Con el pitido final, varias jugadoras del Levante se quedaron tendidas sobre el césped. Por el derroche físico y por la rabia de despedirse de una competición para la que están sobradamente preparadas. Pero los caprichos del destino quisieron que, en la última ronda previa de la Champions League femenina, las azulgrana se enfrentaran a doble partido a las reinas de Europa. A un Olympique de Lyon que ostenta siete títulos continentales en la última década. El conjunto de Ángel Villacampa cayó ayer en tierras francesas por un ajustadísimo resultado. Como en la ida. Nuevamente, el partido enloqueció en apenas unos minutos del segundo tiempo y las granotas, pese a dar la talla en todo momento, no lograron la proeza. Se quedaron a un paso de la fase de grupos de un torneo para el que han presentado sus credenciales. Cuestión de tiempo.
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Villacampa apostó por la solidez y el juego vertical. Así, el Levante apareció en la ciudad deportiva del Lyon con un esquema de 5-4-1 y las ideas clarísimas. Por encima de todo, había que neutralizar el presumible arreón inicial del conjunto de Sonia Bompastor. María Méndez, Nuria Mendoza y Aldana Cometti se situaron en el eje de la zaga, mientras que los carriles estaban reservados para dos puñales como María Alharilla y Paula Tomás.
El Lyon comenzó apretando y poniendo en ciertos apuros al Levante. Macario, con su movilidad, protagonizó un acercamiento tempranero. Ese empuje galo entraba en los planes de las granotas, que supieron asentarse sobre el terreno de juego.
El Levante en absoluto se amilanó ante un Lyon que la pasada temporada vio cortada su histórica racha de 14 títulos consecutivos de la liga francesa. El PSG le arrebató el trono. Ayer, las de Villacampa se medían al rival más duro posible en la previa de la Champions, pero estaban dispuestas a luchar hasta el final por el anhelado billete.
El cuadro azulgrana aguantó las acometidas iniciales del Lyon. Con sobriedad y confianza. Sin embargo, tenía dificultades para acercarse a la portería de Endler. No conseguía romper el muro defensivo del equipo francés, que atacaba con más recursos. María Valenzuela estaba alerta bajo los palos.
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Arriba, una novedad. Giovanna Crivelari, la jugadora que alimentó la esperanza en el partido de ida al marcar en el primer balón que tocaba, partió ayer de inicio. Su estreno como titular en el conjunto azulgrana. La atacante brasileña, penúltimo fichaje del club, caía a la banda izquierda.
La intensidad era máxima. Un partido marcado por el cuerpo a cuerpo y las batallas en el centro del campo. Y es que el Lyon cuenta con un gran poderío físico. El cuadro galo trataba de explotar las acciones a balón parado, aunque la retaguardia azulgrana conservaba el orden y la concentración.
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Paula Tomás, quien ha cogido la bandera de la cantera granota con sus extraordinarias actuaciones en las fases previas de la Champions, abrió una senda por la banda izquierda del campo. A pierna cambiada, la alicantina está ofreciendo una rendimiento ilusionante. En una de sus ofensivas, mandó un peligroso balón a Crivelari. La exfutbolista del Corinthians no llegó a tiempo para rematar.
El Levante tenía buenas sensaciones. Y Paula Tomás se mostraba cada vez más incisiva. No obstante, al borde del descanso, un momento de dudas de María Valenzuela en una salida del área dio el susto. Finalmente, la acción no tuvo consecuencias y las granotas se marcharon a los vestuarios plantando cara a todo un Olympique de Lyon. Casi nada.
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La ocasión más clara hasta el momento llegó en cuanto arrancó el segundo acto. El cuadro galo saltó al césped con el cuchillo entre los dientes. Henry fabricó un sensacional centro al palo largo y Malard ganó la posición a Alharilla para cabecear el balón de una forma poco ortodoxa. María, muy atenta, se lució para evitar el primer tanto del encuentro.
El Lyon apretaba. Eran momentos complicados para el Levante. Y en el minuto 54, Villacampa buscó frescura en ataque con un doble cambio. Una maniobra con la que el técnico toledano aspiraba a explotar los contragolpes. Alba Redondo tomó el testigo de Crivelari, mientras que Gio Queiroz hizo lo propio con Andonova. La joven brasileña, cedida por el Barça, fue la heroína de la eliminatoria ante el Rosenborg pero se perdió la ida frente al Lyon debido a una lesión muscular. Ayer, cuando apenas llevaba unos segundos sobre el césped, exhibió su velocidad para romper líneas. Sin embargo, pronto llegó un jarro de agua fría. Y de la manera más inesperada.
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Majri lanzó un lejano balón parado que se envenenó al no encontrar rematadora dentro del área. Nadie desvió el esférico y la arquera granota se vio sorprendida. El Lyon se adelantaba en el minuto 60. Prácticamente sin tiempo para digerir el golpe, las de Sonia Bompastor aprovecharon los espacios para poner más tierra de por medio con las azulgrana. En el 63, Majri redondeó su actuación con una asistencia. Centró desde la banda izquierda y Macario, con un testarazo a la altura del punto de penalti, puso el 2-0 en el marcador.
Lejos de bajar los brazos, el Levante enseñó su orgullo. Y su categoría. Sólo tardó un minuto en recortar distancias. Irene Guerrero sacó un córner y Cometti, en una posición forzadísima, cabeceó el balón al interior de la red. Hacía falta una hazaña, pero este equipo en absoluto iba a renunciar a su sueño. Apuró las opciones hasta el último segundo. Cayó con la cabeza alta. No pudo culminar su regreso a la Champions doce años después, aunque su nombre vuelve a sonar en Europa.
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