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Alberto Martínez de la Calle
Martes, 13 de enero 2015, 23:49
La última media hora del encuentro no tuvo consecuencias en la eliminatoria copera pero sí en las entrañas del vestuario. La reacción final destapó esa versión del Levante que había permanecido escondida durante un mes y medio. El técnico granota, Lucas Alcaraz, extrajo el lado positivo de unos octavos contra el Málaga que prácticamente habían quedado sentenciados en La Rosaleda.
«Se vuelve a ganar un partido, con todo lo que ello conlleva a nivel de sensaciones y se hace remontando un marcador adverso. Y hemos tenido más ocasiones para marcar, hemos estado cerca de conseguir el 4-2. Ellos se han puesto 0-2 en la primera parte y el equipo no se ha descompuesto aunque la eliminatoria estaba casi imposible», explicó Alcaraz, quien se mantiene al margen de las negociaciones del club para reforzar el equipo este mes.
«Estoy trabajando con lo que tengo y hoy- por ayer- estoy especialmente contento con los chavales. Puede pasar, pero es algo que no me ocupa», comentó sobre la esperada llegada de fichajes.
La reacción ante el Málaga coincidió con la entrada en el campo de Barral. El gaditano compartió delantera con Rafael, una pareja insólita. El atacante gaditano fue el protagonista de la remontada con dos goles: «Por lo menos hemos puesto coraje y garra. La afición se lo merece después de estar aguantándonos. Tendríamos que haber salido así desde el principio. Nos vamos con la sensación de que tenemos espíritu y coraje y que en el Ciutat no es fácil ganarnos».
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