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Cheick Doukouré vuelve a disfrutar del fútbol. Después de tres años marcados por las lesiones, el centrocampista del Levante cuenta los días para reaparecer en la competición. Y esta mañana ha dado un paso de gigante al reincorporarse al grupo en la ciudad deportiva de Buñol. El futbolista marfileño, quien en julio se rompió el tendón de Aquiles durante su cesión al Huesca, tiene el reto de estar listo para jugar entre finales de este mes y principios de febrero. Atrás, todo un calvario.
Realizó una parte de la sesión preparatoria programada por el técnico granota, Paco López. Doukouré, cuyo contrato finaliza el 30 de junio, pretende reivindicarse y demostrar que ha superado completamente las graves lesiones. Dolencias han puesto a prueba su fortaleza física y mental. Su reincorporación la dinámica del grupo va a ser especialmente paulatina para evitar riesgos. Después de tantos períodos de inactividad enlazados, la precaución por parte de los servicios médicos del club es máxima. No obstante, está convencido de que se convertirá en una interesante alternativa para la segunda parte de la temporada.
El Levante ha retomado los entrenamientos tras eliminar al Portugalete en la Copa del Rey. Y lo ha hecho con la novedad de Doukouré. El pasado 13 de julio, el mediocentro africano pasó por el quirófano debido a una rotura del tendón de Aquiles izquierdo. Una pierna con mucho sufrimiento a sus espaldas. De ahí que el futbolista afronte los próximos meses con la máxima ilusión.
En 2015, cuando militaba en el Metz, Doukouré sufrió una rotura del ligamento cruzado de la rodilla izquierda. De esta forma, el 4 de marzo de 2018, se temió lo peor cuando Sasa Lukic cayó sobre su articulación. El marfileño no pudo finalizar el encuentro entre el Levante y el Espanyol, que acabó desencadenando la destitución de Juan Ramón López Muñiz y la apuesta por Paco López. El jugador vio el fatídico gol de Baptistao entre lágrimas y abandonó el Ciutat de València en muletas. Aquella noche no consiguió conciliar el sueño. Pensaba que se había producido la misma lesión que en Francia. Finalmente, celebró el mal menor. Iba a permanecer en la enfermería el resto de temporada, pero la dolencia no revestía la gravedad que sospechaba. Se quedó en un esguince grado 3 en el ligamento lateral interno de la rodilla izquierda.
De cara al inicio de la temporada 2018-19, Doukouré estaba en perfectas condiciones. Sin embargo, el fútbol no se lo iba a poner fácil. El 24 de febrero de 2019, una desgraciada jugada rescató los fantasmas. Durante un partido ante el Real Madrid, el africano trató de despejar el balón y, de forma casi inapreciable, rozó la tibia de Casemiro, quien simuló una patada y obtuvo el premio de un penalti a favor. El centrocampista levantinista se llevó la peor parte. Al tratar de rechazar el esférico sin éxito, golpeó al aire y aterrizó sobre el césped con la pierna izquierda completamente desequilibrada. Sintió un intenso dolor. Las pruebas médicas determinaron que padecía una rotura del ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda. La previsión, seis meses de baja como mínimo.
En el verano de 2019, Doukouré se marchó cedido al Huesca, en Segunda División, con la idea de gozar de continuidad. Sin embargo, las complicaciones en la rodilla izquierda iban a demorar, y mucho, su vuelta a la competición. En noviembre de ese año, el centrocampista retornó a la consulta del doctor Ramón Cugat para someterse a una artroscopia y solucionar los derrames que estaba sufriendo en la rodilla izquierda. Una intervención que le obligó a bajar el ritmo y, a partir de ahí, emprender un nuevo proceso de readaptación. Una rotura fibrilar en el bíceps femoral izquierdo y el posterior confinamiento por el coronavirus retrasaron todavía más el debut del futbolista con el conjunto altoaragonés. Sus primeros minutos llegaron el pasado 12 de junio. Sólo tres semanas después, durante un encuentro ante Las Palmas, se rompió en el tendón de Aquiles izquierdo. Otra vez al quirófano.
Doukouré, de 28 años, vuelve a sonreír. Acaba contrato el 30 de junio y está decidido a exprimir los meses que restan de temporada. El Levante, que pagó cerca de dos millones de euros por su traspaso en 2017, pretende comprobar su estado físico antes de tomar una decisión sobre su futuro.
Por su parte, Malsa también ha podido ejercitarse hoy con el equipo. El francés causó baja en el encuentro de Copa por unas molestias en la cabeza del peroné de la rodilla derecha. Esta mañana ha realizado parte de la sesión preparatoria.
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