La temporada en el Fuenlabrada cambió la vida de José Luis Morales. Era la 2010-11. El extremo madrileño tenía 23 años y su carrera deportiva seguía discurriendo por los campos de Tercera División. Sabía que el sueño de alcanzar el fútbol profesional estaba cerca de apagarse. Pero durante aquella campaña sucedió lo que tanto esperaba. A las órdenes de Esteban Becker, el futbolista brilló con su velocidad y su capacidad para desequilibrar. Uno de sus recitales despertó el interés de Juan Luis Mora, miembro de la secretaría técnica del Levante. El fichaje se cerró. Su aterrizaje en el filial azulgrana representó el inicio de una leyenda. Mañana, el ahora conocido como el Comandante, se medirá a ese equipo en el que deslumbró justo antes de dar el salto a un club de élite.
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Esteban Becker ejerció como entrenador del Fuenlabrada entre 2009 y 2011. El argentino recuerda perfectamente la aparición de Morales en el conjunto madrileño. "Es un lugar donde él salió del cascarón. Fue un momento muy bueno para él. Venía de un equipo menor, el Parla. Y tampoco era el jugador que es ahora. Era un chiquito muy débil, flaquito. Pero cuando le vi le dije a mis íntimos: 'Este es un chico para jugar en Primera División'. Y se reían. Tuvo unos momentos espectaculares, una velocidad y un cambio de ritmo tremendos", recuerda el técnico, quien se quedó impactado: "En mi cabeza está la foto de cuando él cogía la pelota, empezaba a correr y correr, a encarar y se iba de todos. Era imparable. No lo podían frenar. Y terminamos jugando para él, porque tirabas la pelota en largo y era un galgo. Volaba y macaba diferencias".
Morales tenía un estilo muy definido: "Le encantaba empezar por la banda izquierda y después metía diagonales o se iba en el uno contra uno en carrera. Era también bondadoso. También fallaba bastantes ocasiones, pero después se siguió puliendo y, cuando fue creciendo, se hizo el jugador que es ahora". Becker continúa en contacto con los jugadores de aquella época: "Él se sigue juntando con ese grupo de Fuenlabrada. Hay una gran unión. Cada vez que viene a Madrid se junta con ellos".
A sus 33 años, Morales atraviesa un sensacional momento de forma. "El jugador que llegó al Fuenlabrada parecía que se iba a romper en cualquier momento. Pero el jugador que uno ve ahora es un portento físico. Entonces, no tiene fecha de caducidad", afirma Becker, pendiente de la renovación del madrileño con el club granota: "El Levante es su casa, donde se siente protegido, donde es el verdadero líder. Yo no estoy en su cabeza, pero con esa edad el futbolista piensa en jugar dos años más e irse de los 35 a los 37 al extranjero a ganar más dinero. Uno tiene que ser un poquito egoísta". El entrenador argentino lo tiene claro: "Yo creo que este año va a volver a ser el Morales que todos conocemos. Y yo, si fuera Luis Enrique, me lo llevaba a la selección. Sin ninguna duda".
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