![El firme propósito de Dwamena](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202005/10/media/cortadas/Dwamen-kIR-ReznJVEDOzhvEqHQt7XhkkJ-1248x770@Las%20Provincias.jpg)
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Mientras el Levante y el resto de equipos de la Liga buscan los mecanismos para vencer al coronavirus, Raphael Dwamena continúa con su particular batalla. La de volver a sentirse futbolista. El delantero, propiedad del conjunto granota pero cedido en el Zaragoza, no está teniendo una carrera deportiva sencilla. En absoluto. Su corazón no se lo ha puesto fácil. Sin embargo, su espíritu rebosa fuerza. La misma que le permitió volver a los terrenos de juego en 2017. El pasado mes de octubre, los problemas cardíacos reaparecieron y le apartaron de los campos. Un duro golpe. El diagnóstico no resultó nada esperanzador y la inmensa mayoría de los especialistas han aconsejado su retirada definitiva. Sin embargo, el delantero ghanés nunca ha tirado la toalla. Y tras pasar por el quirófano en enero ha ido reforzando su sueño. El futbolista expresa a sus allegados su plena confianza en regresar a la competición. Transmite convicción. Un firme propósito avalado por un médico de confianza de Zúrich. El tiempo dirá.
Nadie se atreve a hablar de plazos, ya que se trata de una recuperación especialmente delicada. Todo depende de la respuesta de su cuerpo. Incluso se abre la puerta a una segunda operación. Desde el Levante, no obstante, se mantiene una prudencia absoluta. En un principio, el pesimismo más profundo imperaba en Orriols. Actualmente, los responsables granotas se limitan a dejar el asunto en manos de los médicos. Eso sí, han tratado de arropar el ariete en todo momento, aparcando el aspecto profesional.
Dwamena derrocha coraje y fe. Está empeñado en volver a jugar. El africano, quien en 2017 ya se enfrentó a los problemas cardíacos, se siente fuerte. El fútbol le ha vuelto a poner a prueba. El pasado 6 de octubre, el joven atacante tuvo que ser sustituido en el minuto 70 del partido entre el Zaragoza y el Cádiz, ya que se encontraba mareado. El aparato que llevaba incorporado para medir su frecuencia cardíaca reveló un ritmo alarmante. En la jornada anterior, frente al Málaga, ya había notado cierto malestar, aunque entendió que podía estar relacionado con un virus que había recorrido el vestuario blanquillo.
Ante la falta de oportunidades en el Levante, el pasado verano Dwamena hizo las maletas para marcharse cedido al Zaragoza. Aspiraba a curtirse en Segunda. Tras unas primeras jornadas marcadas por las dudas, el ghanés comenzó a convertirse en una pieza importante dentro del esquema de Víctor Fernández, marcando dos goles en 648 minutos y calando hondo en el vestuario.
Y todo de torció. Al tratarse de una dolencia de larga duración, el Zaragoza obtuvo la autorización para tramitar la baja federativa de Dwamena. Así, pudo ocupar su plaza con Javi Puado, cedido por el Espanyol. En cualquier caso, tal y como estaba previsto, la entidad aragonesa ha asumido los 800.000 euros del salario del africano.
Dwamena consultó a varios especialistas. En España y en el extranjero. «Hay un diagnóstico muy claro y concreto por parte del Zaragoza. El jugador decide buscar otra vía de información y va a buscar más. Va a agotar todas las vías», comentaba en octubre el técnico del Zaragoza, Víctor Fernández. En líneas generales, las conclusiones de los médicos resultaban desalentadoras, aunque el futbolista nunca ha bajado los brazos.
Viajó a Zúrich para consultar al especialista que ya le atendió en 2017. Cabe recordar que, en su día, el Brighton descartó su fichaje al detectar una dolencia cardíaca durante el reconocimiento médico. Finalmente, el pasado 23 de enero fue intervenido en el Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza. La operación constó de dos fases: la realización de un estudio electrofisiológico y, posteriormente, el implante de un DAI (Desfibrilador Automático Implantable) que le proteja en caso de la aparición de arritmias graves.
El Levante fichó a Dwamena en agosto de 2018, abonando al Zúrich cerca de seis millones por la operación. En su presentación como granota, recordó el susto que frustró su traspaso al Brighton. «Hace un año en Inglaterra me dijeron que no iba a jugar más a fútbol y hoy estoy aquí», afirmó.
Dwamena firmó un vínculo con el Levante hasta 2022. La entidad azulgrana, desde la cautela, se prepara ante las diferentes circunstancias que se le pueden presentar en los próximos meses. En caso de que el delantero tenga que colgar las botas y se le declare la incapacidad permanente, el club dejará de estar obligado a cumplir lo que reste de su contrato. Eso sí, muestra su compromiso moral y descarta dejarle desamparado. Se preocupa por su futuro.
De todas formas, el perseverante Dwamena, de 24 años, está esperanzado de volver a competir. Y más allá de que prácticamente todos los informes médicos han aconsejado su retirada, cuenta con el respaldo de un cardiólogo de confianza. Un luchador.
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