Alessio Lisci llegó al Levante de puntillas. Lo hizo en 2011 para disfrutar de unas prácticas de entrenador. Se lo tomaba como una atractiva experiencia fuera de su Italia natal. Entonces era complicado imaginar lo que estaba por venir. Acabó asentándose en las categorías inferiores del club, evolucionando y ascendiendo año a año. Sus éxitos con el Juvenil División de Honor dispararon su reconocimiento dentro de la entidad y la pasada campaña, tras la destitución de Luis Tevenet, tuvo la oportunidad de tomar las riendas del filial granota. Respondió con creces. Y ahora, el despido de Javier Pereira le ha abierto las puertas del primer equipo. El romano se lleva bien con los desafíos. Ocupará el puesto, en principio, de «forma interina». Dispondrá de, como mínimo, dos partidos en la élite para cautivar a la plantilla y la directiva. La cúpula granota, que también ha prescindido de Manolo Salvador y David Navarro como secretarios técnicos, ha iniciado un período de reflexión. No puede errar el tiro. El futuro futbolístico y económico del Levante está en juego. Los dirigentes necesitan sentar las bases de un nuevo modelo y peinan el mercado de entrenadores y directores deportivos. En cualquier caso, no descartan que la apuesta por Lisci dure toda la temporada.
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En la maratoniana reunión del lunes, hubo unanimidad sobre la conveniencia de prescindir de Pereira de manera inmediata. Más dudas existieron alrededor de la secretaría técnica. A principios de octubre, el consejo de administración del Levante, desconcertado por la apuesta de la dirección deportiva por el entrenador pacense, advirtió a Manolo Salvador, David Navarro y Manuel Fajardo de que un fracaso podría suponer también su destitución.
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Después de un largo e intenso debate en Orriols, la mayor parte del consejo optó por mostrarse coherente con aquel aviso y despedir a los tres máximos responsables de la secretaría técnica granota. Otros dirigentes eran partidarios de mantenerlos durante un tiempo prudencial para, al menos, llevar a cabo la búsqueda de un nuevo entrenador.
Pereira no cayó de pie en el club. Ahora, la entidad, con Quico Catalán a la cabeza, analiza los fallos de planificación cometidos durante las últimas temporadas con el objetivo de diseñar una nueva estructura deportiva. Mientras, la cúpula confía el equipo a Lisci. Desde el Ciutat señalan que sí hay margen en el fair play financiero para contratar otro cuerpo técnico, aunque en la reunión del lunes apenas se estudió nombres.
Sergio González, Juanfran...
Como ya ocurrió a principios de octubre, cuando el Levante despidió a Paco López, existen viejos conocidos entre los candidatos. Las opciones de Sergio González y Juanfran García están sobre la mesa. En cualquier caso, no hay negociaciones avanzadas con ninguno. De momento, Lisci llevará el timón azulgrana.
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Tras una experiencia en la escuela de la Lazio, en la que trabajaba como preparador físico del equipo infantil, Lisci envió su solicitud para realizar prácticas a todos los equipos de la Primera División española. Era enero de 2011. Le respondieron el Atlético de Madrid y el Levante. El conjunto rojiblanco le ofreció un puesto de ayudante en un equipo de fútbol 8, mientras que el club granota le dio la posibilidad de arrancar como segundo entrenador del Juvenil A.
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Lo que parecía una breve aventura se iba a convertir en su nuevo hogar. En aquella época, el director de la escuela granota era David Salavert, quien recuerda la llegada de Lisci: «Me gustaba atender cualquier curriculum que llegaba, porque en cualquier lugar puede haber una persona que cumpla con el perfil que busca el Levante. Y Alessio ha sido uno de esos ejemplos. Es una persona profesional, comprometida e íntegra. Y a nivel profesional, tiene unos grandes conocimientos y una gran capacidad de ampliarlos y mejorarlos. Y durante estos años lo único que ha hecho es crecer y como consecuencia ha venido su promoción dentro del club. Estoy muy contento de haberle contestado y de haber tomado la decisión de que entrara en la estructura. A nivel personal y profesional ha sido un acierto y se lo merece», afirma el ahora miembro de la agencia de representación Wasserman.
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El italiano suma cuatro títulos de Liga: con el Alevín D en 2012, el Infantil E en 2013, el Infantil C en 2014 y el Juvenil B en 2018. Como técnico del Juvenil A, ha logrado dos subcampeonatos del Grupo 7 de División de Honor y ha alcanzado unas semifinales de Copa en 2019. Hace casi un año, el pasado 15 de diciembre, Lisci se convirtió en el nuevo preparador de un Atlético Levante que se encontraba en una situación delicada.
Con Lisci, el filial granota enderezó el rumbo y evitó el descenso a Tercera RFEF. Actualmente, el equipo está dando la talla en el Grupo 5 de la Segunda RFEF. Se encuentra a dos puntos de los puestos de promoción de ascenso y se alza como el segundo equipo menos goleado y el tercero más anotador. En 13 jornadas, ha encajado ocho dianas y ha marcado 17. A sus 36 años, tiene una filosofía clara: «Me gusta un equipo que domine todas las facetas posibles, que tome buenas decisiones y, en función de lo requiera el partido, saber cumplir con todo. Si tú solo sabes jugar a una cosa, es muy difícil que tengas éxitos. A mí los equipos que se diferencian sólo por atacar o defender muy bien... El fútbol es tan complejo y tan bonito que cuantas más cosas sepamos abarcar, mejor», explicó en LAS PROVINCIAS en junio.
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Ahora afronta su mayor desafío: el de aprovechar la oportunidad en Primera División. De momento, tiene dos partidos asegurados en el banquillo azulgrana. Debutará mañana en el duelo de Copa del Rey ante el Huracán Melilla y se enfrentará a Osasuna el domingo. «De la misma manera que hay muchos caminos para entrar en el Levante y él entró en prácticas, también hay muchos caminos por los cuales uno acaba ejerciendo como entrenador en diferentes categorías. Nunca se sabe en qué puede acabar esto», avisa Salavert. En función de su influencia en la plantilla y de las alternativas que maneje la directiva, se decidirá su futuro.
José Gómez y Pedro López resisten
Ayer por la mañana, tanto el cuerpo técnico liderado por Javier Pereira como los tres máximos responsables de la dirección deportiva se dejaron caer por Buñol para despedirse de la plantilla. Con sus destituciones, el Levante busca un golpe de timón. En cualquier caso, el profundo cambio no ha afectado a Pedro López, José Gómez ni José Gila. Los tres mantienen sus puestos dentro de la estructura.
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El pasado mes de marzo, la secretaría técnica del Levante renovó hasta 2023. Manolo Salvador, David Navarro y el jefe de captación, Manuel Fajardo, fueron despedidos el lunes. Sin embargo, José Gómez, responsable del departamento de coordinación y atención al primer equipo, continuará ejerciendo su función. Al igual que el big data, José Gila.
Además, la secretaría técnica cuenta con dos antiguos miembros como Juan Luis Mora y José Luis Sancho. A la espera de componer una nueva dirección deportiva, el presidente azulgrana, Quico Catalán, podrá apoyarse en estos integrantes y en el consejo a la hora de tomar decisiones sobre el entrenador.
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Pereira se marcha con cuatro de los cinco ayudantes con los que llegó. Agustín Izquierdo, Jahan Mohebbi, Gary Hall y Fran Albert se despidieron ayer. En cambio, Pedro López, quien se incorporó como asistente, sigue.
El nuevo cuerpo técnico, comandad por Alessio Lisci, se estrenará mañana en Copa. El domingo se medirá a Osasuna. De cara al choque liguero, Levante Fans y la peña Sin Tregua han convocado un recibimiento al equipo.
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