Tebas y KPMG mediaron entre el Levante y el dueño de Phoenix Suns

El levantinismo está revolucionado con la oferta norteamericana para comprar el club, y seguirá así al menos hasta el próximo martes, cuando los 33 patronos deben decidir si aceptan empezar a negociar o rechazan la propuesta. El empresario estadounidense Robert Sarver, dueño de la franquicia de la NBA de baloncesto Phoenix Suns, es el líder de esa oferta de 56 millones de euros para hacerse con el club granota. Aunque los que han mediado para que el documento llegara al Ciutat de València han sido el presidente de la Liga, Javier Tebas, y la consultora financiera KPMG.

Sarver y su grupo llevan meses tratando de implantarse en el fútbol. Ya lo intentaron con el Rangers escocés. Pero se han sentido atraídos por el modelo de negocio de la Liga, al que consideran más avanzado incluso que el de la Premier, y son conscientes del empujón que va a suponer el nuevo contrato de televisión, que garantiza más millones de euros para cada equipo. Por eso contactaron con Tebas, que en un primer momento les aconsejó invertir en el Getafe. Pero tras varios días, los norteamericanos descartaron este club y el dirigente de la LFP les habló entonces del Levante, que está más saneado económicamente.

El propio Sarver en persona visitó el 25 de mayo el Ciutat de València y se reunió con Quico Catalán para explicarle a grandes rasgos sus intenciones. Así, a través de KPMG (consultora que ya trabajó con la Fundación del Valencia, con la que acabó en conflicto), días después presentaron la oferta de 56 millones de euros que el presidente granota ha trasladado al máximo accionista azulgrana. En el Levante destacan que se debe poner en valor esta decisión de los americanos y sentirse orgulloso porque se hayan fijado en la entidad de Orriols. «No podemos cerrar las puertas a nadie, pero el que quiera comprar el Levante debe impregnarse del sentimiento, la historia y la tradición del club», declaró ayer Catalán a Official Press. Tebas, por su parte, considera muy buena la oferta.

La cifra de la propuesta se trata de una primera aproximación para empezar a hablar y negociar. Lo que resulta innegociable es mantener la plaza en Valencia. Pero lo fundamental es que los inversores no buscan vender los activos del club, como el estadio o la ciudad deportiva para hacer negocio. Su intención no es inmobiliaria, sino deportiva, para explotar un club de fútbol como hacen con los Phoenix Suns en la NBA. Esto implica aumentar los patrocinadores, el merchandising y en definitiva incrementar los recursos para hacer rentable a la entidad, que daría un salto de calidad a todos los niveles. A lo que habría que sumar los nueve millones más que se llevarán los azulgrana con el nuevo contrato de televisión.

La gestión desde 2008 ha sido muy buena, al pasar de una deuda de 93 millones a la actual de 30, lo que ha interesado también a los estadounidenses. Aunque no trataron el asunto con Catalán, Tebas les aconsejó que si compran el club, mantengan a los principales dirigentes granotas para continuar esta trayectoria y adaptarse mejor a Europa.

La oferta es por el total de las acciones que posee la Fundación, más del 70%, y no implica ni la posesión del estadio ni la ciudad deportiva. Con ese dinero se podría cancelar la deuda con los acreedores, aunque la más cuantiosa está refinanciada a 20 años. Precisamente por esto, tanto en el club como en el patronato hay muchos que piensan que la situación económica está bien encarrilada y que no hace falta jugarse el futuro del Levante con un inversor que en pocos años pueda salir mal, como ha ocurrido en otros equipos.

Y es que hubo discrepancias durante la larga noche del lunes por este motivo. La reunión mantenida en las oficinas del Ciutat dio paso a un claro choque de posturas. Varios consejeros y miembros de la comisión ejecutiva de la Fundación se negaron en redondo a traspasar el club. «El Levante no se vende», dijeron. Otros, la mayoría, se decantaron por, como mínimo, analizar detenidamente la oferta de Robert Sarver. De ahí que el patronato convocara una junta extraordinaria.

Una división que se hacía palpable. Incluso alguno de los participantes en el cónclave abogaron por preparar una consulta a la afición antes de tomar una decisión en firme. Se trataría de involucrar a los pequeños accionistas en el debate a través de un referéndum. Esta propuesta se podría llegar a plantear si el próximo martes el patronato decide abrir negociaciones con el empresario norteamericano. Para ello se crearía una comisión negociadora, que se ocuparía específicamente de la operación con los inversores norteamericanos. Aunque el patronato decidirá.