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Disparo de Diop ante Lacen.
Dejarse el alma para un empate
FÚTBOL | PRIMERA DIVISIÓN

Dejarse el alma para un empate

El Levante se topa con un Getafe que calca su estilo de juego defensivo

EFE

Lunes, 8 de diciembre 2014, 17:11

Hay victorias que llegan casi solas, con una acción afortunada y luego todo va rodado. Y otros días en los que se tiene que trabajar sin parar, luchar contra todo y dejarse el alma para conseguir solo un empate. De ese tipo fue el encuentro de ayer. El Levante se topó con su espejo, un Getafe que calcó su estilo de juego y que le hizo atragantarse y sufrir para sumar un punto que sabe a que se pierden otros dos. Los granotas fueron los que más voluntad y juego le pusieron a la tarde pero tuvieron demasiada prisa ante el conjunto de Contra, que supo aguantar atrás y aprovechar su ocasión al contragolpe.

Los azulgrana fueron siempre superiores y salvaron el empate gracias a la efervescencia que produjo la entrada de en el campo de Martins y Rubén. El gol del brasileño debe servir para hacer crecer moralmente al delantero, que debe aportarle muchas cosas al equipo. Ayer con su entrada se vieron cosas diferentes, combinaciones y mucha más presencia en las inmediaciones del área rival, aunque durante toda la tarde faltó ese último pase que diferencia el merecimiento de la victoria.

Aunque el Levante empezó con la voluntad de dominar el partido, como así fue, la primera ocasión de peligro la protagonizó Lafita. El delantero del Getafe creó el único susto de la primera parte con un recorte en el área que dejó sentados a Navarro y Vyntra para rematar rozando el poste. A partir de ahí, la pelota tuvo mucho más color azulgrana y los centrales apenas tuvieron momentos de nerviosismo.

El conjunto valenciano controlaba el encuentro, en especial con las arrancadas de Morales por la derecha, que creó buena parte de las jugadas interesantes. Siempre aportaba cosas, como un regate en un palmo de terreno que arrancó la ovación de la grada. Amargó a Escudero, primero, y a Alexis durante toda la tarde. En su primera llegada a puerta chutó desviado, pero siempre intervino en cada ataque granota.

El madrileño dispuso de otra ocasión clara tras un despeje de Guaita a un peligroso centro de Nikos, aunque la defensa sacó su remate cuando iba en dirección a gol. Porque desde los costados era donde los de Alcaraz manifestaban su superioridad, con multitud de centros laterales. Tanto Iván como Nikos doblaban constantemente a los interiores y ponían balones a la olla, pero nadie los aprovechaba.

Parecía que en cualquier momento iba a llegar el gol. Era una película ya vista en otras ocasiones, pero vez ni había tanto acierto ni el rival iba a permitir acercamientos. El Levante tenía la posesión, presionaba, aunque le faltaba esa calma en los metros finales para sacarle punta al último pase. Víctor Casadesús, que dispuso de mucha movilidad por toda la zona ofensiva, quería gustarse con acciones bonitas que no acababan de ser efectivas. Mientras, Barral arrastraba a la defensa y dejaba opciones de disparo desde fuera del área a Diop o Ivanschitz, pero siempre se topaban con el muro de la defensa. Porque Velázquez y Naldo, los centrales del Getafe, estaban bien plantados y no dejaban que el dominio granota fructificase.

Aunque en uno de esos disparos del senegalés pudo llegar el gol. El balón rebotó en un defensa y le quedó franco a Casadesús en el área ante Guaita, pero el delantero balear disparó mal y desperdició la ocasión de adelantar al Levante y recuperar de paso su idilio anotador de las últimas jornadas.

Sin embargo, cosas del fútbol, el que sí tuvo más acierto para ver puerta fue Yoda para adelantar al Getafe. Pese al dominio granota y el rácano planteamiento madrileño, el francés culminó con mucha clase un contragolpe de libro lanzado por un gran pase diagonal de Lacen, que pilló descolocada a la defensa. El delantero, una de las revelaciones de la Liga, ajustó con rosca al segundo palo su lanzamiento para activar las alarmas en Orriols.

Y Alcaraz no tardó en reaccionar. Sacó a Martins y Rubén en lugar de Barral y Sissoko y el partido cambió. Ambos entraron al campo con muchas ganas de reivindicarse y desde el primer momento fue evidente que el equipo empezaba a moverse con más fluidez en ataque. Rafael se movía, combinaba y el de Xàtiva intervenía en todas las acciones con su electricidad y su garra.

De nuevo Casadesús merodeó el gol, con un remate de cabeza a bocajarro a la salida de un córner, pero atrapó Guaita. Era el aperitivo del empate. También con la testa, aunque esta vez del hombre que había dado vida al encuentro. Nikos puso desde la izquierda un sensacional centro y Martins, con un remate de gran delantero, cabeceó picado al segundo palo para igualar el encuentro y poner justicia en el marcador.

Era el momento de haber pegado un bocado de verdad al partido, con el campo volcado al grito de «a por ellos», el equipo desatado y el Getafe viendo peligrar el punto que tenía. Pero esa efervescencia poco a poco se fue apagando. El Levante se perdía en combinaciones demasiado costosas y complicadas, los jugadores tenían demasiada prisa por marcar y no encontraban ni la pausa ni el camino del gol. Y tampoco era el día de las jugadas a balón parado, el principal arma del equipo. No salió prácticamente ninguna, a pesar del guante que tiene Ivanschitz.

La impotencia fue agigantándose entre los levantinistas. No podían derribar el muro de un Getafe bien cerrado. Tal y como hacen siempre los de Alcaraz. Se veían reflejados en el espejo y eso les dejó sin capacidad de una reacción mayor que la imprescindible para amarrar un punto que iba a volar. Y que les deja con tres de margen sobre el descenso.

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