ENTREVISTA

José Luis Oltra: «Creo que Valencia sí es una ciudad que da para dos equipos en la élite»

- ¿Cambia mucho la labor de ser entrenador asistente con la de ser un primer entrenador?

Por supuesto, cambia muchísimo. En mis más de 20 años de carrera y desde mis orígenes, nunca había ejercido de asistente. Quique Sánchez Flores es y será por encima de todo mi amigo, me lo había comentado en alguna ocasión y se dieron las circunstancias. Ha sido una etapa muy positiva, de la que he aprendido muchísimo y muy buena a nivel personal. Es muy diferente por lo que ahí he aportado y he sumado, pero el que tomaba la última decisión, el que tenía el peso y el que daba la cara, siempre es el entrenador. Ahora me apetecía volver a entrenar, y así se lo comuniqué a Quique cuando salió la oportunidad. Él lo entendió perfectamente.

- Muchos equipos han confiado en ti y no has estado mucho tiempo parado. ¿Te sientes un afortunado tal y cómo se vive hoy en día el fútbol?

Llevo una trayectoria larga, prácticamente sin ningún parón y soy un privilegiado. Primero porque me dedico a algo que me gusta, que es vocacional y que me apetecía desde pequeño. Ya como futbolista pensaba como entrenador. Luego, después de tres años entre el fútbol base y el Castellón, en 2005 y tras estar casi todo el año con el filial, tengo la fortuna de debutar como entrenador en primera con el Levante. Ya no he vuelto a dejar el fútbol profesional en 19 años consecutivos. A lo mejor no he empezado la temporada, o a lo mejor no la he terminado, pero todas las temporadas he tenido un equipo. En Chipre jugamos incluso partidos en Europa y llegamos a octavos de final de Conference League, donde nos eliminó el West Ham, el futuro campeón. Y ya luego vengo y me incorporo enseguida al Sevilla.

- Hace poco más de un mes te llaman y asumes el control del Eldense. ¿Cómo fue aquel momento?

Cuando uno no está entrenando, aparte de dedicarle tiempo a mi familia, yo veo mucho fútbol. Ves muchos partidos cada semana, los analizas, haces anotaciones… Tienes cada semana la ilusión de que te llame algún proyecto de los que aspiras. La verdad es que tenía ganas y fue una ilusión cuando el director deportivo del Eldense me llamó. Me preguntó si estaría en disposición de tener una reunión para poder llegar a un acuerdo y aceptar la propuesta de entrenar, le dije que sí, y fue todo bastante rápido. Eso fue un domingo, el lunes por la mañana se termina de cerrar todo y por la tarde ya estoy entrenando.

- ¿Cómo estás viendo a tu equipo? ¿Crees que ha terminado de adecuarse a tu estilo?

Cuando un entrenador llega a mitad de temporada ha de valorar un poco todo el contexto y tiene que imponer su idea, su modelo, su concepto futbolístico, pero también debe adaptarse. Esto lo aprendí de Quique. Llegar y que el equipo obtenga buenos resultados desde el inicio, ayuda y te allana ese aterrizaje. En el Eldense empezamos ganando, el segundo partido lo perdimos, pero ahora llevamos tres sin perder. Además, cuatro fueron con portería a cero. Estamos teniendo unas señas de identidad bastante marcadas, una esencia que es la que debemos de tener. En ese sentido estoy contento, porque yo creo que me he adaptado, y los jugadores también. Le hemos dado mucha continuidad al trabajo de Dani Ponz, que era bastante bueno, intentando que los resultados sigan. Tenemos que sumar muchos puntos todavía para lograr el objetivo.

- Venís de ganar al Deportivo y al Albacete de forma seguida. ¿Crees que faltaba una racha así para poder coger un plus de confianza?

Sí. De hecho, cuando llego, ya digo que el problema del Eldense no es táctico, no es de modelo de juego, es un poco de confianza. Y esa confianza te la dan en la mayoría de casos los resultados. Es verdad que el equipo acusaba mucho cualquier error, le penalizaba cualquier circunstancia adversa. Ganar ahora no te garantiza absolutamente nada para las siguientes jornadas, pero te hace creer un poco más, que el ambiente sea un poco más distendido. Seguimos teniendo mucha presión, mucha urgencia y mucha obligación, pero al final los resultados te dan ese margen que necesita todo equipo para poder competir con más calma.

- Actualmente seguís en puestos de descenso, pero más cerca de la salvación. ¿Eres optimista de cara a ese objetivo?

Sí. Pero no por mi llegada. Era una plantilla para competir y pelear. Llegamos con el equipo a seis puntos del descenso y ahora estamos a dos. Y lo bueno es que hay más equipos implicados. Al final el tema tiene que ser que lo pelees entre varios, que no sea cara o cruz con un equipo en concreto. De momento, tenemos que olvidarnos de los demás y seguir en esta media de puntos, porque también es complejo que podamos mantener esa dinámica. Como dije, tenemos que sumar el 50% de los puntos que quedaban en juego. Para ello, lo que hay que hacer es pensar en ganar el partido de cada semana. En nuestra mente ahora solo está el Levante, como la pasada semana solo estaba el Albacete.

- Ahora viene el partido contra el Levante. ¿Qué tipo de encuentro esperas encontrar?

Como todos los de la categoría: un partido igualado, difícil y competido. El Levante no está arriba por casualidad. Tiene un gran entrenador, conocedor de la categoría, que sus equipos siempre compiten al máximo. Luego tiene jugadores muy buenos y diferenciales. Vienen de ganarle al que estaba como líder y llega con confianza. Jugamos en el nuevo Pepico Amat, en nuestra casa, y es donde tenemos que hacernos fuertes si queremos lograr el objetivo. Nosotros vamos con la intención de competir bien y de intentar ganar desde que hemos empezado a trabajar la semana.

- Actualmente, ¿qué virtudes dirías que son las que goza cada equipo?

Esto es muy bonito de explicar, pero durante los partidos es distinto. A veces porque el rival no te permite, a veces porque tú no estás bien, o porque es totalmente distinto a lo que habías percibido. Particularmente, espero un rival muy ordenado, que transita muy bien y que es muy fuerte en el balón parado ofensiva y defensivamente. Cuando tiene que atacar siendo directo, lo hace muy bien y es ganador en disputas y segundas acciones. Nosotros tenemos que seguir en la línea de ser un equipo sólido, que intente partir desde el orden y no encajar, pero jugando de locales tenemos que ir a proponer y hacer en ataque cosas para intentar ganar el partido, que es muy importante.

- ¿Has podido ver al Levante? ¿Qué te está pareciendo su temporada?

Veo un equipo regular, con las virtudes ya citadas, que vienen marcadas porque tiene un muy buen entrenador como Julián Calero, que les mete ese modelo y lo trabaja muy bien. Al Levante lo he visto mucho, pero esta temporada solamente he podido seguirlo por televisión. Es uno de los equipos que más veo. Le tengo un cariño especial porque soy valenciano y porque estuve como jugador y entrenador. Siempre sigo a todos mis exequipos.

- ¿Crees que terminará el año como uno de los equipos ascendidos?

Sí, sin duda. Seguro que va a competir y estar arriba. No sé si va a ser mediante ascenso directo, que también puede lograrlo, pero aunque sea más complicado y una versión más larga, al menos lo veo en play-off.

- Tienes un pasado en el club granota, ¿Qué recuerdos guardas de aquella época de jugador y luego como entrenador? ¿Guardas cariño al Levante?

Es un equipo especial para mí y le tengo mucho cariño. Viví como jugador una temporada que jugamos el play-off y no pudimos ascender; lo logró el Salamanca entrenado por Lillo. No continué en el club, pero mi recuerdo fue muy bueno. Luego llego para entrenar el filial e hicimos una temporada brutal, porque Villarroel quería al primer equipo en primera y ascender a segunda con el filial. Con ese proyecto me seduce, íbamos terceros y, si no hubiera descendido el primer equipo, probablemente hubiéramos podido jugar ese play-off de ascenso.

Recuerdo también el debut con los cuatro partidos en primera, que fueron muy intensos y chulos. Luego me hago cargo del equipo en segunda, donde también y gracias al Levante debuto en esa categoría, y eso no se puede borrar. Siempre he dicho que de pequeño iba con mi padre a Mestalla y por eso soy del Valencia en cuanto a ese sentimiento de cuna, pero con la edad y con tu cargo profesional, te vas separando y por el Levante tengo gran cariño. Además, tengo muchos amigos del club, como Paquito Fenollosa, al que considero mi padre futbolístico, Vicente Alestey, Pirri en su momento… Es gente especial para mí. Ellos son lo que significa el Levante: el sentimiento, los colores. Ellos son del Levante de verdad. Lo importante es tu paso personal, en todos los sitios he dejado infinidad de amigos y el Levante no es una excepción.

- Tu etapa como entrenador levantinista se dio en una temporada que terminó en ascenso. ¿Crees que hubo precipitación al tomar la decisión de tu destitución?

No estábamos muy lejos. Yo era muy joven, era otro momento, tanto a nivel personal como a nivel de club. Estaba gestionado de otra manera. Se venía de haber descendido y existía un poco una obligación, una presión, y finalmente se optó por traer a Mané, que era un entrenador con mucha trayectoria y experiencia. Aunque a mí me supo mal como todas las destituciones, a lo mejor también se hubiera acabado de la misma forma. Pero el club decidió cambiar, al final salió bien y ascendió. Como granota de corazón, me alegré. No soy el mismo entrenador ahora que cuando entonces, ni en mis orígenes. Creo que ahora tengo más bagaje. Yo solamente puedo estar agradecido al Levante y me alegro de todo lo bueno que le pase.

- Desde aquel 2005 ha cambiado mucho el Levante. ¿Imaginabas que en algún momento podría vivir la época de estabilidad en Primera e incluso de competir en Europa?

Por supuesto que sí. El Levante tiene potencial, es un club histórico, centenario y con una afición fiel, apasionada y con mucho sentimiento. Como ellos dicen, la realidad del Levante es que hay menos seguidores, pero siempre fieles. Creo que Valencia sí es una ciudad que da para dos equipos en la élite y se han hecho las cosas bien durante mucho tiempo, ha habido estabilidad en primera división y se han vivido los mejores momentos históricos para el club. Existió y también hubo una estabilidad económica, luego llegó la pandemia, y hay circunstancias que no quiero meterme donde no me llaman porque no tengo toda la información, El Levante ha sufrido cuando económicamente ha tenido momentos delicados. Si no llega a ser por determinadas personas como Pedro Villarroel, el club estaba al borde de la quiebra. Pero al final siempre ese sentimiento ha hecho que el equipo perdurara y el potencial, tanto a nivel de afición como de estructura y de club, hace que su categoría esté entre primera y segunda, donde puede estabilizarse, pero algún año le puede tocar, sufrir y bajar como todos los que están en esa tesitura. Ahora ha de intentar estabilizarse, sanearse en lo económico y volver a pelear por cosas importantes.

- Un mensaje a la afición del Eldense de cara al partido y el futuro próximo

Yo a la afición soy poco de pedir. Soy más de intentar dar y normalmente estar más predispuesto a ayudar a nuestro equipo. Lo que les digo es que les necesitamos en cada partido. El otro día vinieron mil personas al Carlos Belmonte de Albacete y fue brutal. Te da responsabilidad, pero también te da un plus de energía para poder competir mejor.

Entonces, les necesitamos, sobre todo aquí en el nuevo Pepico Amat, que van a ser muy importantes. Y si no competimos como ellos creen, cuando acabe el partido ya nos lo harán saber. Pero durante el partido nos tienen que ayudar, porque esa comunión siempre hace que los equipos saquen más puntos, y es como lo pienso firmemente.

- Un deseo a nivel individual y colectivo

Yo soy muy simple. A nivel personal, que mi familia esté bien. Es lo principal y yo soy muy familiar. A nivel profesional, hago lo que me gusta, soy un privilegiado y entonces entrenando soy feliz. Sería seguir entrenando, ya que creo que en mi caso lo mejor está por llegar. No es que lo haya vivido ya, sino que aún lo tengo que vivir. A nivel de club y de equipo, la salvación es mi objetivo. Para eso intentamos trabajar cada día.