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Javier Solano
Valencia
Lunes, 11 de julio 2022, 01:02
Shkodran Mustafi certificó ayer sobre el césped de las instalaciones del Parador de El Saler el final de un calvario detonado por una lesión en el recto anterior del cuádriceps derecho. Hasta hace días, el futbolista se encontraba realizando trabajo específico al margen, a la espera de dar luz verde a su reincorporación con el resto de sus compañeros. Tres meses después de aquella recaída sufrida durante un entrenamiento en la Ciudad Deportiva de Buñol, la cual le impidió pelear sobre el terreno de juego por la permanencia en el tramo final de la pasada temporada, el regreso del zaguero se ha convertido en la primera de las alegrías para Mehdi Nafti en su primera semana como preparador al frente del conjunto granota.
El júbilo de Mustafi por volver a ostentar el cartel de disponible no ha podido ser mayor debido al primer año tan complicado atravesado por el futbolista granota, donde las lesiones le impidieron adquirir el rodaje suficiente para asentarse y recuperar su mejor versión. Un esguince en el ligamento colateral externo de la rodilla derecha, sumado a la lesión en el cuádriceps que lo volvió a arrastrar a la enfermería tres días después de recibir el alta, conformaron las piedras en el camino del alemán, que terminaron por eclipsar su primera temporada como azulgrana.
Tras completar un nuevo proceso de recuperación y dejar atrás sus problemas físicos, el central del Levante pudo participar de forma parcial en la doble sesión de entrenamiento celebrada ayer en la primera concentración veraniega del equipo de Orriols. Durante los minutos iniciales, Mustafi se ejercitó junto al resto de sus compañeros y pudo tocar balón. Más adelante, el defensor granota pasó a trabajar de forma individual con el equipo de readaptadores del club, ultimando así su respectiva preparación para un año en el que si las lesiones consiguen respetarlo, buscará adquirir el rol de liderazgo que no pudo ejercer el curso pasado.
El regreso del central alemán ha puesto el broche de oro a una primera semana de trabajo satisfactoria, donde siete días de dobles sesiones de entrenamientos diarios han permitido al conjunto granota arrancar la pretemporada con buenas sensaciones. «Veo a la gente bien. No veo a nadie con la cabeza baja. Al revés. Veo a la gente con ganas de pelea y de revancha y se va a demostrar este año. La gente lo está dando todo en cada entrenamiento y eso es lo que necesitamos ahora mismo», afirmaba Róber Pier, tras finalizar la sesión matinal celebrada ayer en El Saler.
Y es que además de la positividad sacada de las primeras jornadas de trabajo a las órdenes de Mehdi Nafti, el arranque de la pretemporada levantinista también quedó marcado por la lealtad demostrada por la afición granota, que en su tercera semana de campaña ya ha superado la cifra de 10.000 abonados. «Vamos a necesitar todo el apoyo del mundo en esta categoría tan dura. Llegar a los 10.000 abonados es una pasada. Ojalá sean muchos más los que nos acompañen en el camino hacia el ascenso», confesaba el zaguero gallego.
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