

Secciones
Servicios
Destacamos
Carlos Márquez, cuando se situó en el centro de la pista del Palau Blaugrana para recoger el trofeo de subcampeón de Liga, miró hacia la zona donde sus compañeros se lamentaban. El capitán del Levante FS, quien precisamente ayer se despedía del fútbol sala en activo, realizó un gesto pidiéndoles que levantaran la cabeza. No es para menos. Pese a la derrota en la final del play-off por el título, el conjunto granota ha hecho historia. Acarició el triunfo en dos ocasiones. Sin embargo, el Barça llevó el partido a la prórroga a falta de 45 segundos y, cuando sólo quedaban 46 del tiempo extra, forzó la tanda de penaltis. Un cara o cruz que resultó cruel para los de Diego Ríos, que en cualquier caso se convierten en leyenda del fútbol sala valenciano.
El Levante FS, que debutó en la máxima categoría en 2014, disputaba su primera final. Y tenía la posibilidad de superar el techo histórico del fútbol sala valenciano, que fue establecido por el Vijusa al proclamarse subcampeón de Liga en 2001. Ayer, en el tercer y definitivo partido de la serie, tanto los granotas como el Barça comenzaron manteniendo el orden defensivo. Sin correr riesgos.
Con la constante rotaciones de todos sus jugadores, Diego Ríos aspiraba a mantener una intensidad máxima durante el mayor tiempo posible del encuentro. Y fruto de la presión, gozó de la primera ocasión clara por medio de Roger. Justo después, la réplica. Fede detuvo con el rostro el balón en un mano a mano con Adolfo. El Barça empezaba a animarse y a dar trabajo al portero valenciano.
El encuentro se fue abriendo paulatinamente, con cada vez más acercamientos peligrosos. El Levante estaba bien plantado. A pesar de su concentración, no es una tarea fácil neutralizar la magia de los jugadores del Barça. Así, a los 13 minutos, Ximbinha envió el esférico al poste. La madera se aliaba con Fede que, en cualquier caso, estaba pletórico. El cuadro granota resistía y, ya en el tramo final de la primera parte, respondió con fuerza. Rubi Lemos estrelló el cuero en la escuadra. Al descanso sin goles y con todo por decidir.
Eso sí, el Levante entró en el segundo acto con el cuchillo entre los dientes. Y tardó 18 segundos en amenazar con el gol. El duro lanzamiento de Roger fue desviado a córner por Dídac. Y en el inmediato saque de esquina, abrió la lata. Maxi Rescia fabricó un volea y Pedro Toro recogió el rechace para marcar. Un gol que podía entrar en la historia.
A partir de ahí, Ferrao sabía que buena parte de las opciones del Barça pasaban por sus botas. Él marca la diferencia. Y se zafó de Maxi Rescia para rozar el empate. Entonces Diego Ríos demostró que le sobra personalidad. En el minuto 24, pese a ir con ventaja, el técnico granota apostó por primera vez por el portero-jugador. Una maniobra con la que buscaba desestabilizar a un Barça que se estaba haciendo con el control del partido. Fede volvió a saltar a la pista para realizar una intervención providencial con el pie tras una disparo de Ximbinha.
El partido subía de ritmo y llegó la expulsión de Coelho a raíz de un rifirrafe con Rubi Lemos. El brasileño fue derribado por el gallego, quien estaba actuando como portero-jugador, y reaccionó con un manotazo. El árbitro amonestó a ambos jugadores, pero en el caso del barcelonista se trataba de la segunda tarjeta.
Durante los dos minutos de superioridad numérica, el Levante apretó en busca del 0-2 y Pedro Toro estuvo a punto de aprovechar la situación para ampliar distancias. No pudo ser.
El Barça, con urgencias, fue apoderándose de la pista. Se hizo con la batuta y la figura de Fede se agigantaba. Además, los granotas ya no sentían tan frescos. Estaban contra las cuerdas y se olía el empate. Los de Diego Ríos, muy juntos y solidarios atrás, apelaban a algún contragolpe.
El Barça se volcaba con portero-jugador. Y Daniel, quien ejercía ese rol, fue el encargado de poner las tablas a falta de sólo 45 segundos para el final. Los de Andreu Plaza llevaron el partido a la prórroga, en la que el Levante comenzó a jugar de 5 muy pronto. Y en una de esas acciones, Rafa Usín firmó el 1-2 con un disparo ajustadísimo. Pero el desenlace iba a resultar agónico. Cuando quedaban 46 segundos para que se consumiera el tiempo extra, Matheus empató. La final se iba a decidir en la tanda de penaltis. Y el destino iba a ser cruel con el Levante. Con los dos equipos igualados tras los cinco lanzamientos, Esteban se topó con Dídac y el Barça se adjudicó el título de Liga. Pese a todo, el Levante ha devuelto el orgullo y la ilusión al fútbol sala valenciano.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Rescatados ilesos dos montañeros tras pasar la noche a la intemperie en Gredos
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.