El Levante somete al Eldense y se coloca líder provisional

El partido fue polémico desde el comienzo. Un primer ataque del Eldense terminó con un impacto del balón en el brazo de Oriol Rey, aunque sin llegar a nada más pese a las protestas del equipo alicantino, que anticiparon cómo iban a afrontar el resto del encuentro. El Levante planteó un encuentro de construcción lenta, buscando internarse en el área rival y generar peligro cerca de la portería. El conjunto de Dani Ponz, consciente de las múltiples armas granotas, jugó un fútbol aún menos arriesgado, de muchos hombres en el área y contraataques peligrosos. También parecían entrar en sus planes las pérdidas de tiempo, lo que servía para frenar a un cada vez más enchufado Levante y para impacientar a la grada.

El dominio del Levante era cada minuto más evidente y esto provocaba que subiera la temperatura del partido: saques de puerta de un minuto para intentar frenar el asedio granota, un encontronazo sin balón entre Oriol Rey y Godoy... Esto incitó al colegiado a mostrar tarjetas a jugadores de ambos equipos para tratar de calmar los ánimos, pero sin ningún tipo de éxito. Una entrada peligrosa de Ortuño alcanzó el tobillo de Carlos Álvarez, al que tuvieron que atender las asistencias. Lo que inicialmente fue una amarilla, se tradujo en una expulsión directa tras la revisión posterior. Fue uno de los desencadenantes de la polémica, ya que condicionó el encuentro. Sin embargo, el Eldense se supo desenvolver bajo esas circunstancias y, cuatro minutos después, se adelantó en el marcador.

Llegó en un centro al área, haciendo evidente las carencias del Levante en el juego aéreo, y remató Chapela anteponiéndose a la defensa granota, que no fue capaz de despejar el balón tras el lanzamiento de falta y, finalmente, acabó encajando el primer gol del encuentro en el minuto 41 de la primera mitad.

El Levante supo levantar la cabeza. Instantes después del testarazo de Chapela, Pablo Martínez renació y volvió a mostrar el jugador que era: se sacó una jugada magnífica de la manga que provocó el empate en el minuto 44 tras regatear a un defensor y poner el balón en la escuadra con un disparo desde fuera del área.

El partido no descansó ni tras finalizar el primer tiempo. Timor, que había visto amarilla por protestar, llegó a encararse con el árbitro, aunque sin mediar palabra. Cuando se marcharon al túnel de vestuarios, el centrocampista se acercó al colegiado y acabó siendo expulsado, según detalla el acta arbitral, por decirle «igual que se sube, se baja». Esto dejó al equipo de Dani Ponz en serias dificultades para afrontar los 45 minutos restantes.

En la segunda mitad, el partido se calmó. El Levante la planteó como un nuevo partido en el que debían cocinarse el gol a fuego lento. Tenían una ventaja numérica evidente y a un equipo delante que iba a dedicar todos sus esfuerzos a evitar encajar un gol. El objetivo era simple. Sin embargo, pasaron los minutos y, aunque los granotas se encontraban merodeando por el área rival constantemente, no lograba hacer efectivas las ocasiones. El club alicantino se encerró y puso a los ocho jugadores de campo dentro de su propia área, buscando la posibilidad de alguna posible contra o, al menos, llevarse un punto del Ciutat. El Levante se enfrentaba contra un muro que impedía su paso, bloqueaba los disparos lejanos e interceptaba los balones aéreos.

Con Iborra alejando del área, los granotas no encontraban opciones para crear por arriba. Calero, que parece saber lo que necesita el equipo en cada momento, respondió a esta carencia metiendo a Carlos Espí, su mayor activo en el juego aéreo ofensivo. Y el canterano de 19 años respondió, fue cuestión de tiempo: un balón al área bombeado y se antepuso a toda la defensa alicantina para poner al equipo local por delante por primera vez en un partido que dominó de principio a fin.

Tras el cambio en el marcador, el Eldense se volcó al ataque y comenzó a generar algo más de peligro a un Levante que no estaba completamente saciado. Este nuevo planteamiento provocó que quedaran huecos que antes tenían bien cubiertos. Y los granotas no tardaron en encontrarlo. Carlos Álvarez, que hasta el momento estaba protagonizando otro recital individual, recibió un pase en campo rival con espacio para correr, lo que suele ser sinónimo de excesivo peligro para los rivales. Dos defensas llegaron a interponerse en su camino, pero sacó sus habilidades a relucir, recortó a ambos y acabó encontrando el tercero del equipo granota en otro partido sobresaliente.

En los últimos minutos, el Levante disfrutó de más ocasiones claras ante un apático y cansado Eldense. Pese a ello, no lograron ampliar su ventaja. Se marcha por tanto el Levante con un 3-1 que les vale para llevarse tres puntos en la competición liguera y ponerse líderes provisionales, empatados con Eibar y Racing de Santander, y a la espera de que Zaragoza y Huesca jueguen sus respectivos encuentros. Pies en el suelo, hay que seguir comiendo mortadela.