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Ha habido tanta intensidad en los despachos del Levante que casi nadie se acordaba ya de Quico Catalán. José Danvila ha abierto su chequera para ... salvar al club y el plan de viabilidad se ha puesto en marcha tras una auditoría financiera interna para saber exactamente en qué situación se encuentra la entidad de Orriols. Pero hay pendiente una Junta General de Accionistas y ahí habrá que dar cuenta de cómo quedó el club a 30 de junio de 2023, cuando el anterior consejo, el que lideró Quico Catalán durante 13 años, se marchó tras la debacle deportiva frente al Alavés. Esa cita clave será finalmente el 26 de marzo después de posponerse en varias ocasiones hasta tener claro el proyecto del nuevo consejo levantinista. También ante los accionistas se dará a conocer el presupuesto de esta temporada, que será lo más ajustado posible ante los problemas financieros que lastran al club.
El Levante presentará a cierre de balance de junio de 2023 una deuda similar a la que ya presentó el ejercicio pasado (22 millones de euros), mientras que la proyección que hacía LaLiga es que para junio de 2024 era que hacían falta otros 30 millones de euros, que podrían reducirse conforme se vendieran activos (jugadores). El primero en salir del club azulgrana fue Pepelu (por esos 5 millones fraccionados).
Anualmente el Patronato de la Fundación hacía un examen al consejo y tanto en 2022 como en 2023 el consejo que comandaba Quico Catalán había suspendido. El acumulado de pérdidas esas dos campaña se iba a 25 millones y el Levante se plantaba en otra temporada en Segunda División con dificultades para conseguir el equilibrio financiero.
La solución la ha planteado el empresario José Danvila. Y lo ha hecho con dinero de su bolsillo. LaLiga avaló su plan económico, que tras una auditoría interna vislumbró cifras preocupantes: 107 millones de deuda. De esta cantidad, 27 millones son deuda a corto plazo y 80 a largo plazo. Por este motivo, el nuevo consejero delegado ha tenido que actuar con celeridad.
El primer desembolso de Danvila de su bolsillo fue el 18 de octubre de 10 millones a través de una póliza renovable anualmente (al 7,5% de interés), que sirvió para pagar nóminas, proveedores e impuestos, y de los cuales ya se habían gastado más de ocho millones. A principio de año trascendió que había incluido otros trece millones de su patrimonio personal. Además, el plan pasaría por compensar parte de su préstamo con seis millones en acciones del Levante, lo que le convertiría en accionista de referencia junto a la Fundación.
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