Una bandera del Levante y una camiseta azulgrana con el dorsal tres depositada con mimo por su hijo, cubren el féretro de Antonio Calpe. Custodiado por una imagen de la Mare de Déu dels Desamparats y rodeado de varias coronas y centros de flores que otorgan ese aroma a despedida que traspasa incluso las obligatorias mascarillas, así recibió la leyenda que falleció el miércoles a todas las personas que acudieron al palco vip de L'Alqueria del Ciutat de València.
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Cientos de aficionados del Levante, junto a personalidades del mundo del fútbol, acudieron en reconocimiento por un hombre que dio su vida por el Levante. Su hijo, Toni, se mostraba emocionado. Recordaba que más allá de su faceta como futbolista era su «padre» y una pérdida así, siempre deja una grieta irreparable. Como lo sintió también su hermano Ernesto quien reconocía el importante papel de un hombre cuyo corazón dejó de latir el miércoles.
Hoy está previsto que la plantilla del primer equipo le ofrezca sus respetos antes del funeral en el que se dará el último adiós a una leyenda del Levante que también dejó parte de su corazón tras su paso por el Real Madrid. Levantó una Copa de Europa, pero ayer reconocía Emilio Butragueño, director de relaciones institucionales del club blanco, que su legado en la capital traspasa el hecho de engrandecer sus copadas vitrinas.
El reconocimiento del Real Madrid a su exfutbolista fue más allá de los gestos de ayer con el desplazamiento de Butragueño hasta Valencia. De hecho, los veteranos madridistas han ayudado con el pago de la residencia de la Patacona donde Calpe estuvo atendido durante los últimos años de su vida hasta su fallecimiento a los 81 años.
El departamento de patrimonio del Levante cuidó con detalle el lugar en el que Calpe pasaría sus últimas horas con imágenes icónicas del futbolista en la sala vip del estadio. Detalles de diferentes peñas acompañaban los sentidos abrazos emocionados de los asistentes. El Valencia también envió una corona al club, además de un telegrama. Los embajadores blanquinegros, Tendillo, Bossio y Arias presentaron sus condolencias personalmente.
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Una de las peñas del Levante, L'Horta Granota de Sedaví, propuso de manera de formal a Quico Catalán que la ciudad deportiva que está proyectada en Nazaret llevase el nombre del futbolista que protagonizó el ascenso del primer equipo granota de 1961. Desde el club valoran la propuesta, de hecho tienen pensadas varias iniciativas para reconocer a su leyenda. Exfutbolistas que vistieron la elástica azulgrana como Vicente Latorre, Salvador Mut o el técnico Carlos Simón, al igual que el presidente de Honor de la entidad, Paco Fenollosa, mostraron sus respetos a Calpe. A éste último se le vio visiblemente emocionado y con gestos muy cariñosos hacia el féretro donde descansan los restos del exfutbolista.
Pedro Villarroel, máximo mandatario granota durante más de una década, también es una persona por la que la familia Calpe tiene un enorme respeto. Ernesto recordaba que después de que Antonio colgase las botas, en el año 67, y pasase a ejercer de segundo entrenador, tenía un sueldo pero no cotizaba a la Seguridad Social. «Cuando entró Villarroel, le dio de alta», fue en 1997, habían pasado 30 años.
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