El Levante entra en bucle

El día de la marmota. Así es el presente del Levante. El conjunto granota superó con creces la posesión de balón del Valladolid, sumó los mismos disparos que el rival y lanzó ocho córners más. Aun así, quinto empate consecutivo a un gol y otra semana sin salir de la angustiosa zona de descenso. Unos puestos por los que el equipo, por el talento de su columna vertebral, no debía transitar a priori. Pero los azulgrana están atascados. Bloqueados. Llevan dos meses chocando con el mismo muro. La capacidad para llegar al área contraria resulta infructuosa, mientras que los acercamientos del adversario sí acarrean un duro castigo. Los de Paco López sólo lograron marcar de penalti para llevarse un insuficiente punto de Pucela. El partido olía a final. Tanto por la necesidad de resarcirse como por el calendario que se avecina. Y no la superaron.

Sorprendió el entrenador con su apuesta bajo los palos tras la lesión de Aitor Fernández. El guardameta que, en principio, partía como segundo portero era Koke Vegas. El malagueño jugó en San Mamés, aunque su actuación generó ciertas dudas. Y ayer Paco López dio la oportunidad al canterano Dani Cárdenas, quien compite en el filial pero cuenta con la plena confianza de los técnicos del club. Anoche, el arquero catalán, de 23 años, debutó con el primer equipo.

Cuando sólo habían transcurrido dos minutos, Morales deleitó con una finta para entrar en el área y poner a prueba a Masip. En el córner posterior, los granotas reclamaron manos de Nacho, pero el árbitro hizo caso omiso. Otra acción individual del Comandante, con un sensacional cambio de ritmo en la banda, resquebrajó la zaga blanquivioleta, aunque se entretuvo demasiado con el balón en los pies.

El Levante, que recuperó su habitual 4-4-2, estaba muy bien plantado sobre el césped. Compacto. Cómodo. La medular y la delantera estaban conectando. Malsa y Melero, con su despliegue físico y dinamismo, se adueñaban del centro del campo. El francés, quien crece jornada tras jornada, tenía un imán para recuperar balones. Y Rochina entraba en juego con frecuencia. Algo que siempre supone una buena señal.

Una pared entre el saguntino y Son desembocó en un centro peligrosísimo. El Levante se asociaba a la perfección en el campo del Valladolid, aunque le faltaba culminar los ataques. Un problema que arrastra desde hace varias semanas y que está representando un preocupante losa.

Antes de la media hora, llegó la primera ocasión clara del Valladolid. A raíz de un mal control de Campaña, Hervías recuperó el cuero y aprovechó el espacio para fabricar un centro que acabó con un potente cabezazo de Sergi Guardiola. El despeje de Cárdenas estuvo envuelto de suspense, pero no pasó a mayores. A partir de ahí, el joven arquero se empezó a mostrar solvente.

El Valladolid comenzó a estirarse y el Levante ya nos construía fútbol con tanta fluidez ni precisión. El conjunto granota, con sus líneas atrasadas, cometía más pérdidas de la cuenta, sobre todo por una banda derecha en la que inquietaban los descuidos de Son. Los azulgrana, con su incertidumbre, daban alas a los de Sergio González.

Tras el paso por vestuarios, el Levante trató de recuperar la iniciativa, aunque lo hacía sin lucidez en los metros finales. Y en esa situación tan recurrente esta temporada, el Valladolid sí aprovechó su momento. En el minuto 56, Óscar Plano lideró un contragolpe superando en el cuerpo a cuerpo a Son y envió un centro teledirigido al inspirado Marcos André. El delantero brasileño, con un testarazo cruzado a la espalda de Vezo, batió a un Cárdenas que nada pudo hacer. Grave fallo de marcaje.

Tocaba remar a contracorriente. Paco López apostó por De Frutos, Róber Pier y Dani Gómez, pasando a un esquema de 3-5-2, con el segoviano y Clerc como carrileros. Con el Levante tratando de volcarse en ataque, Alcaraz estuvo a punto de sentenciar en un contragolpe vertiginoso.

El preparador azulgrana, con la entrada de Coke y Sergio León, dio otro giro táctico para implantar un 4-3-3. El equipo apretaba y, a falta de diez minutos para el final, Dani Gómez fue derribado por Joaquín dentro del área. Campaña, sin Roger en el campo, asumió la responsabilidad y puso las definitivas tablas. En la historia de Primera División, sólo tres equipos han empatado con el mismo resultado cinco jornadas seguidas. El Levante es uno de ellos. Anoche, en Valladolid, el guión parecía escrito.