabia, Ganso (Franco Vázquez, m.67), Correa (Muriel, m.80); y Ben Yedder
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Levante UD
Oier; Pedro López, Postigo, Chema (Cabaco, m.82), Antonio Luna; Campaña, Lerma, Lukic (Rober Pier, m.70), Morales; Jason (Samuel, m.89) y Ünal
ÁRBITRO: Ignacio Iglesias Villanueva (Comité Gallego). Amonestó a los visitantes Campaña (m.47), Lukic (m.49) y Luna (m.60), y a los locales Lenglet (m.72) y Franco Vázquez (m.75)
INCIDENCIAS: Partido de la decimosexta jornada de LaLiga Santander disputado en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán ante unos 26.000 espectadores. Noche lluviosa
El Levante fue mejor que el Sevilla en la primera parte. Desde el minuto 10 hasta el 30, si alguien quiso elaborar fútbol de ataque ese fue el conjunto granota. El mundo al revés. Los locales esperaban agazapados y el equipo de Muñiz generaba las ocasiones. La más clara, al cuarto de hora, en una combinación entre Morales, Campaña y Enes Ünal: el turco trató de definir al centro y fuerte pero Sergio Rico, casi ya vencido a su izquierda, sacó un brazo salvador. Posteriormente sería el poste el que evitaría el 0-1 en una falta que había sido lanzada de forma casi perfecta por Jason.
Al Levante le faltó sólo el gol en la primera mitad. Lo hizo casi todo bien. Con ciertas dudas atrás, entre Oier y los defensas conjugaron las lógicas ocasiones que ha de generar el Sevilla en su campo. El meta, al borde del descanso, se alió con el palo para evitar que Mercado hiciese el primero de la noche.
El gol. El tesoro. Lo que marca el éxito del fracaso. La ansiada cosecha que no consiguen los delanteros granotas. En una de las mejores primera partes de la temporada, en la que el equipo mereció irse a los vestuarios ganando, se marchó 0-0 y pudo ser perdiendo. Hubo mala suerte, pero también definiciones desafortunadas, como las consecutivas de Campaña y Ünal cuando tenían remate claro dentro del área.
Esto también sucedió en la segunda parte. Cierto que ya con menos llegada, pero el Levante las tuvo para haberse llevado el triunfo. Jason completó un gran partido, quizás fue el mejor del Levante por detrás de Lerma. Tuvo en sus botas la victoria, pero dejó escapar el gol. Lo hizo todo bien en la falta de la primera mitad, pero gozó de una gran ocasión nada más volver de los vestuarios. Eligió mal y, en una acción en la que tenía línea de pase clara dentro del área, remató al lateral de la red. Luego, cuando expiraba el encuentro, chutó mal tras una gran combinación entre Morales y Luna por banda izquierda.
Para entonces, Muñiz había hecho entender a los suyos desde la banda que un punto no es para nada mal resultado en el Sánchez Pizjuán. El Sevilla apretó de lo lindo, pero también le penalizó la ansiedad. La presión del público, la excesiva carga emocional del temprano regreso de Berizzo al banquillo... todo cuenta. El argentino intentó desequilibrar el encuentro con Franco Vázquez -pitado por la grada-, Jesús Navas y Muriel. Quien tuvo la mejor de los hispalenses fue Ben Yedder, pero su remate lo desvió con el pie a córner Oier.
El fútbol pudo haber sido injusto con el Levante, que se lleva un punto que ha de poner en valor. En su anterior visita a Sevilla, el equipo llegó con la moral por las nubes y sufrió un batacazo del que no se ha recuperado más de dos meses después. Ya no el empate, sino la imagen, han de servir como faro para retomar el rumbo.
Está claro que el estado de ánimo de las vacaciones navideñas lo va a marcar el resultado del martes contra el Leganés. Una victoria permitiría irse al parón con la sensación de que se está en el camino del único objetivo: la permanencia. Pero para ganar hace falta gol. Una derrota dolería y un empate, se venda como se venda, dejaría cabos sueltos.
Y a nadie se le escapa que el gol penaliza a este equipo. Enes Ünal está a punto de volver a Villarreal y Muñiz no confía en el resto de delanteros que tiene a día de hoy: Nano y Boateng no disputaron ayer ni un minuto. El levantinismo espera a Roger como una especie de mesías, pero hay que tener en cuenta que el pistolero regresa tras una grave lesión. Apuntalada la portería propia, este equipo necesita disipar la niebla que le impide ver con claridad la portería rival.
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