De la vigilancia a Rubén al repertorio de Barral

José Luis Mendilibar ya lo ha 'castigado' una vez -aunque lógicamente huye de esos términos- y no quiere desde luego volver a hacerlo. Pero al técnico del Levante no le temblaría el pulso si tuviera que recurrir a una decisión técnicas de similares características (se quedó dos jornadas sin jugar). El entrenador del Levante sabe que tiene un filón en Rubén, el futbolista que tuvo la capacidad suficiente para decidir en Granada cómo iba a acabar el partido. Pero también sabe Mendilibar que con sus 21 años recién cumplidos se corre el riesgo de caer en el despiste fácilmente.

La prueba está en lo que ocurrió ayer en el viaje de regreso del Levante de Granada. Rubén fue requerido para una fotografía cuando aprovechando que quería vivir en la cabina de los pilotos el despegue del avión. 'Rubén, por fin, toma los mandos del Levante', la escena encajaba más o menos. La frase, aunque ciertamente un poco forzada, fue cazada al vuelo -y nunca mejor dicho porque ya se estaba en el aire- por Mendilibar, que no dudó en expresar su incomodidad por la atención que estaba deparando el atacante valenciano, con diferencia el valor en crecimiento más firme del Levante. Mendilibar, de manera inconsciente, demostró su atención a detalles que en otras circunstancias podían pasar desapercibidos.

«La verdad es que tenía ganas, fue una noche redonda», reconocía ya en Valencia Rubén, nada más terminar el entrenamiento. El equipo tomó tierra y se fue directo a entrenarse. Antes, eso sí, Barral mostró al nuevo cuerpo técnico y con su peculiar estilo una pizca de su repertorio de chistes, micrófono en mano en pleno vuelo.

Allí, la mejor noticia, fue que los servicios médicos ya han recuperado otro efectivo para la causa. Si para Granada se sumaron ya elementos como David Navarro, El Adoua y Gavilán (aún no se ha estrenado en una convocatoria), esta vez el turno le ha llegado al joven Iván López, que tan buenas sensaciones causó en San Mamés.