El Ciutat vuelve a creer en la magia

Hacía nueve meses que el Levante no tenía esta sensación: una victoria en Liga. Los azulgrana, con mucho sufrimiento, se han impuesto al Mallorca para quitarse una pesada losa. La pesadilla ha terminado. Aunque la permanencia en Primera División sigue presentándose como un milagro, el triunfo devuelve la fe a un conjunto granota que ha resurgido en un encuentro al que no le ha faltado ningún ingrediente. El Ciutat de València, por fin, ha vuelto a albergar una fiesta.

En un partido clave para el futuro del Levante, Alessio Lisci apostó por un cambio de dibujo. El entrenador italiano optó por un sistema con tres centrales y dos delanteros puros como Roger y Soldado. Un 3-5-2 sin Morales, quien empezó el encuentro esperando su oportunidad desde el banquillo tras haber superado 'in extremis' el coronavirus. Contra todo pronóstico, pudo entrar en la convocatoria.

A los cuatro minutos de juego, Aitor sacó una extraordinaria mano para evitar el primer tanto en un ajustadísimo disparo de Llabrés desde la frontal del área. El jovencísimo extremo balear iba a convertirse en el futbolista más incisivo del Mallorca. Instantes después, Soldado replicaba con otro lanzamiento lejano. El debutante Leo Román, quien arrebató la titularidad al exgranota Manolo Reina bajo los palos, atajó sin problemas el balón.

El Levante volcaba sus ofensivas por la banda derecha, donde conectaban con asiduidad Campaña y un Miramón que recuperaba la titularidad once jornadas después. El centrocampista sevillano, con las espaldas cubiertas por Pepelu, se mostraba especialmente activo. Sin embargo, a los azulgrana les costaba superar la muralla bermellona. Fallaba el último pase.

Pepelu, quien causó baja en Vila-real por acumulación de tarjetas, estaba firme en la medular, sabiéndose anticipar para evitar sustos. El conjunto granota, bien plantado, transmitía buenas sensaciones. Sin embargo, con el transcurso de los minutos, se fue replegando demasiado, permitiendo que el Mallorca comenzara a amenazar a Aitor Fernández. Sobre todo por la banda defendida por Franquesa, donde Maffeo y Antonio Sánchez hacían daño con envíos al área. Los de Luis García daban un paso adelante. Y Llabrés, puro desparpajo, volvía a intentarlo con un obús. La afición granota empezaba a ponerse nerviosa.

El Levante no sentía cómodo, aunque conseguía enfriar arreones del Mallorca. Los granotas volvían a estirarse. Eso sí, sin claridad en los metros finales. De ahí que Bardhi, tratando de aprovechar el guante que tiene en el pie derecho, recurriera a los duros disparos desde fuera del área.

Campaña crecía sobre el césped. Y eso siempre lo agradece el equipo. Tiene talento de sobra para marcar la diferencia. En el minuto 37, el andaluz deleitó con un sensacional pase entrelíneas para Miramón, cuyo centro fue enviado a córner justo antes de que Franquesa pudiese mandar el balón al interior de las mallas. Así se llegó al descanso.

Y no pudo comenzar mejor el segundo acto. Sólo habían pasado dos minutos cuando Soldado abrió la lata. Bardhi supo corregir una peligrosa pérdida en el centro del campo para anticiparse y fabricar un magistral pase en profundidad para el veterano delantero valenciano, quien encaró a Leo Román y definió con solvencia. Primer gol en Liga del ariete con la camiseta del Levante. La piña entre titulares y suplentes que se formó para celebrar el gol, a la que se unió incluso Lisci, evidenció la trascendencia del encuentro. No sólo había en juego tres puntos, sino una temporada entera.

El Levante atravesaba sus mejores momentos a raíz del tanto. Encontraba espacios y rompía con facilidad las líneas. Campaña, Bardhi y Miramón avanzaban metros con facilidad. Y Roger acariciaba el gol con un testarazo al poste. El Pistolero gozaba de varias ocasiones. Y a falta de media hora para el final, los acontecimientos se precipitaron. El árbitro señaló un polémico penalti de Róber Pier sobre Fernando Niño. Sin embargo, Aitor se agigantó para adivinar las intenciones de Brian Olivar y detener el disparo. La parada espoleó aún más a los granotas. Y Morales, quien había sustituido a Soldado, hacía de las suyas a base de velocidad.

En el minuto 81, los corazones granotas se detuvieron debido al gol de Fernando Niño. Sin embargo, en medio de la confusión y las protestas, Figueroa Vázquez revisó la acción en el monitor y acabó anulando el tanto por unas manos previas de Salva Sevilla. A partir de ahí, tocaba defender con garra. Y el Levante supo hacerlo. Un triunfo que culminó Morales con un auténtico golazo en el último segundo.

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