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J. CARLOS VALLDECABRES
Domingo, 23 de noviembre 2014, 23:07
Nunca se había llegado a este derbi con las pulsaciones tan extrañamente alteradas. Por eso, a nadie sorprendió que el partido desprendiera tanta energía (afortunadamente dentro del terreno de juego). La altura de este derbi se ha puesto tan alto que será difícil que en Mestalla, en la segunda vuelta, se repita algo parecido. Ojalá. Los espectadores lo agradecerán, de la misma forma que agradecieron la energía con la que ambos equipos se entregaron a la causa. Además, y como no podía ser de otra manera, se ofreció el minuto más loco de la temporada. En un visto y no visto, unos pasaron de la alegría al miedo y de ahí a la euforia; y otros del temor a la esperanza y vuelta a la desolación.
Es verdad que el gol blanquinegro llevaba anunciándose prácticamente desde los primeros instantes del encuentro pero resulta que no llegó hasta que Parejo no asomó el morro. El capitán, así como quien no quiere la cosa, con esa cara de despistado con la que suele inventarse los pases, se ha colocado a la cabeza de los goleadores. Cuatro lleva Alcácer y cuatro lleva desde ayer el centrocampista. Con razón a Nuno se le alegró la cara esta semana cuando lo vio aparecer con el resto del grupo por Paterna. Lo esperaba para el Barça pero lo metió en la lista el sábado y tuvo que recurrir a él en el 64', seis minutos después de que Casadesús hiciera el primero. Nuno no veía las cosas claras y decidió meter de una tacada a Parejo y a Feghouli. Eliminó del campo a Piatti -en 12 jornadas sólo ha jugado un partido completo- y también a Barragán, un lateral capaz ayer de convertir sus centros en una papeleta de bonoloto. Nunca aciertas el destino.
Rodrigo, en crisis
A Nuno le estaba dando por entonces ese sudor frío habitual de cuando las cosas se están torciendo más de la cuenta. Primero se quitó la chaqueta y luego a quien quitó, pero del campo, a Rodrigo. Lo del internacional de nuevo cuño español empieza a ser sospechosamente sospechoso, como diría Manuel Llorente. ¿Cómo es posible que con el Valencia por debajo en el marcador se quite a uno de los delanteros de referencia de este equipo? Ante esto, la respuesta es bien sencilla: está seco de gol. En la primera parte tuvo un buen disparo tras combinar con André Gomes pero lo atrapó con seguridad Mariño. Ahí se acabó prácticamente toda su aportación.
Rodrigo está en crisis y, encima, le tocan la cara. David Navarro estuvo a punto de jugarse la expulsión de haberle visto el auxiliar o el árbitro. Rodrigo estaba muy pesado cogiéndole de la camiseta en un córner en el primer tiempo. El central se estaba quitando el brazo que lo sujetaba como podía hasta que, harto de la situación, le soltó un manotazo al delantero en su cara. Ya hay pique para la vuelta. No es el único. También Barral se las tuvo tiesas con Mustafi, lo mismo que Sissoko con Negredo. Cuentas pendientes pues.
También tenía una cuenta pendiente pero con el gol Morales. El chaval había marcado su primer gol en Primera contra el Eibar pero la llegada de Alcaraz le ha condenado al banquillo. Vaya golpeo el de ayer. Justo cuando el Valencia había empatado y cuando aparentemente parecía que se iba a zampar al Levante, el madrileño se pegó una carrera por la derecha y con su pierna 'mala' la envió a la escuadra con un lanzamiento cruzado. El Ciutat cambió del color blanquinegro al azulgrana en apenas unos segundos.
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