Otro equipo granota del que presumir

El abuelo de Sara sonreía. Siempre ha presumido de nieta y ahora sigue haciéndolo. Ella es jugadora del Levante EDI. Tiene 16 años y su nombre ya forma parte de la historia del fútbol adaptado español al marcar el primer gol del único equipo femenino en LaLiga Genuine Santander.

Sara anotó ante el Getafe. Un gol con una celebración especial: «Se lo dediqué a mi abuelo que falleció hace unas semanas. Quería que estuviese orgulloso de mí». Tras el emotivo recuerdo, llegó un abrazo, el de la jugadora a su entrenador, Jorge Sabater: «Fui donde estaba él y me felicitó. Fue un momento increíble, no había marcado nunca. Es el primer año que juego y todas mis compañeras y los compañeros que estaban viendo el partido vinieron a animarme», comenta Sara, quien antes practicaba patinaje, pero después de toda una vida sobre patines ha descubierto un deporte que le «llena»: «Me gusta más el fútbol porque es muy dinámico y, además, en grupo».

Sara, junto a Tania, Irene, Mar, Amparo, Alba, Jessica y Lorena, la capitana, formaron de inicio en un partido histórico. Ellas, y el resto de sus compañeros, tienen clara la consigna: «Lo importante es participar y pasarlo bien». Cada martes y jueves, en el polideportivo Quatre Carreres de Valencia, se entrenan junto al resto de miembros de la escuela del Levante y pasan un rato divertido. Un paréntesis en sus ajetreadas vidas. Como en las de todos.

Al igual que Sara, Jessica se estrena en la práctica del fútbol esta temporada. Antes había practicado otros deportes, como «atletismo». Pero en la familia tiene un acérrimo aficionado del Levante, quien no dudó ni un momento en darle el empujón necesario a su sobrina para que formase parte de la familia granota: «A mi tío le gusta mucho, muchísimo, el Levante y me trae al entrenamiento desde Catarroja. Luego me recoge mi padre», comenta. «Por las mañanas voy a la escuela de adultos en Albal, tenemos clases especiales para las personas con discapacidad. Venir a entrenar por las tardes me ayuda a relajarme, me olvido de todo. Los entrenadores nos dan consejos muy buenos y entre los compañeros nos ayudamos». Su preparador es Rafa. El cariño que se tienen los miembros del equipo EDI es palpable. A medida que van llegando los jugadores al entrenamiento, los saludos son constantes. Las vivencias, anécdotas del día, protagonizan los momentos previos al calentamiento. Tania es la guardameta del equipo EDI. En la escuela del Levante cuentan con técnicos especiales para los porteros, Augusto es el encargado de darle las directrices a Tania, quien se puso bajo palos un día y ya nunca más se planteó jugar en otra posición: «La primera vez que vine me pusieron en la portería y me encantó. Nunca pensé que iba a ser así, pero estoy muy feliz. Trabajo por las tardes y venir aquí me ayuda mucho». Ella es mucho más que la cancerbera de su equipo. Ayuda a coordinadores y entrenadores en diversas tareas. Anima a los más jóvenes y se encarga de que las sesiones preparatorias en el polideportivo empiecen a la hora prevista. Es todo un ejemplo de lo que significan los conceptos compañerismo y responsabilidad.

El Levante EDI, la Escuela de Fútbol para personas con Discapacidad Intelectual, cuenta con más de un centenar de miembros. Laura o Briannys también forman parte del proyecto. La primera trabaja de lunes a viernes por las tardes en una oficina, además de cumplir con sus obligaciones como, por ejemplo «sacar a pasear a la perra». No duda en dedicarle unas horas un par de días a la semana al fútbol, le saca de la rutina: «Empecé en 2017 y aquí sigo. Me ayuda mucho», comenta.

En sus elásticas, los jugadores lucen el lema de la escuela granota: «Dibujamos Sonrisas». Junto al «orgullo» que supone vestir la camiseta del Levante, los miembros de la Fundación disfrutan del fútbol del primer equipo. Cuando los de Paco López juegan como locales, acuden al Ciutat de València a apoyarles. Como el sábado contra el Real Madrid. Allí, Sara, Tania o Lorena soñaron con ser Morales. Sabiendo que gracias al Levante EDI y con sus capacidades y esfuerzo anotar un gol con la camiseta azulgrana no es ninguna utopía.