El Levante se divierte en la Copa

El once elegido por Calleja estaba plagado de rotaciones. La 'unidad B' del Levante tuvo su oportunidad para tener minutos y ganarse un sitio. La única excepción, Oriol Rey, que al estar sancionado por acumulación de tarjetas en la Liga, podía jugar en Las Gaunas sabiendo que va a descansar el sábado. El pivote tuvo que actuar de central —finalmente el canterano Sellés se quedó en el banquillo, aunque tuvo minutos en la segunda mitad— junto a Dela por las circunstancias, formando la zaga con dos canteranos de laterales: Marcos Navarro en la izquierda y Xavi Grande en la derecha. El doble pivote, formado por Clemente y Blesa, para nada defensivo y muy creativo. En las bandas, Ibáñez y Brugué, con Carlos Álvarez de mediapunta e Iván Romero de ariete, con Femenías bajo palos. Esta elección de rotaciones deja prácticamente dibujado el once que elegirá Calleja el sábado ante el Mirandés de Alessio Lisci: Andrés, Vezo, Postigo, Algobia, Dela, Kocho, Lozano, Pablo, Cantero, Dani Gómez y Bouldini.

Como curiosidad, estas primeras rondas de la Copa del Rey carecen del sistema VAR. Fútbol del de siempre, de barro. Hasta los octavos, no entra la tecnología. Tampoco hubiese hecho falta. Ya desde los primeros minutos se observó un claro dominio ofensivo granota ante un Tercera RFEF que se limitaba a defender el 0-0 soñando con alcanzar una épica tanda de penaltis donde dar la campanada. No pudo ser. En parte, porque el césped de Las Gaunas no estaba en el mejor estado —el Valencia jugará mañana contra el Logroñés en el mismo escenario— y eso pudo provocar que antes de la media hora el Varea tuviese que sustituir a su central Guillermo por lesión, dando entrada a Londoño. Poco destacable de la primera mitad, pese al chorreo de ocasiones para el Levante. El ídolo del Varea fue sin duda su portero Encinas, que dio un recital de paradas. Sólo le pudo sobrepasar un disparo al palo largo de Brugué, que se estrelló con la madera a la media hora. Los pocos aficionados —unos 500— del Varea disfrutaban coreando tímidos «olés» en la grada con los pocos toques que conseguía acumular el conjunto local. Para ellos, esto era un premio y una fiesta. Daba igual el resultado, que ya sabían que con total seguridad, iba a ser malo.

En esos últimos minutos del primer tiempo, se empezó a notar el cansancio fisico en el Varea, no acostumbrado a estos ritmos de partido ante un rival de nivel. De ahí llegó un cambio al descanso, con la entrada de Rico —el único jugador del Varea con experiencia en el fútbol profesional— por Chemi. La insistencia del Levante terminó dando sus frutos, con el gol que abrió la lata. En una jugada un tanto embarullada, Blesa intentaba sobrepasar a su marcador con un sombrero, pero tras rebotar el balón en su rostro, cayó franco a los pies de Carlos Álvarez dentro del área. El joven andaluz no se lo pensó y definió ante la salida del guardameta con clase. Una picadita y a guardar. Con la presión quitada de encima al ir por delante en el marcador, los espacios empezaron a abrirse y el Levante conectaba con más facilidad.

El Varea, lógicamente, se veía ya sin opciones e intentaba cosas a la desesperada. En una transición, el Levante aprovechó para sentenciar con otro golazo. Brugué, que no tuvo su noche de cara a portería, se sacó de la chistera un gran pase de gol con el exterior de su bota izquierda, que llegó a los pies de Róber Ibáñez. El extremo eligió la misma resolución que Álvarez en el primer tanto. Una simple vaselina a la salida desesperada del portero sirvió para mandar el balón al fondo de la red.

Cantero, Dani Gómez y el joven Sellés entraron posteriormente, oxigenando al equipo. Poco después, también lo hizo Vezo para no cargar a un Dela que por las bajas, se perfila como titular ante el Mirandés. Terminó llegando además el tercero para el conjunto granota. De nuevo, aprovechando una transición tras una pérdida del Varea en el centro del campo, Cantero cabalgó por izquierda y puso un centro raso al segundo palo. A puerta vacía, marcó Dani Gómez. Tres goles y a esperar próximo rival.