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Los gestos de dolor de José Luis Morales al abandonar el césped de San Mamés en camilla hicieron pensar en lo peor. Tanto el futbolista como el cuerpo técnico del Levante se temían una grave lesión en la rodilla izquierda. Sin embargo, la primera exploración realizada ayer en el estadio bilbaíno invitó al optimismo. Y hoy se ha confirmado que todo ha quedado en un susto. El Comandate sufre una dolencia. Concretamente, un edema óseo. Pero su ausencia será breve. El futbolista tiene buenas sensaciones y pretende apurar las opciones de llegar a tiempo al partido del sábado contra el Espanyol, aunque las recomendaciones iniciales apuntan que pare durante una semana. Su evolución durante los próximos días resolverá las dudas.
Esta mañana, Morales se ha sometido a diversas pruebas médicas para conocer el alcance exacto de la lesión. «Sufre una fuerte contusión en la meseta tibial de la rodilla izquierda con un importante edema óseo. En los próximos días se valorará su evolución», afirman desde el Levante. Después de conocer el diagnóstico definitivo, el Comandante se ha marchado a la ciudad deportiva de Buñol para comenzar con los trabajos de recuperación.
Todo ocurrió antes del descanso del partido contra el Athletic. Morales, quien luchaba por el balón con Vesga, realizó un desafortunado gesto con la rodilla izquierda y se quedó tendido en el suelo. Se tapaba la cara con las manos. Sus gestos de dolor resultaban sobrecogedores y se encendieron las alarmas en el Levante. Tuvo que abandonar el campo en camilla, siendo sustituido por Bardhi. Finalmente, los resultados de las pruebas médicas han supuesto un alivio.
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