El Levante dispone de 800.000 euros para fichar en el mercado invernal

El Levante, en plena búsqueda de soluciones deportivas, afrontará el mercado de invierno prácticamente sin margen de maniobra. Y es que la falta de ventas de futbolistas, sumada a las nuevas restricciones de la Liga a la hora de calcular el fair play financiero de cada club, ha limitado considerablemente la capacidad de la entidad granota para lanzarse a por refuerzos. De esta forma, la secretaría técnica, encabezada por Manolo Salvador y David Navarro, asume la extrema dificultad para fichar en enero. Sólo dispone de 800.000 euros.

Durante el mercado estival, el Levante cerró cuatro incorporaciones. Y todos ellas procedían de la Segunda. Se trata de Malsa, Son, De Frutos y Dani Gómez. Sólo por estos dos últimos pagó traspaso el club granota, que desembolsó algo más de cuatro millones.

El técnico azulgrana, Paco López, echa en falta un delantero con el perfil de Borja Mayoral. La dirección deportiva peina el mercado en busca de oportunidades de cara al mes de enero, aunque se presenta como una tarea complicadísima. Con 800.000 euros, apenas hay margen para desembolsar el salario de un futbolista durante media temporada. Pagar a un club por una cesión o un traspaso resultaría imposible.

Para incrementar ese fondo, el Levante estaría obligado a vender a algún futbolista. El límite salarial del Levante ha disminuido drásticamente. Ha pasado de los 54,6 millones de la pasada temporada a los 37,6 de la actual. La principal razón es el cambio que ha introducido la Liga a la hora de imponer el fair play financiero de cada club. Anteriormente, al realizar la previsión de ingresos, se contemplaba el promedio de dinero obtenido por la venta de jugadores durante los tres últimos ejercicios. La cifra de la entidad de Orriols oscilaba entre 16 y 17 millones. Sin embargo, por la crisis económica relacionada con el coronavirus, la patronal ha optado esta campaña por elevar la prudencia. Así, los equipos sólo pueden aplicar el 30 por ciento de esa media. En el caso de los granotas, ese concepto se ha visto reducido a seis millones.

Pese a que el fair play financiero del Levante este curso es de 37,6 millones, el coste de la plantilla asciende a 50 teniendo en cuenta los sueldos y las amortizaciones de fichajes. Hay un desfase de 13 millones que, mientras no quede cubierto, acarrea una penalización en el mercado. De esta forma, si el club vendiese a un futbolista por una cifra inferior, sólo podría destinar el 25 por ciento del importe total del traspaso al fichaje de un jugador. Esta es la situación que se produjo en verano y que se repetirá en enero.

Precisamente, en su presupuesto para la presente temporada, el Levante incluye la previsión de vender futbolistas por un valor de 16,5 millones antes del 1 de julio. Jugadores como Campaña, Bardhi y Aitor se alzan como los más cotizados. Durante el pasado verano, el club no traspasó a ningún futbolista. Dwamena se fue gratis al Vejle Boldklub y la entidad azulgrana simplemente se reservó algún beneficio opcional. A finales de octubre, el delantero quedó apartado del conjunto danés por problemas cardíacos.

El Levante, en puestos de descenso a Segunda, busca una reacción. El club estima que, si bajase esta temporada, recibiría de la Liga una ayuda por descenso de 18 millones. Cabe recordar que en 2016 percibió 12,5.

La ayuda por descenso es una de las garantías de pago que ha incluido el Levante en el crédito bancario de 60 millones que acordó el pasado mes de agosto con Edmond de Rothschild Asset Management. Los otros avales son los derechos de televisión y comerciales y la hipoteca sobre el Ciutat de València, la ciudad deportiva de Buñol y las futuras instalaciones de Nazaret.

En cualquier caso, el Levante pactó con el banco un sistema de pago escalonado. Dispone de un período de carencia de 12 meses, en el que sólo abonará intereses. En el segundo, el tercer y el cuarto año, habrá una amortización suave de capital y la cuota será de entre dos y tres millones. En el quinto y el sexto, subirá a cuatro o cinco. Y a partir de séptimo, se estabilizará en unos seis. El plazo de devolución vencerá en 2032.