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Hace justo dos meses, el 6 de agosto, Fabrício Santos se llevaba las manos a la cabeza. Otra vez. Las pruebas médicas revelaban que el delantero del Levante sufría una importante rotura fibrilar en el bíceps femoral de la pierna izquierda. Todo un contratiempo, ya ... que el técnico azulgrana, Julián Calero, estaba encantado con los recursos ofensivos que le podía ofrecer el explosivo atacante brasileño. Este domingo, tras superar su tercera lesión muscular en apenas diez meses, el futbolista sale del túnel. El entrenador madrileño, quien no ha querido acelerar el retorno del jugador en ningún momento, podrá echar mano de su verticalidad durante el partido de esta tarde contra el Oviedo en Orriols.
«Queremos tener la seguridad y certeza de no precipitarnos», explicaba la semana pasada Julián Calero, consciente del historial clínico. Y es que, la temporada pasada, los problemas musculares frenaron la irrupción de Fabrício, a punto de cumplir los 24 años. El brasileño, con capacidad para jugar por las bandas y como delantero, deberá esperar su momento. Con Morales, Brugui y Carlos Álvarez a un alto nivel, la competencia es dura.
Fabrício, con contrato hasta 2027, fue una de las revelaciones a principios de la pasada temporada, pero todo se torció en octubre de 2023. Las molestias que le obligaron a retirarse del partido contra el Albacete, en el que había firmado su tercer gol en sólo 186 minutos, fueron diagnosticadas como una «fuerte contusión y un importante edema en el recto femoral izquierdo», descartándose lesión. Así, el delantero partió de titular en la siguiente jornada y sólo tardó 20 minutos en pedir el cambio. Las nuevas pruebas médicas revelaron que padecía una rotura fibrilar.
Reapareció a finales de noviembre, pero la tregua iba a durar poquísimo tiempo. Concretamente, cinco jornadas. El 20 de diciembre, ante el Zaragoza en la Romareda, Fabrício protagonizó una de sus espectaculares cabalgadas para marcar. En la celebración, se tocó el muslo. No pudo seguir. Se había producido una rotura en el bíceps femoral derecho. A partir de ahí, el delantero no consiguió recuperar la frescura con la que había deslumbrado a principio de curso. Esta temporada tiene ese reto: el de volver a brillar. Y espera hacerlo de la mano de Julián Calero. Este domingo arranca su nueva etapa.
Fabrício fue una apuesta realizada en 2022 por el director deportivo del Levante, Felipe Miñambres. El astorgano lo conocía porque ya lo había tenido a sus órdenes en el filial del Celta en calidad de cedido por el Gremio de Porto Alegre. Consciente de las condiciones del delantero, decidió incorporarlo al Atlético Levante, llegando a un acuerdo de traspaso con el club brasileño. Se marchó a préstamo al Castellón y la pasada campaña se ganó un sitio en la primera plantilla granota. La entidad de Orriols posee el 50 por ciento de los derechos económicos del futbolista, blindado con una cláusula de rescisión de 20 millones de euros.
La otra cara de la moneda
La nota positiva la pone Fabrício. La negativa, Diego Pampín y Ángel Algobia. Ambos futbolista se quedan fuera de la convocatoria ante el Oviedo debido a problemas físicos. El lateral zurdo gallego, uno de los fijos en el once titular, sufre una lesión en los isquiotibiales de la pierna izquierda. El centrocampista madrileño, por su parte, arrastra unas molestias que le obligan a disminuir la carga de trabajo y queda pendiente de evolución para reincorporarse al trabajo grupal.
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