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Luis Calero, en su etapa como directivo del Levante. DAMIÁN TORRES

Fallece Luis Calero, consejero del Levante en su etapa dorada

Abogado de profesión, estuvo vinculado al club desde hace más de cuatro décadas y a la Federación Valenciana de Fútbol

Martes, 11 de marzo 2025, 20:30

Luto en el levantinismo por la pérdida de Luis Calero, uno de los ejecutivos que ha estado presente en la historia del club de Orriols prácticamente desde hace cuatro décadas. En la tarde de este martes ha trascendido el fallecimiento a los 79 años de quien ha sido consejero de la entidad granota hasta la salida de Quico Catalán en 2023, formando parte por lo tanto de la etapa dorada de la institución de Orriols.

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Abogado de prestigio en Valencia con despacho en Gran Vía, se especializó en dar un paso al frente en momentos convulsos en la historia del Levante. Por ejemplo, formó parte de las juntas gestoras que tomaron las riendas del club en los años 80 después de las presidencias de Federico Cortés y Antonio Aragonés.

En un momento en el que la entidad granota estuvo flirteando con la quiebra, cuando estuvo en concurso de acreedores, fue asesor del equipo que encabezó Quico Catalán. En ese momento, Luis Calero ya tenía una amplia experiencia profesional como letrado, y también en el mundo del balompié, pues había sido directivo de la Federación Valenciana. En 2005 entró al consejo de administración granota, donde permaneció hasta que se hizo cargo del club José Danvila.

«Durante el concurso de acreedores fui de los pocos que aceptaron ser directivos. Y si pude echar una mano lo hice. Creo que un abogado no se arredra ante las dificultades y si hay que estar se está», declaró Luis Calero en una entrevista concedida a este periódico en 2018.Nieto de notario y de registrador de la propiedad, Luis Calero estudió derecho y llegó a opositar para notario. Desde niño estuvo vinculado a la gestión en el fútbol, pues un grupo de amigos llevaban el Alberic cuando él aún no se había trasladado a Valencia con su familia.

Su padre, además de la profesión, le inculcó el amor por el Levante: era directivo y lo llevaba a los entrenamientos y los partidos cuando tenía entre 14 o 15 años. Le gustaba mucho salir al campo y solía hacer senderismo con un amigo y con su perro. Precisamente, sobre sus relaciones p ersonales dejaba en la mencionada entrevista una reflexión vital: «Quizás lo más importante es haber sido buen marido, buen padre, buen hijo y ahora buen abuelo. Un abogado con sentido común y que conscientemente no haya hecho daño a nadie. Y un gran amigo de mis amigos, los que conservo desde que estudiábamos en los Jesuitas».

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